Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas ¿No? ¿Aun cuando nunca pensaste aceptar esas medidas?
Jeongyeon está desesperada y Nayeon tiene una solución a sus problemas.
• Nayeon || Jeongyeon
• Jeongyeon G!P
• Prólogo + 37 capítulos + F...
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La mañana era bastante tranquila ese día para su buena suerte, escuchando una canción extranjera de la radio, Nayeon regresaba a su empresa después de haber salido a desayunar. Después de estar una semana ocupada con mucho trabajo, este se había reducido esta semana para permitirle escaparse menos de una hora por algo de comer.
Tarareando por lo bajo, dio vuelta en una esquina, quería una bebida, un jugo más bien dicho. Buscó una tienda por ahí, esa calle no estaba tan transitada como las otras.
Su atención se lo llevó una persona, llenándole la cabeza de dudas por saber si sí era o no, pero es que esa mochila la reconocería donde sea, casi siempre la traía consigo al igual que ese pelo azabache en el que le gustaba enredar los dedos.
Se quiso quitar la duda siguiéndola, curiosa más que nada al verla caminar con la capucha puesta y cabizbaja a plena mañana cuando se supone que debería estar en la escuela, apenas notando su cojear.
Se alarmó un poco al verla apoyarse en una pared, como si estuviera sufriendo algo; más allá de que fuera Jeongyeon, que tal si era una persona que necesitaba ayuda, no se veía del todo bien aún solo teniendo visibilidad de su espalda.
Maldijo por lo bajo cuando tuvo que frenar a causa de un semáforo, no despegó su mirada de ella, observando atentamente como estaba encorvada y parecía estar recuperándose o algo por estilo. Se dió cuenta que claramente era Jeongyeon, aparte de su mochila, identificó su cuerpo bajo esos jeans y los tenis que varias veces la vio usar al igual que su suéter gris.
Su preocupación solo aumentó al pensar que estaba herida o necesitaba ayuda, se alarmó al verla caminar ya que no quería perderla de vista y arrancó en cuanto el semáforo cambió a verde.
Se indignó cuando no le hizo caso al presionar el claxon, presionándolo otra vez y bajando la ventana para gritar su nombre para quitarse la duda. Sonrió al verla paralizarse y se enojó cuando la ignoró. Se estacionó rápidamente y salió del vehículo.
¿Qué hacía en la calle en horario de clases y porque parecía que estaba mal?
No demostró mucho al ver su hermoso rostro lastimado y su labio roto, pero sí que la sangre comenzó a burbujear en sus venas, molesta con quien se atrevió a golpearla y preocupada por Jeongyeon, buscando respuestas del porque o a que punto tuvo que llegar para intercambiar golpes con alguien porque se dio cuenta de sus nudillos rojos.
Quería ayudarla y ella la trataba borde ¿que se creía? Molesta –no con Jeongyeon– le ordenó que entrara al auto, la llevaría a su apartamento y la obligaría a hablar, se estaba indignando cada vez más al darse cuenta de que la alta parecía querer repelerla, como si su presencia le molestará en sobremanera.
Aunque su enojo se esfumó y la preocupación pura comenzó a emanar de sus poros al verla tomarse de su abdomen. Rápidamente maniobró la palanca de velocidades y giró hacia el otro lado, le mandaría un mensaje a su asistente diciéndole que no volvería a su empresa el día de hoy.
