Misión 1: En Busca Del Cazador

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CAPITULO I

20 de julio de 2019

10:34 p.m.

Hacía tres semanas que había llegado a Ciudad Fortuna, donde supuestamente habitaba el hijo de Sparda. Desde que llegué no tuve mucho éxito en mi búsqueda. Las cosas se estaban complicando cada vez más, los ataques de demonios ocurrían cada vez más seguido y las persecuciones eran más intensas. Hace un año comenzó a sucederme esto, desde que encontré ese extraño colgante que suponía era de ese demonio que alguna vez defendió a los humanos y al tiempo desapareció sin dejar ningún rastro o... en realidad si había dejado algo en La Tierra, había dejado su descendencia, sus hijos, ese par de gemelos. Muchos creían que era simplemente un mito, pero en realidad existió y acá esta la prueba de ello. Uno de sus hijos desapareció y el otro aún seguía en aquella ciudad, camuflado entre los humanos.

Caminé hacia un bar en medio de la lluvia, llevaba una capucha puesta, normalmente iba a tomar café periódicamente y a observar si podía cruzar a ese semi demonio, pero no hubo señales. Pregunté por todas partes, a cada quien que me cruzaba por la calle, pero no conseguía respuestas. Comenzaba a sospechar que en realidad si lo sabían, sin embargo, por algún motivo no querían decírmelo, como si estuviesen ocultando algo. Además, tenía que tener mucho cuidado porque los demonios adoptaban forma humana para mezclarse entre la multitud, con lo cual tenía que ser muy sigilosa, estar atenta todo el tiempo, cosa que me provocaba mucho estrés y ansiedad. Por culpa de eso me impedía dormir por las noches, me sentía insegura y muy sola.

Esa misma noche mientras tomaba el café veía a la gente entrar y salir del local y por la ventana veía pasar caminando a más personas. Al terminar el café le pagué al mesero, me levanté de mi asiento para retirarme. Antes de que pudiera hacerlo, el dueño del local me detiene y me dice lo siguiente.

¡Espera! ¿Tú estabas buscando a Dante? -.

Si, hace tiempo que lo hago, necesito encontrarme con él lo antes posible, porque tengo un problema enorme-.

De acuerdo, te diré dónde está su agencia-.

El tipo me da la dirección en un papelito, le agradecí por el gesto con una sonrisa y emprendí mi viaje hacia su negocio.

Mientras iba caminando sentí una presencia extraña o, mejor dicho, presencias extrañas, eran más de uno. Unos tipos me estaban siguiendo, lo cual hizo que me ponga nerviosa y acelerara el paso. La verdad estaba perdida, no conocía bien la ciudad todavía, algunas calles las reconocía y otras ni siquiera las registraba.

Conmigo siempre llevaba el colgante encima, de algo que había empezado a darme cuenta, es que la esencia del collar parecía atraer a los demonios, por eso es que me perseguían y sufría varios ataques. Lo curioso era que no estaban buscando el collar, ya que nunca intentaron arrebatármelo, solamente buscaban quien lo portara.

Empecé a sospechar que los tipos que me estaban siguiendo no eran humanos, sino que eran demonios. Corrí lo más rápido que pude sin rumbo, ya no estaba buscando la agencia, sino un lugar en donde refugiarme, me metí por un callejón pensando que me iba a poder esconder ahí, pero estaba cerrado con un muro del otro lado, así que no iba a poder escapar por atrás. Opté por esconderme atrás de los tarros de basura y cajas de cartón. Traté de calmar mi respiración, quería escuchar si habían pasado de largo o si se habían detenido. Al principio no escuché ni un solo ruido, dándome a entender que los había perdido, pero me confié demasiado.

Me asomé, y fue una mala idea, estaban ahí parados en frente mía esperando a que saliera, no tenía a donde ir, de la misma desesperación comencé a llorar mientras apretaba los ojos. Estaba perdida, o eso era lo que yo creía.

Entre El Cielo y El InfiernoOù les histoires vivent. Découvrez maintenant