Capítulo 31

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Los elfos saltan sobre los enanos, preparados con sus armas y decididos a terminar de asestar el golpe. Aunque no van a luchar entre ellos. Saltan literalmente sobre los enanos; literalmente. 

Observo desconcertada la unión por la sed de sangre de las razas... Algo tan contradictorio como ver a un enano subido en un jabalí con armadura y a un elfo montado en un ciervo puede estar unido. Los hombres, con Bardo como representante a lomos de su corcel, simplemente muestran algo de sencillez e intentan hacer un buen uso de su vida.

Dain se abalanza hacia los orcos. Thranduil sonríe mientras ordena movimientos a su ejército para aturdir y menguar a los enemigos. Bardo decide quedarse en la retaguardia, esperanzado de regresar de la batalla con el mayor número de guerreros posible, sin embargo se ve forzado a mandar sus fuerzas a la protección de las ruinas de Valle al llegar otras legiones.

Los artilugios enemigos son enrevesados y complejos, e incluso llegan a rivalizar con las famosas máquinas de guerra enanas que ha traído Dain (como unas enormes lanzas con cuchillas que quiebran las flechas, o los trineos con cuchillas en las ruedas que quebrantan todo lo que esté a su alcance). Los trolls de las cavernas han salido y muestran las marcas de las torturas que los han convertido en los juguetes de guerra del ejército de Azog. 

Una vez controlada la situación por parte de los enanos y un apoyo élfico, el ejército de Thranduil se dirige acompañando a los hombres a defender Valle. En ese ataque, el rey elfo ha perdido su animal y sus movimientos reflejan su dolor.

Frente a las murallas de Erebor, los enanos sufren y comienzan a perder fuerzas. Dain también ha perdido a su animal... ya no lo volveré a ver fanfarronear sobre sus colmillos...

Los hombres han sufrido una retirada hacia el corazón de la ciudad, donde han conseguido recuperar un poco de las fuerzas e intentan pensar con claridad. En esa misma ciudad destruida por el dragón, el rey elfo mira el rastro de la guerra en su pueblo y ordena la retirada.

"¿Donde está Thorin? Le necesitamos". 

Dain pide ayuda.

¿Dónde está Thorin? ¿Dónde está mi compañía? ¿Dónde estoy yo?

***

— ¡Riel! ¡¡¡Riel!!! Contesta... 

Abro los ojos y miro a unos puntos borrosos que están sobre mí. Comienzo a ver y veo cómo Kíli golpea mi cara con los ojos cargados de terror. Aguanto su mano al ver que va a volver a golpear y chillar.

—Déjame hablar... —escucho suspiros de alivio. Me intento incorporar y siento como sujetan mi espalda. Miro a mi alrededor y veo que seguimos en el mirador—. ¿Cómo es que seguimos aquí? Marchemos—pido con un gesto ayuda para ponerme de pie. Me ayudan y tras aguantar unos segundos consigo mantener el equilibrio—. Los soldados de la Ciudad del Lago están sufriendo demasiado. Nuestros compatriotas buscan ayuda, ¿por qué no se la ofrecemos?

El paisaje comienza a tornarse con unos colores oscuros y el cielo está rasgado. A mi alrededor está la compañía y los miro con duda. Están sorprendidos de que me haya enterado (y para qué mentir... yo también).

Al ver que me señalan con la cabeza el territorio del combate, me asomo y puedo escuchar con claridad los gritos, los choques y golpes de espada... La súplica, el llanto, la desesperanza... Dain pide ayuda.

—¡Dain pide ayuda! —ellos asienten y me miran apenados.

Comprendo y agarro con rabia la mano de Dwalin.

— ¿Dónde está mi padre?

— No lo sé. Cuando te desmallaste fui a por él y no lo encontré.

Hija de un rey (El Hobbit) Bilbo FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora