El Sistema del Padrino

Capitulo 45: Consideración y Otra

El batallón de Lorenzo estaba estacionado en Sicilia, recién salido del éxito de la Operación Husky. Mientras la guerra continuaba a su alrededor, Lorenzo y sus hombres se vieron envueltos en un tipo de batalla diferente. Cuando el polvo de la victoria aliada se asentó, Lorenzo comenzó a involucrarse en algunos negocios turbios. Comenzó inflando los informes de bajas, exagerando el número de soldados caídos en su unidad. Las raciones y suministros adicionales que llegaron como resultado se vendieron en el mercado negro a través de sus conexiones dentro del ejército, llenándose los bolsillos con las ganancias mal habidas.

Los emprendimientos empresariales de Lorenzo no terminaron ahí. Había llegado a un acuerdo con un oficial de alto rango que trabajaba en secreto para la famosa familia criminal Corleone. A través de esta conexión, las ganancias de Lorenzo se dispararon y compartió el botín con sus cómplices, Max y Patrick. Al principio reacios a unirse al esfuerzo bélico, ahora se vieron arrastrados por el encanto del dinero fácil y el poder.

Incluso Richard Lawrence, el ex oficial ejecutivo de Lorenzo, y otros miembros del pelotón como Edward, Jones, Julius y Rook, fueron cómplices de la red de corrupción que se había extendido por todo el batallón. Ascendido al rango de teniente coronel, el alcance de Lorenzo se extendió más que nunca y utilizó su nuevo poder para expandir sus operaciones ilegales.

Mientras tanto, Ben McDonald, el actual XO de Lorenzo, supervisó la mayoría de las operaciones diarias, asegurándose de que sus nefastas actividades permanecieran ocultas de miradas indiscretas.

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En la oficina de la residencia Corleone en Long Island, Tom y Peter, dos miembros de alto rango de la famosa familia criminal, estaban sentados uno frente al otro. El aire estaba cargado de humo de cigarro mientras discutían un tema de gran interés: Lorenzo.

"Nunca pensé que ese niño no sólo iría a la guerra sino que también sería ascendido a teniente coronel tan rápido", reflexionó Tom, sacudiendo la cabeza con incredulidad. "Y ahora dirige un batallón entero".

Peter se reclinó en su silla de cuero, con una sonrisa en sus labios. "Parece que nuestra inversión en él dio sus frutos. ¿Quién hubiera pensado que sería tan ingenioso en el arte de la corrupción?"

Tom se rió entre dientes y añadió: "No sólo nos proporciona valiosos suministros del mercado negro, sino que también se está ganando un buen dinero en el proceso".

Los ojos de Peter se entrecerraron, con un destello de admiración en ellos. "Definitivamente tiene ambición. Se necesita un tipo especial de persona para abusar de su rango de esta manera, especialmente en tiempos de guerra".

Tom dio una calada a su cigarro y exhaló una nube de humo hacia el techo. "De hecho. Entre tú y yo, estoy impresionado. Ha demostrado ser una incorporación astuta a nuestras filas".

Don Corleone, el anciano Don de la infame familia criminal, acariciaba a su gato persa mientras hablaba. "Lorenzo, tiene habilidad para los negocios, debo decir. Es una pena que mi propio hijo no pueda parecerse más a él". Suspiró, recordando a sus descendientes descarriados que también habían ido a la guerra.

Tom se rió entre dientes. "Siempre puedes adoptarlo como propio, hacerlo parte de la familia".

Don Corleone se rió entre dientes, pero había un atisbo de melancolía en su risa. "Tommy, Tommy, sabes que las cosas no funcionan así. Además, Lorenzo ya tomó sus decisiones. Su corazón no está en la familia, y eso está bien para mí".

Peter suspiró, su voz teñida de arrepentimiento. "Es una lástima que no quiera unirse oficialmente a nosotros. Con su ambición y astucia, habría sido una gran ayuda para la familia".