Once

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Flippy se encaminó rápidamente a casa de Mía. Al llegar a la entrada tocó la puerta. Segundos después le abrieron. Mía dejó ver sus hinchados ojos. Aparte de las noches desveladas, estaban rojos porque había estado llorando. Él no dijo nada y se acercó a ella con lentitud. La estrujó entre sus brazos y le susurró al oído.

-...todo va a estar bien... -ella se estremeció un poco, pero después le correspondió y también lo abrazó con delicadeza.

-..gracias... -susurró apenas audible.

Flippy se quedó un rato en casa de la gatita y después salieron a la calle. De vez en cuando Flippy contaba uno que otro chiste o historia para hacerla reír y mantenerla entretenida y distraída. Pasó el día y Mía se había tranquilizado un poco. Flippy la dejó en casa y él se fue a la suya.

Durante todas las noches siguientes, ella no dejaba de tener una pesadilla. Soñaba con el asesino, con la persona que le quitó la vida a Russell, a Mime y a Handy. Todas las madrugadas era lo mismo, siempre la rutina se repetía: se iba a dormir, tardaba una o dos horas en quedarse dormida por el insomnio, tenía la pesadilla, se levantaba a media noche y luego no podía dormir, las mañanas siguientes se le hacían sumamente pesadas y el dolor de cabeza nunca se quitaba.

No era la única, Flippy también tenía pesadillas diarias. Ninguno de los dos podía tener una vida tranquila.

La calidad de vida de Mía fue bajando y entró en una depresión. Tenía miedo, mucho miedo de hecho. Tanto que no salía a las calles ni a conseguir comida. La que tenía en casa ya se estaba echando a perder y poco a poco fue dejando de comer. El pánico y la poca comida hicieron que ella adelgazara considerablemente.

Estaba sumergida en la misma basura de siempre, los mismos pensamientos. Todo era monótono. Ella tenía pánico.

Estaba sentada en la sala, pensando en lo de siempre cuando alguien toca el timbre.

Ella se paralizó un poco, pues no había visto a nadie en varias semanas y tampoco había salido a la puerta. Lentamente se levantó del sillón y fue a atender. Era Nutty.

No se dijeron nada. También a Nutty se le veía mal. Tenía grandes ojeras y estaba más delgado y un poco pálido. Había venido a visitarla para que continuaran con el caso. No podían dejar que el asesino se saliera con la suya. Debían atraparlo.

Mía recuperó el coraje y tomó valor. Durante los siguientes días ella limpió su casa, se deshizo de toda la basura y compró comida nueva. Tomó una ducha.

<<Esto es ridículo... >> pensó para ella misma mientras el agua le escurría por toda la cara y el cuerpo <<Casi todos los habitantes de Happy Tree Friends han muerto. Sólo quedamos yo, Nutty, el señor Pop y su hijo Cub, Flaky, Splendid y Flippy>>.

Se salió y se colocó una toalla alrededor de ella. Se quitó el exceso de agua de su pelaje.

<<Qué tomará el asesino como referencia para matar a las personas?>> tuvo una idea. Iría a investigar cada uno de los asesinatos cometidos. Se tenían relación, podría investigar quién sería la siguiente víctima, tenderle una trampa y así atraparlo. A no ser que él mate por puro gusto y placer.

Decidió hacer un recorrido nocturno. Iría a las calles a examinar los lugares donde hubo un homicidio.

Así se fueron pasando todas las noches. Ella salía de casa a buscar pistas. De vez en cuando se juntaba con Nutty para investigar juntos. Con el paso de los días ella se obsesionó con ello y no dejaba de hacer planos e investigar.
Nada le daba resultado; cuando sentía que estaba apunto de saber la verdad, había otro punto que lo contradecía todo y debía empezar de nuevo.

Flippy también tenía un problema. Cuando estaba dormido, o sea en las noches, el otro sujeto Fliqpy aparecía. Se salía de casa e iba a la de Mía a vigilarla toda la noche hasta que amaneciera. Regresaba a casa antes de que el sol se pusiera y despertaba creyendo que había sido un sueño que iba a casa de la chica. Y sí, cuando Mía se salía de casa a investigar en las calles por las noches, Fliqpy también la seguía sin que ella se diera cuenta.

Un buen día, Mía estaba llegando a su casa un poco agotada por la noche anterior. El señor Pop estaba en el jardín y pudo ver cuando ella estaba entrando.

-Hey, Mía! -la llamó y ella volteó -Te ves cansada...! Por qué no vienes a tomar una taza de té relajante en mi casa?

-Oh, muchas gracias, señor Pop, pero no quisiera molestar...

-Bah, tonterías. Ven! Es un remedio natural muy bueno...!

Ella aceptó. Entró con el señor Pop y se sentó en la sala mientras él preparaba el té.

Cub estaba jugando en la sala y se acerca a Mía.

-Owww... Hola, Cub! Qué bonito niño eres...! -lo cargó y le hizo cariñitos un ratito. El bebé ya conocía a Mía y era de confianza para él.

Minutos después el señor Pop llegó con un par de tazas.

-Cuántas cucharadas de azúcar?

-Dos, sólo dos, por favor -ella dejó al bebé para que siguiera jugando y tomó la taza de té. Le dio varios sorbos -Muchas gracias, señor Pop, es usted muy gentil.

-Las hierbas que contiene son muy buenas -señaló la taza en las manos de ella -son realmente potentes para reducir el estrés y para dormir plácidamente.

-En serio? Fabuloso, quizá es justo lo que necesito, jejeje...

Estuvieron conversando un poco y ese momento fue de mucha ayuda para ella. Se estaba comenzando a sentir más relajada. No duró mucho tiempo dentro y se dispuso a salir para entrar a su propia casa.

-Muchas gracias, señor Pop. Se lo agradezco mucho -estaba en la puerta y se encaminó a su casa.

-Avísame cuando quieras más! -gritó el señor y se metió a su casa.

<<Qué noble es el señor Pop...>> pensaba mientras abría la puerta de su casa para entrar <<También su hijo Cub es muy tierno...>>. Entró a su casa y se sentó en el sillón un rato.

Algo interrumpió sus pensamientos. Un grito violento provenía de la casa de su vecino. Ella corrió a la calle nuevamente y se colocó en la entrada de la casa de Pop.

-Señor Pop!! Señor Pop!! Está todo bien?? -tocó varias veces la puerta. El grito se apagó y después no contestó nadie.

Ella se fue por la parte de atrás de la casa y se asomó por la ventana. Podía ver la cocina, pero no la sala, que era donde los gritos se habían producido.

Manipuló la cerraja de la ventana y entró. Se fue a la sala y vio a Pop tirado sobre un gran charco de sangre. Le habían rajado el estómago verticalmente. Junto a él estaba Cub que lo habían cortado por la mitad.

Ella no pudo evitarlo y dio un gran grito de horror -Aaahhhh!!!!! -corrió fuera de casa y salió por la puerta.

Estaba dispuesta a correr por las calles. Salió por la parte trasera de la casa cuando choca con alguien.

Ella cae encima de él y se da cuenta de que Flippy estaba abajo de ella.

-Flippy...?

¿Quién es el asesino?  {Fanfic Flippy y tú  Happy Tree Friends}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora