Apuesta Equivocada

114 22 45
                                    

Autor.

¡Nuevo capítulo!

¡Yei!

¡Traído por las constantes aportaciones de maker-00!

¡Denle gracias!

¡Díganle que lo quieren!

¡Háganle cosas sucias!

Disfruten y dejen muchos comentarios!!!

Fuimos guiadas por un sirviente que esperó afuera, llevándonos hasta un gran comedor con una larga mesa repleta de todo tipo de manjares.

Odin, Thorin y el Odin joven estaban allí junto con algunas otras personas, charlando amistosos, pero ninguno de los platillos parecía haber sido tocado.

—¡Morgana! —el líder de la familia, sentado en el extremo de la mesa, se levantó, caminando por una fila de gente para abrazar a mamá—. ¡Que bien que pudieran venir! ¡Las estábamos esperando!

—De saber que habría fiesta, hubiera traído algo —respondió ella, obviamente incómoda por el abrazo que le dio alguien que no soy yo.

—¡Tonterías! Conoces la costumbre; siempre ofrecer banquetes a los invitados, sírvase.

—Ah, esa costumbre —finalmente reveló una sonrisa confiada y una botella del largo de mi toso y del ancho de una de mis piernas, se apareció en su mano—. Para eso era esto.

—Oh, oh, Morgana, no te hubieras molestado —parecía muy alegre con el gesto de mamá, tomando la botella con una de sus manos, rodeandola casi por completo con sus dedos.

¡Se veía pequeña cuando él la sostenía!

—Es ambrosia, de una cosecha de...

—¡De dos siglos de antigüedad! —adelantó Odin revisando la botella—. ¡¿De dónde sigues sacando estas cosas?!

—Si te dijera, ¿qué voy a traer después? —mami se desenvolvía bien en la sociedad.

—¡Esto pasó de ser un banquete a una fiesta! —nuevamente la abrazó y la levantó, dando algunas vueltas con ella en los brazos.

Mamá trataba de ocultar su incomodidad.

—¡Tenemos fiesta! —dijo Odin al resto de los presentes, levantando el puño en señal de victoria y estos comenzaron a aplaudir.

—¿No teníamos negocios qué atender?

—Pueden esperar, sólo después de unos tragos.

—Sí no hay más remedio... —mamá se encogió de hombros y Odin la tomó de la espalda alta.

—Vengan, vengan, tomen un lugar.

Nos acercamos a la mesa, sentandonos en los lugares libres a la izquierda del gran brujo, pero a su derecha alguien captó mi atención.

El primero era Thorin, lo vi por ahí en Ostara, pero el otro...

¿No estaba también en mi sueño?

Me ponía nerviosa.

Meseros hibridos entraron a servirnos; algunos eran personas gato, pero con orejas y cola más cortas; otros elfos de pieles ligeramente menos tersas y también, orejas más cortas.

Pusieron tarros al lado de cada persona, llenandolos con hidromiel y enseguida, vertiendo en ellos pequeños chorros de la bebida que trajo mamá.

Cuando llegó mi turno, ella colocó su mano sobre mi tarro antes de que pudieran vaciar la ambrosia.

Transferida a una Escuela de Brujas Tomo 3Where stories live. Discover now