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CONTENIDO MADURO

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POV ARA TRAVERS

Mis pensamientos giraban en una mezcla de deseo y expectación mientras Draco me guiaba hacia el baño. Dentro de la ducha, el agua tibia nos envolvía, creando una atmósfera íntima y segura. Draco comenzó a quitarme la ropa con una delicadeza que contrastaba con la intensidad de sus ojos. Sentí cada prenda deslizarse por mi piel, aumentando mi excitación.

Cuando finalmente quedé desnuda ante él, sus manos comenzaron a explorar mi cuerpo con una ternura apasionada. Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo cuando sus dedos encontraron mi cabello, masajeando mientras lavaba mi cabello con esmero. Sus manos se movieron lentamente, bajando por mi cuello y mis hombros, cuidando cada detalle. Sus labios siguieron el mismo camino, plantando besos suaves pero intensos en mi piel.

Sus manos continuaron su viaje, lavando mi cuerpo con cuidado, hasta llegar a mis pies. Cuando subió de nuevo, se detuvo en mi vientre, el cual besó con devoción. Sus labios subieron hasta mis pechos, que lamió con ansias, arrancándome suspiros profundos. Mis pezones se endurecieron bajo su lengua, y mi respiración se volvió más pesada.

Draco subió hasta mis labios, besándolos con una intensidad que me dejó sin aliento. Mordiéndolos ligeramente, introdujo su lengua profundamente en mi boca, explorándola con avidez. Mientras nuestras lenguas se entrelazaban, sentí su mano bajar hasta mi clítoris, que comenzó a acariciar con movimientos expertos.

—Draco... —murmuré contra sus labios, mi voz llena de deseo.

Él me alzó, haciendo que enrolle mis piernas alrededor de su cintura. Sentí su miembro rozar mi feminidad, y no pude evitar pegar un pequeño grito. Agarré su espalda con mis manos, casi arañándola con mis uñas, mientras el placer me inundaba.

—Entra en mí, por favor... —le rogué, mi voz temblando de anticipación.

Draco sonrió contra mis labios antes de introducir un dedo dentro de mí. Luego, añadió un segundo dedo, moviéndolos dentro y fuera, arrancándome gemidos cada vez más fuertes. Mis caderas se movían involuntariamente, siguiendo el ritmo de sus caricias. Mi cuerpo temblaba bajo su toque, y finalmente, llegué al primer orgasmo, mi cuerpo estremeciéndose de placer.

Pero necesitaba más. Necesitaba sentirlo completamente dentro de mí.

Sin darme cuenta, me penetró de un movimiento, primero lento, permitiéndome ajustarme a su tamaño. Sentí cada centímetro de él llenándome, y no pude evitar soltar un gemido ahogado. A medida que el placer aumentaba, sus embestidas se volvieron más rápidas y profundas. Cada movimiento me acercaba más y más al límite, hasta que finalmente, me corrí de nuevo, mi cuerpo convulsionando en su abrazo.

Sin embargo, él aún no había llegado. Salimos de la ducha, nuestras pieles mojadas brillando bajo la luz tenue. Draco se sentó en la tapa del inodoro, y me acomodé encima de él, sintiendo su dureza contra mí. Comencé a cabalgarlo, moviéndome rítmicamente, arrancándole gemidos profundos.

Tomó su varita y lanzó un hechizo silenciador, sus ojos llenos de placer mientras me miraba.

—Así puedes expresarte sin temor —dijo con su voz ronca de deseo.

Liberada por el hechizo, dejé escapar todos los sonidos de placer que había estado conteniendo. Mis movimientos se volvieron más frenéticos, y los gemidos de Draco se unieron a los míos en una sinfonía de deseo. Sus manos se aferraron a mis caderas, guiándome, mientras ambos nos acercábamos al clímax.

Finalmente, sentí su cuerpo tensarse debajo del mío, y con un último gemido, alcanzó su propio orgasmo. Sentí su calor llenándome, y nos quedamos así, respirando pesadamente, nuestros cuerpos todavía unidos, disfrutando del momento de pura conexión y satisfacción.

LA NIÑERA | 𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora