Capítulo 9

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Recuerdalo

Misaki se encontraba sola en su habitación, observando la cuna, con una mezcla de melancolía y tristeza

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Misaki se encontraba sola en su habitación, observando la cuna, con una mezcla de melancolía y tristeza. A pesar de todo lo que había sucedido, los recuerdos de su tiempo con Keigo seguían acechándola, especialmente los momentos felices que compartieron al inicio de su relación. Cerró los ojos y se dejó llevar por un recuerdo vívido de una de sus primeras citas.

Era una tarde soleada cuando Misaki y Keigo habían decidido visitar un café pintoresco en una calle tranquila de la ciudad. El aroma del café recién molido y los dulces llenaban el aire mientras ellos se sentaban en una mesa cerca de la ventana.

─ ¿Qué vas a pedir? ─preguntó Keigo con una sonrisa traviesa, hojeando el menú─ Creo que voy a probar uno de esos pasteles gigantes. ¿Te apuntas?

Misaki rió, sacudiendo la cabeza.

─ ¿Estás seguro de que puedes con uno de esos? Son enormes.

─ ¿Dudas de mi capacidad? ─bromeó Keigo, fingiendo estar ofendido─Te apuesto a que puedo con uno y aún tendré espacio para tu pastel también.

─ Está bien, está bien ─respondió Misaki, todavía riendo─Yo voy a pedir un café latte y un pastel de fresa.

Después de hacer sus pedidos, se acomodaron en sus asientos, disfrutando del ambiente acogedor del café. Keigo la miró con esa mirada juguetona que siempre la hacía sonreír.

─ Sabes, Misaki, algún día vamos a recordar estas citas simples y reiremos de lo nerviosos que estábamos al principio ─dijo, apoyándose en la mesa con un aire de seriedad fingida─Y cuando estemos casados, seré yo quien cocine el pastel de fresa para ti

Misaki se ruborizó ligeramente, sorprendida por su comentario.

─¿Casados? ¿Ya estás planeando nuestra boda, Keigo?

Keigo sonrió ampliamente, su tono ligero y bromista.

─ Claro, ¿por qué no? Puedo imaginarlo perfectamente. Tú con un hermoso vestido blanco y yo con un esmoquin. Y por supuesto, habrá mucho pastel.

Misaki se rió, encantada por su imaginación y la forma en que hacía que todo pareciera tan fácil y natural.

─ Bueno, si te casas conmigo, más te vale aprender a hacer un buen pastel de fresa.

─ Trato hecho ─respondió Keigo, extendiendo su mano como si estuvieran firmando un contrato importante.

A lo largo de la tarde, continuaron hablando y riendo, disfrutando de la compañía del otro. Misaki recordó cómo se sintió esa tarde: segura, feliz y llena de esperanza para el futuro.

𝐘𝐨𝐮'𝐫𝐞 𝐥𝐨𝐬𝐢𝐧𝐠 𝐦𝐞  || 𝐊𝐞𝐢𝐠𝐨 𝐓𝐚𝐤𝐚𝐦𝐢 𝐗 𝐎𝐜  ᵇᵒᵒᵏ ᵒᶰᵉ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora