Capítulo XLI

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Capítulo XLI

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Capítulo XLI

Un pequeño empujón

Cerrar ciclos siempre será difícil, por razones que muchas veces parecen insignificantes

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Cerrar ciclos siempre será difícil, por razones que muchas veces parecen insignificantes.

Un dieciséis de julio, Daishinkan Ángeluz empezó a pensar que su vida estaba pasando demasiado rápido: como un tren que debía tomar para llegar a la siguiente estación, de lo contrario seguro se quedaría varado por siempre.

Un dieciséis de julio, la mayor de sus hijos había terminado de cursar la primaria, así que estaban en su fiesta de graduación; aunque odiaba saber que su hija estuviera usando vestidos o cualquier accesorio más allá de lo que una niña usaba, ese día simplemente no podía dejar de pensar que se veía increíblemente bonita. Feliz, radiante.

En general, estaban celebrando la conclusión de otro curso escolar más. Meerus pasaría al primer año, los mellizos a cuarto, Korn a su quinto y Cus estudiaría el instituto. Le asustaba pensar que un día, estaría viviendo entre cinco adolescentes: no, eso definitivamente sería una guerra. Una guerra que desde ahora, parecía perder.

—¿Piensas asfixiarme a besos o qué?

Cus retiró las manos de sus mejillas, todavía con esa sonrisa contagiosa.

—¿Es que no puedo?

—No sé. Tengo la sensación de que quieres algo a cambio, eres malévola.

El gimnasio del colegio había sido decorado para aquella ocasión: con esa música, juegos de luces más oscuras, una de esas bolas disco colgantes, serpentina y unos decorados que la escuela sólo utilizaba de vez en cuando debido al presupuesto limitado cada año. Era un poco extraño estar ahí, como si hubiera regresado a su época escolar.

No sabía si eso era bueno.

Habían contados padres, pues la gran mayoría de ellos prefería tomar ese día como una fiesta sólo para los ahora recién graduados y bueno, aunque también quiso dejarle cierto espacio a su niña, el profesor necesitaba que algunos adultos hicieran de chaperones. Ergo, su papel tan sobreprotector no se había podido resistir: de todas formas, Cus parecía estar a gusto con su presencia, la de sus hermanitos también. Equilibrando sus amistades con su familia, ¡por fin!

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