Mision 7: La Llegada de San

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CAPITULO VII

Los demonios albinos al igual que yo nos quedamos viendo quien estaba por ingresar al negocio. Cuando vi quien era me alivié, pero al mismo tiempo me sorprendí, era Credo.

¿Cómo sabias que estábamos aquí? – preguntó Nero.

Kyrie me lo dijo –

¿Y por qué estás aquí? –

Me acaban de dar el informe de que hicieron un avistamiento de un sujeto encapuchado pululando cerca de la biblioteca –

Esa fue la misma descripción que hizo el bibliotecario – dije.

¿Lo pudieron atrapar? –

No, el tipo desapareció, como si se hubiese tele transportado –

No cabe duda de que es un demonio con forma humana – decía Dante.

Credo volteó a verme y dijo lo siguiente – nosotros tenemos algo pendiente –

¿Mmm...? ah sí perdón, lo olvidé por completo –

El me extendió la mano para que yo la tomara, lo cual hice, me guio hacia la salida y en ese momento había comenzado nuestra ¿cita?, no sabría cómo llamar a eso.

Nero un poco incómodo con el ceño fruncido vio la escena, no dijo absolutamente nada, hasta que Dante preguntó.

¿Hay algo de lo que no me haya enterado? –

¿Mmm...? No, no que yo sepa – sin embargo, hay algo que lo dejaba intranquilo, no solo por el hecho de haber visto a su hermano irse conmigo, sino también por lo ocurrido antes – Dante... ¿tú sabes algo de lo que le pasa a Vicky? –

¿Por qué lo mencionas? –

Porque hoy la noté rara, se puso a llorar, no quería hablarme, me evitaba, no contestaba a lo que le preguntaba, como si me tuviese miedo –

Ja, ja, ja ay crio... no, no te tiene miedo ¿todavía no te diste cuenta de que es lo que le pasa? –

Te soy sincero, no –

La niña se enamoró de ti –

¿Qué? Na, imposible que sea eso –

Ja, ja tú no lo quieres ver, pero es así, le vi la carita desde el primer día que apareciste en la agencia –

Ahora entiendo porque no quería decírmelo, eso es un problema la verdad –

Mira, yo lo único que voy a decirte, es que pienses bien lo que vas a hacer y lo único que te voy a pedir es que no lastimes a Victoria, porque no se lo merece –

No, no, jamás lo haría, a mí me duele cuando la veo llorar –

Tú le vas a poder dar todo lo que yo no puedo, si en algún momento ella llega a decírtelo, piensa bien lo que vas a hacer –

Si, será mejor que vuelva, Kyrie me debe estar esperando y seguramente debe haber trabajo en la orden –

Nero partió hacia la mansión, al llegar lo recibió Kyrie con una sonrisa cálida y un beso.

¿Y qué tal les fue? –

Bien, bien, no hubo mucho movimiento –

¿Y Vicky? –

Ah, sí, se fue con Credo a dar una vuelta –

Oh, entonces era como yo lo pensaba –

¿Qué? –

Entre El Cielo y El InfiernoWhere stories live. Discover now