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TN era una persona que había capturado el corazón de muchos, pero ninguno tan profundamente como los hermanos gemelos Jin y Sukuna. Aunque eran idénticos en apariencia, sus personalidades eran como el día y la noche. Jin era cálido, amable y siempre dispuesto a ayudar a los demás, mientras que Sukuna tenía un aura peligrosa, una intensidad que pocos podían soportar. Esta dualidad los hacía inseparables pero, al mismo tiempo, completamente opuestos.
Desde la primera vez que Sukuna vio a TN, supo que no era como las demás. Había algo en ella que despertaba su deseo, algo que lo hacía sentir vivo. TN, a su vez, se sintió atraída por la oscuridad y la pasión que emanaba de Sukuna. Su relación comenzó en secreto, un torbellino de emociones que ambos disfrutaban en la clandestinidad. Cada encuentro entre ellos estaba cargado de una energía incontrolable, una mezcla de amor, deseo y peligro que los consumía.
Mientras tanto, Jin, ignorante de lo que sucedía entre su hermano y TN, comenzó a desarrollar sus propios sentimientos por ella. A diferencia de Sukuna, Jin veía en TN a una compañera de vida, alguien con quien compartir sus sueños y construir un futuro. Sin embargo, era demasiado tímido para confesarle sus sentimientos, y en su desesperación, acudió a la persona en quien más confiaba: Sukuna.
Una tarde, mientras los gemelos estaban solos en la casa familiar, Jin se acercó a Sukuna con una expresión de seriedad poco común en él.
Sukuna. Hermano. —comenzó Jin—necesito tu ayuda con algo
Sukuna, sentado en el borde de la cama, alzó una ceja, intrigado.
Sukuna. ¿De qué se trata?
Jin vaciló un momento antes de continuar.
Jin. Es sobre TN. Me he dado cuenta de que... siento algo por ella. Quiero que sea mi novia, pero no sé cómo decírselo. Pensé que tú podrías ayudarme a acercarme a ella, ya que pareces entender mejor a las chicas.
Sukuna sintió un nudo en el estómago al escuchar las palabras de Jin. Su corazón latió con fuerza, no solo por el amor que sentía por TN, sino también por la ironía de la situación. ¿Cómo podría ayudar a su hermano a conquistar a la misma persona con la que él ya compartía una pasión secreta? A pesar de todo, Sukuna no pudo evitar sentir una oscura satisfacción al ver la ingenuidad de Jin.
Con una sonrisa que ocultaba el tumulto de emociones en su interior, Sukuna respondió con sarcasmo.
Sukuna. Oh, claro, Jin. Será un placer ayudarte a conquistar a TN. ¿Qué podría salir mal?
dijo, fingiendo entusiasmo mientras su voz goteaba con ironía.
Jin, al no captar el tono sarcástico de Sukuna, sonrió aliviado.
Jin. Gracias, hermano. Sabía que podía contar contigo.
Pero en el corazón de Sukuna, una tormenta se desataba. Sabía que no podía permitir que Jin lograra lo que él mismo anhelaba tan desesperadamente. Sin embargo, tampoco podía revelarle la verdad a su hermano. La situación se volvía cada vez más insostenible, y Sukuna se encontraba atrapado entre su amor por TN y su lealtad a Jin.
