Capitulo 31

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Todas miraron a Arthur quien parecía estar pensando en algo, después de varios segundos de intenso silencio suspiró.

-Ha... Bueno, sería hipócrita de mi parte si como aliado no te ayudo aunque sea un poco. ¿Quieres un consejo? Deshazte de los nobles, debes quitarles el poder militar y controlarlo tú sola. Te evitas posibles rebeliones y golpes de estado.

Philothea abrió bastante los ojos, se esperaba de todo menos ese consejo.

-E-Eso... ¿Es en serio?

Arthur asintió con la cabeza.

Imaginen que en la actualidad cualquier persona con dinero y estatus pudiese formar su propio ejército. Claro, dejando mercenarios y bandas criminales aparte.

¿Que país en su sano juicio aceptaría tal cosa? actualmente en Havencrest había algunos limitantes como cuántas tropas podía mantener cada quien, ¿Pero como sabemos que esas personas no tienen más tropas en secreto?

-Si bien hacerlo me otorgaría más poder, ¿No me traería eso muchos problemas de gestión? Me guste o no los nobles son necesarios para el funcionamiento del reino... -Dijo ella, aunque su tono de voz sonaba más bien pensativo.

-¿Y como sabes que no te roban a tus espaldas? -Preguntó Arthur-. Las casas nobles más antiguas saben bien cuales son los huecos legales y argumentales de ser noble, una vez los descubren, un granito de arena que toman se convierte en dos, luego tres, luego cuatro y así hasta tener todo un castillo de arena.

Philothea miró a Arthur.

-Por supuesto que sé que roban, a mí y al reino. Aunque no lo vea o escuche lo sé, para mí es tan claro como el agua. -Dijo ella.

-¿Y entonces? -Arthur levantó una ceja.

-Es solo que aunque hacen eso tienen que cuidarse de no llamar mucho la atención. -Explicó-. Una sola palabra mía y el resto de casas los destrozan. Nadie quiere a alguien más fuerte que ellos y cualquier oportunidad de sacar una pieza del tablero no es desperdiciada. Por eso, aunque hagan lo que hagan en las profundidades tienen que cumplir con su parte en la superficie.

Philothea suspiró.

-Erradicar a la nobleza podría darme más poder, ¿Pero quien gestionaría los territorios libres? ¿Que sentido tiene sacar piezas del tablero para reemplazarlas por otras?

-Te lo pondré así; ¿Si una de las patas de la mesa se tambalea, que pasa si la cambias por una nueva y mejor? -Preguntó Arthur.

-¿La mesa deja de temblar? -Philothea levantó una ceja.

-Exacto, ahora tienes una mesa perfecta y cómoda que no hace un desastre cuando se mueve. -Sonrió-. Saca a los nobles y reemplazalos por funcionarios leales que hagan lo que les digas, incapaces de reclamar más territorios, incapaces de usar alguna clase de poder para obtener recursos e incapaces de regentar tropas.

»Su único papel es asegurarse de que cada territorio no se desmorone y mensualmente deberán hacerte un reporte de lo sucedido en dicho mes.

Philothea abrió un poco los ojos y pensó detenidamente.

-¿Es así como funciona tu reino actualmente? -Preguntó.

-De hecho, es más complicado que eso, pero sí. -Añadió Adela.

-¿A qué te refieres? -Philothea la miró.

-Nuestra información viaja más rápido. -Adela mencionó mientras levantaba los hombros

En ese momento Philothea recordó los trenes y lo entendió todo.

Glideric poseía máquinas de escribir y trenes. Además, los aviones y radios ya eran solo cuestión de tiempo a nivel nacional. La información viaja demasiado rápido y sin contar la radio ya que en este caso se usa el papel y los aviones aún no están en funcionamiento, toma un máximo de 1 a 3 dias para que la información llegue a la capital en tren.

Rey De Reyes - Volumen 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora