A tiempo (KOOKMIN)

CAPÍTULO 20

🐥🐰

"-Siempre te estás quejando... que te duele la cabeza, que te duele la espalda... ahora, no puedes caminar bien... ¡Lunas! ¡Lunas! ¡Me hartas tanto!

El pequeño omega se encogió en su lugar, llevando una manito vendada a su vientrecito hinchado.

-¡¿Y has visto esa receta?! -exclamó el alfa sacudiendo la prescripción que el hospital le había dado a Jimin.- ¡¿De dónde voy a sacar ese dinero?! ¡Habla! -gritó, asustando aún más a su pequeña pareja.

-Alfa... es... es que... el doctor dice que el bebé... necesita una ecografía... que está muy chiquito y tiene miedo de que no se esté desarrollando bien y...

El alfa, molesto, tomó al omega del brazo y lo levantó bruscamente. Jimin no pudo evitar soltar un quejido; en su estado gestante y con la debilidad que sentía, los movimientos bruscos no hacían más que hacerlo sentir peor.

-¿Y por qué sería mi problema? Si tanto quieres esa puta ecografía, anda y consigue el dinero tú. -El alfa arrastró al omega hacia la puerta del departamento, la cual abrió, y entonces obligó a salir al más pequeño.- Consigue el dinero tú. No me jodas. -espetó antes de cerrarle la puerta en la cara y dejarlo afuera en plena noche fría.

Jimin empezó a golpear la puerta, asustado, a la vez que se aguantaba las ganas de llorar; no podía ni debía romper en llanto, a su alfa no le gustaba que llorara por cosas tontas.

-Alfa... alfa... alfita, por favor... perdóneme, perdóneme... no me deje aquí... alfita... por... por favor...

Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, cayendo en grandes gotas sobre sus mejillas. Temblaba de frío y miedo, abrazando su vientre protectoramente. Sabía que no podía quedarse allí afuera toda la noche, no solo por él, sino también por el bebé que llevaba dentro.

Se giró lentamente, buscando refugio en cualquier lugar que pudiera ofrecerle un mínimo de seguridad. El frío calaba sus huesos, y el peso de la desesperación lo hacía sentir aún más pequeño y frágil.

Jimin optó por deslizarse por la pared vieja y despintada hasta lograr sentarse en el piso frío del pasadizo de ese edificio vacío y antiguo donde vivía con su alfa. Era un lugar terrible, con malhechores alrededor y gente de mal vivir. Se trataba de una zona olvidada de Seúl, donde ni la tecnología ni la comodidad surcoreana parecía haber llegado. En las calles de aquel vecindario, solo había indigentes durmiendo entre cajas de cartón, ancianos recicladores que habían sido olvidados por la sociedad progresista, drogadictos y alcohólicos.

Jimin trató de cubrir su vientre lo más que podía con la delgada chompita vieja que llevaba encima. Ya estaban cerca a los últimos meses del año, por lo cual el invierno amenazaba con manifestarse por completo, cosa que preocupaba a la futura mamá tremendamente. Ello porque, si todo salía bien, su bebé estaría naciendo a finales de año, precisamente en uno de los meses más fríos, lo cual no era nada conveniente teniendo en cuenta que vivían en un viejo lugar sin calefacción. ¿Cómo podrían cuidar de su cachorrito?

Jimin suspiró pesadamente. No era la primera vez que su alfa lo echaba como si fuera cualquier cosa de casa, pero antes había sido diferente. Antes era verano y no estaba embarazado o, quizá sí, pero, al menos, no lo sabía.

-Bebé...-susurró el omeguita. El doctor le había dicho que los cachorritos reconocían la voz de sus padres, por lo cual lo había incentivado a hablarle a su bebé, pese a que este aún estuviera dentro de su barriguita.- Bebé... ¿Si estás calentito adentro? Es... ¿Es como una casita...? -Jimin sonrió para sí mismo.-Bebé... tienes que crecer un poquito más, por favor... si no creces el doctor nos mandará a comprar más medicina y hacer exámenes... y appa se va a molestar mucho... appa... él...-Jimin se aguantó las ganas de llorar.-Appa te quiere mucho, yo sé que sí... pero appa no tiene trabajo y esos señores malos siempre le quitan su dinero... por eso está muy triste y molesto, pero él no quiso decir lo que dijo, no... appa te quiere mucho, te lo prometo...-Una lágrima traicionera se deslizó por una de las mejillas rojas del omega.-Quizá a mí no... pero a ti sí... por eso, tienes que crecer mucho, ¿sí? Por favor, por favor...