Capítulo 7

120 17 11
                                    


BRADLEY

Bradley se encontraba regresando a su habitación después de un horrible día. Los maestros no se estaban compadeciendo de que era solo el segundo día y ya estaban dejando trabajos y programando evaluaciones. Esos viejos piensan que uno no tiene vida, como ellos, pensó con irritación. Y como si no fuera suficiente, había tenido la mala suerte de volverse a encontrar con el idiota de las escaleras.

Durante el descanso de una de sus clases, se había dirigido al baño. Mientras se lavaba las manos, escuchó cómo un grupo de personas entraba. Ni siquiera prestó atención, hasta que escuchó una voz sarcástica:

Vaya, vaya, pero si es el príncipe caído que nos honra con su presencia entre los plebeyos.

Bradley levantó la mirada y los vio a través del espejo. Era el desconocido de las escaleras y dos imbéciles más.

Se tomó un momento para detallarlos. El idiota de las escaleras era de su misma estatura, con una contextura similar pero un poco más musculosa. Su cabello castaño claro, peinado hacia atrás, dejaba al descubierto un rostro con una sonrisa estúpida. Sus ojos claros brillaban con una malicia evidente. La chaqueta de cuero marrón, los pantalones vaqueros ajustados y las botas resonantes completaban su estilo. Otro idiota con complejo de superioridad.

A la derecha, había un tipo alto, que lo superaba por varios centímetros. Parecía un espantapájaros humano, todo huesos y piel pálida. Su cabello negro y desordenado le caía sobre unos ojos oscuros y hundidos que lo miraban con desdén. Usaba una camiseta negra y jeans rasgados, completando la imagen de alguien con necesidad de atención. Patético.

El último era más bajo, pero con un cuerpo robusto y musculoso. Parecía el matón del grupo. Su cabello casi rapado y la barba incipiente le daban un aire de brutote de barrio. Sus ojos oscuros eran fríos y calculadores, y su camiseta ajustada acentuaba sus músculos. El típico gorila.

Esos tres solo podían significar una cosa: problemas. Bradley los miró con una mezcla de desinterés y desdén. Sabía que esto podría salir mal, pero jamás les daría el placer de verse intimidado.

¿Qué pasa, chicos? ¿Perdieron el camino a la jaula de monos? dijo con un tono tranquilo, mientras cerraba el grifo para secarse las manos.

Observó cómo el idiota 2 frunció el ceño y el idiota 3 tensó la mandíbula, mientras que el gran idiota mantenía su sonrisa burlona. Bradley sintió la tensión aumentar, pero mantuvo su expresión impasible, decidido a no mostrar debilidad.

Bradley continuó secándose las manos con calma, su mente trabajando rápidamente para evaluar sus opciones. A pesar de su apariencia tranquila, sabía que la situación podría escalar rápidamente si no manejaba bien a estos tres imbéciles.

Vaya, pero si el principito no se amedranta dijo el idiota de las escaleras, su sonrisa burlona intacta mientras se adelantaba un paso. Los otros dos se movieron con él, como un par de hienas acompañando a su líder.

Bradley dejó la toalla de papel en el basurero con un gesto deliberadamente lento. Cada movimiento calculado para no mostrar prisa ni temor.

¿Por qué debería? respondió Bradley, manteniendo su tono tranquilo . Además, realmente no pensarás que tú puedes intimidarme, ¿o sí?

La sonrisa del idiota de las escaleras se tensó un poco, y Bradley pudo ver el destello de frustración en sus ojos. El espantapájaros humano a la izquierda soltó una risita despectiva, mientras que el gorila simplemente observaba, sus nudillos blanqueando por la presión de sus puños cerrados.

RIVALS TO ROOMIESWhere stories live. Discover now