Mordiditas「 Freenbecky 」

Novena 𝗺𝗼𝗿𝗱𝗶𝗱𝗮

—¿Vamos a esperar a que estés en celo tú, Saro?.— Pregunta la omega recostada en la cama. Las sábanas la cubrían hasta la mitad del cuello, y mordía su labio a momentos.

—Te ves muy sexy cuando estás recostada en la cama. — Le dice cuando ve a su omega jugar con el borde de la sábana.

—Tú también te verías sexy aquí al lado de mí. O sobre mí.— Comenta juguetonamente.

—Amor, estás muy lejos de tu celo, ¿Y sigues así de caliente?

Le pregunta una vez rindiendo sus intentos por levantarla y recostándose un poco sobre ella está vez. Escuchando la grave y juguetona risita de Becky al ver que logró su cometido.

—Tal vez es tu celo el que me está calentando.—Le contesta, para pensarlo un poco más y continuar. —O simplemente eres tú, Saro. Mi alfa es muy sexy.

—Mi celo no está tan cerca, amor.

—Yo ya quiero mi marca, Saro. ¿Cómo es que abrimos la tuya a cada rato y yo no tengo la mía aún?

—¿No me estabas diciendo que no solo podíamos tener sexo y ya, y que querías que fuera algo mágico y especialmente bonito?

—Sí, quiero eso, que sea mágico y bonito, y que me mimes mucho, y después espero que me cuides y alimentes al menos un fin de semana, pero también quiero que sea ya.

—Es lunes y debemos levantarnos para ir a trabajar.— Becky refunfuña y se queja, ladea la cabeza para empezar a dejar tiernos besos por el cuello de Freen. —Bebé, si no paras no saldremos de aquí pronto.

—¿Algo rápido?

—Mmh no, amor. Levántate.

—Pero quiero.

—No, amor. Tal vez tengas la marca en tu cuello el fin de semana... ¿Qué tal si esperas?

—¿Me vas a dejar en abstinencia una semana, Alfa?

—Solo si puedo.

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—¿Qué se siente tener la marca? ¿Duele?

—¿Hacerla?.—Pregunta Gemini. —No entiendo, Becca, sí tú se la hiciste a Freen, y no vamos a creer que sólo fue una vez, sí cada vez que está a la vista se ve como recién hecha.

—Lo sé, pero el lazo no se siente completo, y Freen dijo que no dolió, pero es diferente porque yo soy omega y ella alfa.

—¿Tienes miedo?

—No, es decir... Ya decidí que la quiero, ya lo decidimos las dos. Y aunque duela la voy a querer. Solo quiero saber...

—Duele. Pero no mucho. ¿Freen te hace bien el amor?.

—¡Gem!.—Le regaña.

—¿Prefieres que te pregunte si te coje bien?

—¡GEMINI!.— La omega rubio levanta las manos riendo.

—Lo siento, ¿bien? ¿Pero sí?

—Mmh sí, bastante. Freen... En la cama es... Me da vergüenza hablar de eso, Gemini. ¿Qué tiene que ver?

—Cuando te muerda probablemente vas a llegar al orgasmo, Becca, el dolor ni siquiera te va a importar.

—Mmh, cuándo... Cuando lo hacemos, cuando le hice la marca y cuando la re-abro, generalmente ambas llegamos.

—Wow, ¿Se siente bien morderla?

—Es raro, no lo pienso mucho, simplemente pasa y Saro es muy tierna y me encanta y es muy buena en la cama y antes ya me hacía llegar, pero ahora es...

—Bien, entonces tal vez sientas lo mismo, o tal vez sea más intenso, no lo sé.

—¿Crees que después de tener mi marca deba dejar de marcar a Freen?

—Creo que puedes seguirla marcando, Becca, tal vez debes hablarlo con Freen. ¿Pero después cuando tengas tú marca, no vas a querer que te marqué a ti?

—¿Te gusta que Char abra tú marca?

—Me encanta. Se siente genial, y después se siente como si fuéramos uno, es... Inexplicable la sensación. ¿Que sientes con la marca de Freen?

—Me gusta ver su marca... Me gusta abrirla, y me gusta pensar que... A Saro le gusta. No sentimos mucha diferencia, creo que sí se siente más cercano, ¿Sabes? Cómo si su corazón se sintiera más cerca.

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—Eres la omega más bonita que hay, ¿Sabes?

—Pues... Supongo que no soy fea, Freen.

—Eres preciosa. Te veo y no puedo creer que eres mi omega, amor. Toda tú eres fantástica, no solo hablo de ti físicamente, ¿Sabes? No puedo esperar a que estemos conectadas.

—Hablé con Fourth, dijo que podrían cubrir mi trabajo de edición del sábado, el problema es que Charlotte no puede encargarse de las sesiones solo.

—Eso está arreglado. No iba a dejar a la suerte hacer nuestra marca. — Están recostadas en un sillón. Freen ha mantenido sus manos para ella misma y la omega, y a pesar de las quejas del pequeño, no se han dado más que tiernas caricias.

Sabe que Becky es sensible. Sabe que Becky es mandona y que es bastante... Activa. Y no le gusta mantener a su pequeña privado de placer ni a ella libre del privilegio de tocar se bonito cuerpo, escuchar esos suaves gemidos y jadeos, y finalmente, enterrar sus caninos en ese fino y elegante cuello.

Dejando una marca justo como la suya. Preciosa y reabrirla cada vez que sea posible.

—Ya quiero que llegue el viernes. ¿Debo preparar algo?

—Solo debes estar lista. Ponerte algo bonito, y tal vez hacer la maleta.

—¿La maleta?

—¿No te dije?

—¿Que no me dijiste?

—Iremos a un lugar bastante bonito, amor. Donde te pueda tener para mí sola.