Taeko Hanagaki era una chica con muchos problemas referente a su aspecto y una mentalidad un poco dañada debido a la anorexia y la bulimia, ahora su único propósito ahora es recuperarse y seguir adelante.
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Hoy era un día distinto para Takemichi Hanagaki. La emoción y la incertidumbre llenaban el aire mientras caminaba hacia el hospital, sintiendo que cada paso lo acercaba más a un momento que nunca creyó posible. Su hermana melliza, Taeko, finalmente salía del hospital. Esta era una situación surrealista, una que ni siquiera sus más audaces sueños hubieran podido predecir.
En su línea temporal original, Takemichi había soportado la devastadora pérdida de Taeko. Sus problemas de anorexia y la batalla con la depresión habían culminado en un suicidio con pastillas, una tragedia que lo dejó marcado para siempre. Aquella dolorosa experiencia había sido una sombra constante en su vida, un recordatorio de su impotencia frente a las circunstancias.
Sin embargo, todo cambió desde que empezó a viajar en el tiempo para salvar a Hina, su amor de la adolescencia. Las líneas temporales se habían entrelazado y trastocado de maneras que nunca imaginó, llevando a cambios imprevistos y consecuencias inesperadas. Uno de esos cambios, uno de los más maravillosos, era la supervivencia de Taeko y su ingreso a un hospital psiquiátrico. En esta nueva realidad, ella había logrado superar sus problemas y ahora estaba lista para salir del hospital, sana y fuerte.
Takemichi apenas podía contener su emoción. Recordaba a Taeko como su mejor amiga y la mejor hermana que uno podía tener, pero los recuerdos se sentían borrosos, como si pertenecieran a otra vida. Sin embargo, el amor fraternal y la conexión profunda que siempre habían compartido seguían intactos, latentes bajo la superficie.
Llegó al hospital y esperó impacientemente en la sala de espera, su corazón latiendo con fuerza.
-Muchas gracias por todo-
-¿Uh?-
Una hermosa joven de cabello largo y ondulado de color rubio que caía en cascadas más allá de su cintura. Tenía mechones sueltos y voluminosos le daban un aire de elegante desorden. Los colores suaves y cálidos de su cabello contrastaban con la nitidez de su figura, destacándola de manera sutil pero llamativa y más cuando sus ojos eran tan diferentes, pues sus ojos eran rosa pálido.
-¿Takemichi?- Pregunta la joven casi como un susurro, rápidamente el reaccionó, la hermosa joven era su hermana-
Takemichi se levantó de un salto y corrió hacia ella, abrazándola con fuerza, sintiendo que las lágrimas llenaban sus ojos.
-No puedo creer que estés aquí- Susurró Takemichi, aferrándose a su hermana como si temiera que pudiera desvanecerse-Pensé que te había perdido para siempre-
Akari lo abrazó con igual fuerza, sus ojos también brillando con lágrimas.
-Estoy aquí, Nii-chan. Siento mucho que no hayan dejado visitarme pero mi psiquiatra- Taeko empezó a ponerse nerviosa y ansiosa con pequeñas lágrimas saliendo de sus ojos-
En ese momento, Takemichi sintió una paz y una felicidad que no había conocido en mucho tiempo. Las líneas temporales podían ser un enigma complejo y a veces cruel, pero hoy, en este momento, nada de eso importaba. Volvería a ver a su hermana melliza, a su mejor amiga, y eso era todo lo que necesitaba.
