Capítulo 24

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La mañana de Navidad vino con una enorme sensación de vacío y tristeza.

Draco abrió sus ojos, aunque no había dormido nada. Los pensamientos acerca de su familia y de Mattheo le habían invadido la mente durante toda la noche. Pensaba que iba a manejarlo mejor, pero se sentía terriblemente abandonado. Nunca había pasado solo esa fecha, siempre tenía a su familia cerca.

Si cerraba sus ojos, podía imaginarse cómo sería estar en su casa, si las cosas fueran diferentes. Podía imaginarse entrando a la sala de la mansión Malfoy, bellamente decorada, sus regalos debajo del gran árbol de pino y sus padres sentados en los sillones tomándose una taza de té. Entre los tres abrirían regalos, compartirían risas, felicidad y buenos deseos. Luego, entrada la tarde, la familia Riddle llegaría a su casa y él podría reunirse con Mattheo, compartirían regalos y seguramente saldrían al patio, ya sea a patinar sobre el lago congelado o para jugar a tirarse bolas de nieve. Mattheo esa noche se quedaría a dormir y pasarían una hermosa velada juntos. Al día siguiente, llegarían Pansy, Blaise y Theo, él les daría sus respectivos regalos y ellos a él. Los cinco se pasarían el día entre risas y conversaciones de todo tipo.

Draco soltó un quejido largo. Este año ni siquiera había sido capaz de darles un presente a sus amigos.

Se sentó sobre la cama y observó su alrededor. Al menos, no se sentía tan solo. Lorenzo estaba ahí para acompañarlo y seguro para ese día también iba a tener en mente todo tipo de actividades. Al menos, así no tendría tiempo para estar melancólico.

Se levantó sin ninguna prisa. Se dio una ducha, se vistió con muchas capas de ropa, pues el frío era insoportable, y salió de su habitación. Lorenzo, como siempre, lo estaba esperando en el sillón frente a la chimenea.

—Vamos a desayunar— dijo, apenas se acercó.

Lorenzo alzó la mirada sin moverse del sillón.

—No vas a abrir tus regalos— dijo con decepción.

Draco se giró para ver el árbol de Navidad que decoraba la sala común. Había algunos regalos debajo de él. Lorenzo se levantó y se acercó con cierta emoción. A Draco aquella actitud le pareció extraña, el beta por lo general era mucho menos entusiasta a esas horas del día. El joven Malfoy se acercó y se agachó para observar cuáles eran sus regalos, para sorpresa y lástima todos los que estaban ahí eran para él. Ninguno para Lorenzo, ninguno para Mattheo. De pronto se sintió mucho más afortunado y avergonzado por su actitud.

Se sentó con las piernas cruzadas frente al árbol, y Lorenzo hizo lo mismo. Él observaba con emoción. Draco agarró el regalo que tenía más cerca, ese era por parte de Pansy, era una caja de chocolates de La Maison du Chocolat y un sobre con cuerdas para guitarra. Aquello le iba a ser falta si ahora él tenía que ser guitarrista. El siguiente que abrió fue por parte de Blaise, era una snitch de colección, era totalmente transparente con algunos brillos que decoraban las alas.

—Nunca había visto una así— dijo Lorenzo con emoción.

Draco rio. Enzo parecía un niño pequeño. Le ofreció la snitch para que Lorenzo pudiera verla con todo gusto. El beta la agarró con delicadeza y empezó a darle vueltas observando cada detalle. Malfoy continuó. Ahora era el turno de Theodore, agarró la caja en donde venía, pero inmediatamente algo se movió dentro de ella. Con cuidado la abrió y no pudo contener su sorpresa, dentro había un Puffskein, varios accesorios, comida y una nota que decía: "Para que no te sientas solo".

Draco volvió a reír, aquello era descabellado. Hasta el momento nunca le habían dejado tener una mascota, solo el búho, que no era suyo, era de su padre. Theo probablemente pensó que ahora podía hacer y tener lo que quisiera porque ya no tenía nada que deberle a nadie. Lorenzo se acercó para observar al Puffskein, después de guardar la snitch en su respectiva caja.

I wanna bewitch you [Harco]Where stories live. Discover now