15.

510 99 56
                                    

ROSEANNE

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ROSEANNE.

—¿Sigues cómoda?

Gruñi ante su sarcasmo. El hombre frente mío rio y empujó mi silla haciéndola tambalear conmigo encima. La mordaza en mi boca no me permitía mandarlo a la mierda así que solo pude seguir matandolo con la mirada —cosa que no iba funcionando.—

—Que pena que tu alfa ya no te necesite. Son casi tres días y ni una sola pista de querer recuperarte. ¿No es eso terrible? —dijo agudizando su voz y haciendo un puchero fingido. —Bueno, mucha conversación. —aplaudio— Ya sabes cómo son las cosas en este lado del mundo. Solo esperemos que Lalisa llegue a tiempo.

El miedo recorrió mi espina dorsal y sentí como mi cuerpo se congelaba ante sus palabras.

Lo siguiente que pasó fue verlo salir de la vacía habitación. Mis ojos picaban por querer derramar lágrimas, no lo permití.

Todo había pasado muy rápido el día que me secuestraron, quedé preocupada por Jungkook cuando lo ví encender el coche rápidamente Pero antes un hombre ya había abierto la puerta del conductor y había acuchillado su costado unas cuatro veces.

Cuando reaccioné ya tenía cinco hombres entrando por mí y dopandome me llevaron hasta donde ahora me encuentro. Tengo la seguridad de que Lalisa vendrá por nosotros, pero hasta que llegue yo no podía seguir en esta situación. Mis pies y manos ya los sentía hinchados por la presión de las sogas para evitar mis movimientos.

—Te tengo noticias, Park.

Gruñi al escuchar esa chillona voz y verlo ingresar.

—Por fin pudieron dar con quienes te secuestraron ¡Nosotros! ¿Deberíamos festejar? Lalisa debe estar solo a horas de averiguar donde estamos ahora.—volvi a gruñir contra la mordaza— Oh vamos, tienes suerte de no ser torturada.

Miré mal a Frédéric como hice con el anterior hombre.

Si bien no habían hecho nada más que amarrarme sobre una silla y dejar que mi piel se bronceara bajo el sol cuando empezaba el medio día a causa de que encontrarme a lado de una gran ventana. No habían hecho nada más, cosa que me preocupaba.

—Pero llegó la sorpresa final para mi querida Lisa y su Luna —el omega sonrió de manera espeluznante y se acercó a mí lentamente. Sus ojos viajaron de mi rostro hasta mi abdomen haciendo que mi sangre se congelará y mi piel se erize del miedo.—Te lo dije el día que nos conocimos, un cachorro se puede desaparecer y un lazo se puede romper.

Mi loba comenzó a aullar en mi interior dejando que lágrimas bajaran por mis mejillas.

De repente entraron dos hombres que desataron mi silla y me levantaron de los brazos haciéndome forcejear para lograr mi liberación. Arrastré mis pies evitando seguir el pasillo. Todo en vano.

—¡ESPERO TE DIVIERTAS, CARIÑO! —Escuche gritar a Frédérick.

[...]

—Necesito el permiso del otro padre.

Monday |Chaelisa| G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora