Besos para el futuro (Epílogo)

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Pequeños murmullos se escucharon en los pasillos de aquella secundaria, mentira si dijera que no estaba nervioso, pero más que nada harto, simplemente trataba de mantenerse al margen por ser su último día de escuela.

Busco su casillero para guardar tus libros de matemáticas y sacar los de química, le tomó una eternidad limpiar por completo el grafito de su casillero rojo, le costó pero lo consiguió.

Una vez guardado sus libros y sacar los suyos admiro este, estaba decorado a su total gusto, a los costados había pegadas fotos con banderitas gays de el y su novio, en la mayoría en citas y dándose cariños abiertamente, pues si, ya no tenían nada que ocultar.

Tomo los libros que necesitaba pero se sobresalto al sentir un fuerte golpe en su espalda venir hacia el, este rápidamente lo esquivó antes de que le llegará, causando que este se estrellará fuertemente en su casillero dejando sin duda una marca de abolladura.

— ¡Oye pedazo de marica!

Se tenso al escuchar aquella conocida voz, la razón de sus pesadillas al entrar en la pubertad, su bullying número #1.

Diría que ya no le tenía miedo pero sabía que estaba mintiendo, ciertamente había aprendido conforme el tiempo a defenderse de brabucones como el, pero una parte suya le seguía teniendo pavor.

Soltó un fuerte respiró tratando de calmar sus nervios y no dejar que estos salieran a flote y lo delatacen.

— Pero miren nada más, al pequeño novio del mimado hijo menor de Bruce Wayne. — Su tono era claramente burlón. — ¿Qué tan rico has de chuparla como para gustarle a ese enano mediocre?

Estaba a punto de replicar Pero fue agarrado bruscamente por los cabellos, este soltó un mini jadeo ante la impresión, el agarre era fuerte, tanto que algunas hebras se desprendieron de su cuero cabelludo.

Tenía tantas ganas de golpear a ese imbécil.

— Eres tan feo que ni siquiera le pudiste gustar a una chica y tuviste que irte de puta con un hombre.

En su mente solo estaba un
« Respira, respira » por más que quisiera golpearlo no podía, no se arriesgaría a usar sus súper poderes nuevamente y quedar en evidencia.

Miro a todos lados tratando de idear un plan de como sacarse de ese brabucon pero nada, simple y únicamente sus compañeros los miraban atemorizados de ser los siguientes.

— Y bien Jonathan, Dime, ¿Acaso te gusto?

Eso le tomo desprevenido y una clara mueca de asco se formó en su rostro.

— ¿Qué? ¿Acaso piensas que por ser homosexual me tienen que gustar todos los hombres? Cariño, si no le gustas ni a las chicas menos me vas a gustar a mi.

Lo dijo sin pensar pero no sé arrepentía sinceramente, pudo ver cómo sus mejillas se tiñeron de un fuerte carmín ante la vergüenza, un gran “Uhhh” se escuchó en todo el pasillo.

Jonathan sonrió ladino al haber encontrado una oportunidad perfecta.

— Oh, ya veo, así que es eso. — Escupió de forma Socorrona. — No eres más que un homosexual reprimido que busca sentirse mejor consigo mismo molestando a otros gays por qué no puedes aceptarte.

Otro gran abucheo se escuchó.

— ¿¡Qué mierda has dicho marica?!

Gimió al sentir sus hebras capilares ser jaladas con fuerza obligando le a verlo directamente a los ojos.

— Lo que escuchaste.

Sintió su fuerte puño estrellarse contra su cara,. termino callendo de trasero sobre los pasillos.

𝑲𝒊𝒔𝒔𝒆𝒔 | ძᥲmіȷ᥆ᥒ Where stories live. Discover now