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EL EMBARAZO

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Sanemi

Dia de la noticia 

Kocho nos había dado algunas instrucciones, sobre los cuidados que Nozomi debía tener a partir de ahora, aun principio se puso a hacer berrinche porque ya nada de entrenamientos, nada de misiones, nada de estrés, nada de nada que tenga que ver con los cazadores.

—Quieres dejar esa cara rayito -ella me miro con su ceño fruncido- porque me ves como si tuviera la culpa.

—Porque si es tu culpa -se cruzo de brazos.

—¿Ja!? como que mi culpa.

—Si quien te manda a entrenar en casa sin la parte de arriba de tu uniforme, quien te manda a andar solo con una toalla en la cintura. -no pude evitar reírme- lo digo enserio.

—Si, pero yo no tengo la culpa de que mi esposa resultara ser tan apasionada. -aunque no podía verlo sabía que se le habian subido los colores.

—¡No lo digas así! -se cruzo de brazos- mejor vamos a casa, tengo hambre. -ella comenzó a caminar sin verme.

—Que empiece el reto -dije en voz baja.

—Te escuche.

—Ya lo sé -corrí hacia ella y rodee su cuello con mis brazos- Reiko-san, se pondrá feliz, así como el viejo.

—¡Tienes razón! ¡Debo contarle al abuelo! 

—En cuanto lleguemos a casa avísale.

—Me gustaría decirle en persona, pero Shinobu me dijo que viajes largos no.

—Podríamos hacer que él venga, veremos la manera de traerlo.

—Enserio? -ella me miro con sus ojos ilusionados- traerías al abuelo

—Por supuesto, si tanto quieres decirle en persona lo haremos.

—Gracias nemi -ella me abrazo cual koala- ahora llévame así.

—Rayito no me importaría pero tienes falda -ella se bajo con cuidado- se que es larga pero...

—Si yo sé -me dio un beso en la mejilla- mejor vamos a casa. -caminamos a casa agarrados de la mano- Reiko-san estamos en casa.

—Bienvenidos -ella veía limpiado sus manos- que alegría tenerlos a ambos en casa.

—Creo que se alegrara más con lo que tenemos que decirle Reiko-san

—¿Qué sucede? -ella nos miraba sucesivamente- Vamos niños díganme.

—Bueno Reiko-san nosotros -ella me miro y yo lleve mi mano a su vientre- estamos esperando un bebé. -sus ojos se llenaron de lagrimas.

—De verdad -asentimos- felicidades muchachos -ella nos abrazo- muchas felicidades, les deseo lo mejor que este bebé crezca sano y fuerte.

—Gracias Reiko-san -le dije- usted es parte de esta familia, y ahora Nozomi no ira a misiones así que se la encargo mucho. -ella tomo una de mis manos entre las suya.

—Puedes confiar en mi muchacho, cuidare de esta chica como si fuera mi propia hija -ella comenzó a llorar más- us-ustedes se volvieron mi familia... gracias.

—Nosotros le agradecemos Reiko-san -ambas estaban llorando.

—Veo que el embarazo ya empezó a relucir sus efectos.

Mi Rayo De Luz (Shinazugawa Sanemi)Место, где живут истории. Откройте их для себя