XVIII✨

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—Shawn— dije, sacudiendolo otra vez para que despertara.

Este chico ya comienza a asustarme. Llevo más de quince minutos intentando que despierte, y nada.

—Shawn, despierta joder— dije, esta vez moviéndolo más fuerte.

Y lo único que recibí de su parte fue un ronquido, y un pequeño manotazo.

Justo en el momento que iba a tirar un vaso con agua en su cara, un grito de su madre hizo que despertara abruptamente. Vaya, quien diría que eso sería lo más efectivo.

—¡Estoy despierto!— exclamó, irguiéndose repentinamente.

Comencé a reír como loca, mientras él me miraba enojado. Otro ruido se escuchó, parecido al gritó de su mamá, pero esta vez mucho más extraño.

Miré a Shawn, mientras él solo se dedicaba a bostezar.

—¿Qué mierda esperas?, ¡muévete, Shawn!— grité, haciéndolo reaccionar.

Se levantó de la cama, y bajo rápidamente las escaleras, conmigo siguiendo sus pasos.

¿Recuerdan el ruido extraño? Bien, pues esa era la mamá de Shawn intentando golpear con la escoba a un pequeño animalito negro que corría por el pi... Un momento... No, no puede ser...

—¡Maldita rata!— gritó, intentando darle otra vez con la escoba.

Miré a Shawn alarmada.

—¡Joder!, ¡no es una rata mamá!— exclamó él, quitándole la escoba.

Tomé al pequeño animalito en mis brazos, y la madre de Shawn se me acercó extrañada y con el ceño fruncido.

—¿Es un...?— asentí de inmediato—, dios, lo siento, creo que necesito renovar mis lentes.

Reí un poco.

—No puedo creer que lo confundieras con un ratón, en serio, mamá— le reprocho, en tono serio.

—No me hables en ese tono, jovencito, ¿se te olvida que soy tu madre?— pregunto ella, apuntándolo con el dedo.

No pude evitar soltar una risita ante la pequeña discusión que estaban teniendo.

—No entiendo como pudo conseguir a una chica tan linda como tu... tiene mucha suerte el muchacho— me dijo, con una sonrisa en el rostro.

Le di mí mejor sonrisa.

—Mamá— advirtió.

—Te callas, Shawn, que aquí nadie esta hablando contigo— dijo ella, provocando una risa de mi parte.

—¿No se te hace tarde?— sonrió maliciosamente.

Ella abrió los ojos como platos.

—Bien, yo me llevaré a Aaliyah hoy, por favor no destruyan mi casa, y sobretodo, no se acerquen a mi cocina, ninguno de los tres— advirtió, apuntándonos—. Dejo a mi nuera a cargo.

Nos regalo una gran sonrisa, y salió por la puerta principal.

—Estoy a cargo, en tu propia casa, Mendes— dije, con aires de superioridad.

Él rió, y negó con la cabeza divertido.

—Iré a dejarlo arriba— dijo, refiriéndose a Peter.

Asentí.

En cuanto desapareció de mi vista, la pantalla de su celular se encendió indicando que tenía un mensaje. Luchando contra la curiosidad, lo ignore. Minutos después comenzó a sonar.

—¡Shawn, te llaman!— grité, tomando el aparato entre mis manos.

—¿Quién es?— preguntó, bajando las escaleras.

—¿Olivia?— respondi, aunque sonó mas como una pregunta.

—Ah...— se limitó a decir, caminado a la cocina.

La chica continuó llamando insistentemente, mientras a Shawn no le importaba ni un poco lo que quería. Aproveché que estaba preparándose algo de comer, cogí el teléfono y contesté.

Antes de que pudiera decir algo, la chica comenzó a hablar desesperadamente.

—¡Shawn, amor!, ¿por qué no has contestado mis llamadas?, te extraño— chilló en mi oído.

—Eh, cálmate, no soy Shawn.

—¿Qué?, ¿quién eres, y qué haces con el teléfono de mí novio?

Sentí un pinchazo en el pecho, y me quedé congelada, ¿había dicho "novio"? Sí, claro que lo había dicho, y no sabía porqué, pero me había dolido.

—¿Hay alguien ahí? ¿Shawn?— preguntó, desde la otra línea, haciéndome reaccionar.

—Mira, él esta ocupado ahora, pero le diré que llamaste, adiós.

Colgué, y noté que el mensaje que había llegado antes, era de la misma chica. Opté por no verlo, y simplemente dejar el teléfono sobre la mesa de centro.

Me senté con la piernas cruzadas en el sofá, y escasos minutos después, Shawn apareció con varias cosas acomodadas en una bandeja de plata.

—El desayuno está listo— dijo, sonriéndome.

Intente sonreírle, pero para mi mala suerte, pareció más una mueca que una sonrisa, y él lo notó de inmediato.

—¿Pasa algo?— preguntó, frunciendo el ceño.

—No, es solo que no tengo hambre— respondí, encendiendo el televisor.

Asintió, claramente sin estar completamente convencido. Su teléfono comenzó a sonar otra vez, y me miro como pidiendo permiso para contestar.

—No hay problema— susurre, en tono cortante.

Me miró extrañado, luego asintió, y se alejó un poco para hablar.

—¿Taylor?— lo escuché decir—, no... no... no te importa... claro... allí estaré... si, iremos juntos... nos vemos.

Colgó la llamada, y volvió a mi lado.

—Hay una fiesta está noche, es en casa de un amigo, ¿te gustaría ir?— preguntó, mientras ambos tomábamos café.

—Claro— respondí, mientras él asentía.

—Genial.

—Supongo.

—¿Te pasa algo?

No, no me pasa nada.

Asintió, y ambos nos mantuvimos en silencio.

(...)

—Cameron nos vendrá a buscar en... una hora mas, te espero abajo— avisó, con una sonrisa.

Asentí, y se retiró de la habitación.

Me di una ducha rápida, y comencé a buscar lo que me pondría esta noche. Opté por un vestido corto de color negro, tacones del mismo tono, y un bolso que hiciera juego. Me maquille un poco, y baje las escaleras. Abajo se encontraban Shawn y Cameron, ambos me observaban con la boca abierta.

—Vaya— espetó, Cameron—, estas realmente... muy, muy guapa.

—Te ves preciosa— dijo, Shawn, con una sonrisa tierna.

—Gracias— dije, sonriéndoles—. ¿Ya nos vamos?

Ambos asintieron.

Juro que quiero que sea una buena noche, pero presiento que no lo será...

Strings; memories never die✨ ➳s.mWhere stories live. Discover now