Temido

Cap 23

Fulminaba el auto con mi mirada, sabiendo que era tan solo un auto y no vería nunca mi mirada.

Escuche murmullos y me gire. Ahí estaba una chica ¿desnuda? No era la ropa que parecía ropa interior. Patética.

Venía con Daphne, ¿Por qué no lo imagine? Ellas son amigas.

-Wow, eres muy inteligente-

No hice caso a mi yo misma y sonreí acercándome a ella.

Venía caminando como si de una diosa se tratase, el viento golpeaba su teñido cabello haciéndolo a este hacia tras.

Su mirada se encontró con la mía, si paso era decidido. Nunca la vi por aquí, seguro había faltado todos esos días que yo había venido.

—Quítate, voy hacia mi auto. Ocupas mi hermosa vista— Me hablo la muy... mejor evito malas palabras.

Reí sonoramente sarcástica.

— ¿Disculpa? — Dije

— ¿Eres sorda? Córrete— Escupió la muy víbora.

-¿víbora?-

-Cierra...Cierto que no tienes, cierra lo que tengas pues, no molestes-

-Tu eres la única que me puede controlar-

-Que misteriosa eres, yo misma-

-Soy lo más-

-No-

-Acéptalo-

-YA BASTA-

Y por arte de magia dejo de hablar.

—Mira niña— La mire fijo— No te metas conmigo—Dije tranquilamente.

— ¿Perdón? — Pregunto indignada

—Perdonada—Sonreí triunfante.

Me di vuelta para entrar el auto pero me di cuenta de algo... el maldito auto de la maldita víbora seguí allí intacto.

—Quieto tu auto lejos de mi lugar de estacionamiento—La mire fijamente, esperando que moviese el maldito auto.

—Ese lugar es de los populares, y por lo que ves, Daphne y yo lo somos— Sonrió Orgullosa. Oh cariño, te sacare ese orgullo.

—Me vale si ese lugar es de los populares, ese lugar lo quiero YO. —Sonreí hipócritamente.

— ¿Quién te crees? Solo viniste hace unos días y ya quieres ser la reina. No lo conseguirás—Dijo enfadada.

—Tranquila campeona— Burle— Consigo todo lo que quiero—Sonreí.

—Cuidado llego la riquilla o la que se hace— Rio esperando que alguien se riese, pero nadie hizo nada, dejándola completamente como idiota. Patética.

—Yo no me hago nada— Dije indiferente.

— Entonces no tienes poder sobre mí.

Sonreí autoritariamente.

— ¿Dónde trabaja tu padre? — Pregunte

— ¿Qué tiene eso que ver? Estas loca—Dijo

—Tu solo dime donde trabaja— Dije irritada pero la sonrisa no se me iba.

— Es el más importante jefe en el hotel Sabatini—Sonrio, presumiendo su "dinero"

Sonrei, Vero sabia exactamente lo que yo estaba haciendo. Julian miraba atento mis movimientos y estaba aguantando una terrible carcajada.

— Adivina mi apellido y el poder que el tiene como para dejar sin trabajo a tu padre— Sonreí.

— A mi padre nadie lo manda, él es el jefe—Dijo, luego pensó— Solo el señor Sabatini pue...—ME miro aterrada— ¿eres Oriana Sabatini? —Pregunto.

Sonreí, me acerque a mi auto y lo ubique en otro lugar, al solo cruzar al lado de ella. Susurre apenas un "no te metas conmigo"

-Eres mala...Amo que seas mala-

-Amo ser mala- Respondí a mi yo misma.

Era patético hablar con mi conciencia, pero me divertía mucho con ella.

NARRADOR:

Oriana Entro a clases, por la falta de tres profesores, esta salio antes. Justo era la hora de pasar por Fátima, y a Oriana se le ocurrió pasar por Julian.

-No sabes su dirección-Dijo mi hermosa yo misma.

-Cierto-

Entonces opte por simplemente irme a casa.

/.../

—Vamos Fátima, caminas muy lento— Rezongaba Julian con su pequeña hermana, la cual tarareaba quien sabe que canción y saltaba entre las baldosas de las veredas

—Llegaremos de todos modos—Respondió tranquilamente.

Julian bufo.

Julian abrió la puerta, a continuación... Fátima corriendo a Diana, su madre. La cual estaba con un delantal con dibujo de playa.

—MAMI MAMI— Jalo la pequeña del delantal de su madre.

La madre al estar ocupada no le presto atención...

—Mami, Julian tiene una princesa— Diana dejo todo de repente y miro a su hija y luego a su hijo el cual estaba levemente sonrojado ¿raro no? Julian no es de sonrojarse.

— ¿Princesa?

—Si... hoy la encontré en el colegio...aparte el la tiene bajo su almohada— Dijo inocentemente.

—Claro que no— Negó Julian
-¿Julian?...- Dijo sonriente Diana.
-No es verdad...- Negó Julian

Diana ignoro a Julian y miro a su hija sonriente.

— ¿es bonita? — Pregunto esta.

—Es hermosa— Respondió Fátima— Como una princesa.

—Fátima...— Dijo Julian

— Deja a tu hermana— Lo reto Diana.

—Es muy amable... aparte su hermano está lindo— Dijo, Diana miro de reojo a Julian...

—Fátima, no es lindo— Dijo celosamente.

— Para mí es lindo— Dijo la pequeña

—Julian... ¿me muestras la foto de la chica? —Pregunto su madre.

—No— Enfadado se retiró de la sala hacia su habitación.

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