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TN y Gojo siempre habían sido como el yin y el yang: opuestos complementarios que, juntos, creaban un equilibrio perfecto. Su relación era un testimonio del amor inquebrantable y la profunda conexión que compartían. Sin embargo, la vida tenía una prueba más para ellos, una que pondría a prueba la fuerza de su amor y su capacidad para enfrentar la adversidad.
Un día, TN comenzó a experimentar malestares que se intensificaban con el tiempo. Preocupada, acudió junto con Gojo a un chamán conocido por su sabiduría y habilidades en las artes místicas. El chamán los recibió con seriedad y, tras un examen exhaustivo, les dio la devastadora noticia.
X. Su energía maldita está infectada. -dijo el chamán, su voz grave.- Lo lamento, pero TN no tiene mucho tiempo. Pronto, su cuerpo no podrá soportar la carga de la energía maldita contaminada, y morirá.
Las palabras cayeron como una sentencia de muerte, llenando la sala con una pesada tristeza. TN y Gojo se miraron, tratando de asimilar la cruel realidad. No había tiempo que perder; cada momento se volvía más preciado.
De vuelta en su hogar, TN tomó una decisión. Quería despedirse de su bebé, Yuki, de la manera más amorosa y tranquila posible. Con un nudo en la garganta, tomó a su pequeña en brazos y la acunó, susurrándole palabras de amor y consuelo.
TN. Yuki - murmuró TN, sus ojos llenos de lágrimas contenidas. -mi pequeño, siempre estaré contigo, aunque no puedas verme. Quiero que seas fuerte y valiente. Tu padre y yo te amamos más de lo que puedes imaginar.
Gojo observaba en silencio, su corazón roto al ver la fortaleza de TN en esos momentos finales. Luego, TN y Gojo se retiraron a su habitación, buscando un poco de privacidad para enfrentar juntos la inminente despedida.
Tn. No llames al médico. - susurró TN, sus manos entrelazadas con las de Gojo.- Quiero dormir tranquila, con tu mano en la mía.
Gojo asintió, sus ojos brillando con lágrimas. Se sentaron juntos en la cama, recordando los momentos más significativos de su vida juntos. Gojo comenzó a hablar sobre el pasado, su voz suave y llena de cariño.
Gojo. ¿Recuerdas cómo nos conocimos? -preguntó Gojo, una sonrisa melancólica cruzando su rostro- Fue en la academia, durante ese ejercicio de entrenamiento. Nunca había visto a alguien tan decidido y valiente
TN sonrió, sus ojos cerrándose lentamente mientras se sumergía en los recuerdos.
TN. Y nuestro primer beso. - dijo ella suavemente- fue bajo aquel cerezo en flor. Nunca olvidaré la forma en que me miraste ese día.
No lloraron. En cambio, sonrieron, agradecidos por los momentos compartidos y por el amor que habían cultivado. No había arrepentimientos, solo gratitud por el tiempo que habían tenido juntos.
TN. Te amo para siempre
susurró TN, sus fuerzas desvaneciéndose poco a poco.
Gojo, con una lágrima rodando por su mejilla, le devolvió sus palabras.