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Finalmente, después de varias horas junto a Dae este se quedó completamente dormido en mis brazos, estábamos en esa gigantesca habitación y sé que ninguno de los dos estábamos cómodos por muchas cosas que hubiera así que como pude acondicione a Dae para que se sintiera en confort, estas horas junto a mi hijo me negué a hablar con la "familia" puesto que no pensaba dejar que mi hijo estuviera presente, así que una vez él se quedó completamente dormido yo baje, me di cuenta de que era la hora de cenar y todos estaban yendo al comedor por lo que los seguí instintivamente hasta el lugar.

—Cielo, toma asiento y vamos a cenar.

—No tengo hambre, muchas gracias.

—Tiff, si sigues negándote solo te harás daño, no te haremos nada, ya te lo he dicho.

—Yo... es que todo esto es muy confuso para mí y discúlpenme pero no les creo absolutamente nada

—Sé que así es, pero eres mi hija y te amo... no sé qué tantas mentiras has escuchado sobre nosotros pero créeme cuando te digo que solo somos malos en historias mal contadas...

—¿De verdad? Explícame entonces por qué ibas a traficar a Hannia y a mí cuando apenas éramos unas niñas, ella tenía meses de nacida y yo... solo era una niña...

Alexander quien era mi padre, se quedó atónito ante tal testimonio, creo que pensó que jamás había descubierto ese lado de la historia y a juzgar por su silencio asumí que una vez más era realidad y que mis padres habían tenido una razón para llevarnos con él, Edward lo miro de inmediato y podía percibir el enojo en su mirada.

—¿Qué está diciendo? ¿Papá?

—Eso... es mentira, yo jamás haría eso con mis hijos...

—Pues es lo que sé, Hannia y yo estamos en fotos desnudas, con un número de serie y lo que se es que ellos querían vendernos a unos hombres por una estúpida alianza o algo parecido. 

Vi como Edward se levantó de la silla y dio un golpe seco en la mesa, las mujeres ahí presentes dieron un pequeño brinco asustadas por su reacción tan inesperada, Alexander también se levantó y me miro con un odio que estaba segura... no era la primera vez que me veía de esta forma.

—¿Cómo te atreves?

—¿Es cierto?

—¡Carajo! Edward, soy tu padre.

—Ellas tus hijas... ¿¡ES CIERTO O NO!?

—¡Claro que lo es! Pero no es como ese par de estúpidos te hicieron creer

—Eso era lo que necesitaba oír, ten por seguro que ellos no me dijeron absolutamente nada, todo lo descubrí por mi cuenta y algo si puedo decirte, ese par de estúpidos como los llamas ¡SON MUCHO MÁS PADRES QUE TÚ! ¡¿VENDERNOS?!

—Ann necesitas calmarte.

—Tú cállate, que seguramente tú fuiste la cómplice, ustedes solo me dan asco.

—¿Por qué papá? Siempre me dijiste que alguien las había alejado, cuando lo hicieron para salvarlas de ti, eres un...

Parecía que Edward no sabía de esto, pero sin duda la rabia en sus palabras era más corta que su decepción, su mirada era completamente otra y era una mezcla de emociones, al menos parecía que a él le importábamos un poco.

—Lo hice por amor, por amor a todos ustedes, incluyéndote a ti Tiffany, incluyendo a Ariana, son mis hijas...

—¿Ah si? Pues aquí estoy, dame una respuesta que me convenza y te juro que lo perdonaré, pero si no lo logras te juro que te sacaré los ojos y haré que te los tragues, no se te olvide que tengo un hijo y por mi cabeza pasa todo, menos venderlo o hacerle daño como el que tú querías hacernos a Hannia y a mí...

Bernice empezó a llorar mientras la anciana a su lado le dio un par de palmadas como consuelo, Alexander se levantó y masajeo su cien, creo que empezaban a temer que fuera una amenaza, el ambiente estaba muy tenso y yo solo estaba esperando un movimiento del contrario para hacer algo pero, por el contrario, no había nada, ni siquiera una mirada.

—Ustedes solo eran un anzuelo, jamás haría algo para herirlas... en ese tiempo unas personas querían que ustedes fueran suyas, querían que ustedes fueran para sus hijos y para esto tenían que ser criadas con ellos, bajo sus reglas y enseñanzas, a cambio me darían poder adquisitivo y muchas facilidades más, su madre y yo...

—Su madre y su padre no querían, todo fue mi idea y mi decisión, son las únicas mujeres de la familia, así que era su deber otorgarnos esto.

—Los hombres... Carlos y Noel, ellos eran los hombres.

—Digamos que eran los hijos de la familia a quien las venderíamos, pero evidentemente gracias a los imbéciles que escaparon con ustedes nunca pudimos usarlas más, eran un anzuelo y eso llego a oídos de ellos así que no nos quedó otro remedio más que matar a la familia de los chicos y criarlos como unos de los nuestros, siempre les hice creer que sus padres adoptivos tenían la culpa de la muerte de Janice y Lorren quien eran los padres de ese par de gemelos, los crie mejor que a este inservible porque lo que no pudo hacer tu viejo padre, pudieron hacer estos jóvenes, yo siempre estuve cerca de ustedes, sabía los nuevos nombres, sus vidas, sus horarios, todo, todo lo supe gracias a Carlos que resulto encantador y buen hombre joven para la vieja de tu madre, la envolvió tan bien que fue quien le quito la vida y la hizo chillar cuál cerda, ver como la vida escapaba de sus ojos fue... una sensación fascinante. 

—Eres... una bestia...

—Una bestia que te ha traído de regreso, una bestia que ha mantenido el buen funcionamiento de esta familia y la herencia que es suya, Edward es el único hijo que será mi heredero, no pienso dejarte ni un solo gramo de tierra a ti ni a esa chiquilla.

—No lo necesito, todo esto es una mierda gracias a usted...

—Abuela, dime que no es cierto... todo lo que dices, no puedes haberlo hecho.

—Claro que lo hice, hice sufrir a estas niñas y lo haré mucho más porque no son dignas de esta familia.

—Pero son tu sangre.

—No, su madre se metió con Nick, por lo que esta mujer es solo una bastarda con el apellido Feng, ¿por qué crees que Nick accedió a llevárselas? Porque tu adorada mamita se lo suplico y él no dejaría jamás que algo les pasara a sus hijas, lo sé todo Bernice, el único con mi sangre eres tu Edward.

Edward miró a su madre y era como si se hubiera caído de un pedestal, arrojo la silla, por un lado, y salió del comedor, mire a esa anciana cuya boca me dio un poco de paz al saber que mi padre no era un Feng pero al mismo tiempo me sentía condenada, puesto que al no ser parte de la familia, no tenía otro destino más que la muerte.

—Ahora que sabes la verdad, te puedo decir que no eres indispensable en esta familia, si vuelves a amenazar a mi hijo o a cualquiera en esta casa, te juro que mato a tu hijo y haré que se lo coman los perros, junto a tu esposo. 

—Tú no le harás nada a mi hija...

Mi madre tomó el cuchillo que tenía como cubierto y sin pensarlo y de un movimiento lo clavo en la yugular de la mujer, todos ahí nos quedamos en shock y solo viendo como esa mujer llevaba sus manos a su cuello y tiro del objeto ahí provocando que más sangre saliera de su boca y la herida parecía una fuente chorreante, su hijo se acercó a ella y trato de parar la sangre mientras lloraba, el primo de la familia solo se levantó y salió corriendo, yo no sabía qué estaba pasando, mi madre se acercó a mí y me abrazo entre lágrimas.

—No debí dejarte ir nunca, perdóname por tener miedo y solo dejarte ir lejos, lamento todo lo que has pasado con ese par de monstruos, pero nunca más nadie te hará daño... te lo prometo.

Me Enamore De Un Asesino (Taehyung Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora