Capítulo 24: Muere

548 92 51
                                    

Taekjoo

¿Qué podía hacer? Me sentía tan inútil, tan impotente... La persona de la que me había enamorado había sido abusada frente a mis ojos y no lo pude evitar, y él... se sentía mal por eso, el corazón se me hizo un nudo al escuchar sus palabras; ¿Sucio? ¡No! Él no estaba sucio, cada parte de él era una obra de arte, más allá de el interés físico, él era una gran persona, a mis ojos, Lee Won era perfecto.

Tan solo quería abrazarlo y repetirle una y otra vez que no era así, para mí, él era el ser más puro que alguna vez conocí, quería borrar cada rastro de dolor de su cuerpo, de su mente, de toda su vida; quería verlo sonreír.

<<¡Lo odio! ¡Juro que mataré a ese canalla! El hijo de perra no podrá salirse con la suya, incluso si tengo que arriesgar mi propia vida.>>

Incluso si ahora quería consolar aún más al abogado, primero tenía que asegurarme de que podría sacarlo de aquí.

—Bien... —me aclaré la voz—. Te juro por mi vida, que viviremos para tener una casa con un árbol de cerezo —añadí forzando una sonrisa.

—¡De acuerdo! —Lee Won me devolvió la sonrisa.

Después de observar la habitación en busca de algún arma o cosa que pudiéramos usar como defensa, lo único que encontramos fueron los cubiertos con los que venía acompañado el plato de comida.

—Un tenedor y una cuchara —Lee Won los tomó-. ¿Qué puedo hacer con esto?

—Puedes clavarlo en el cuello de alguien —tomé el tenedor e hice un pequeño ademán fingiendo apuñalar algo.

—¿Y la cuchara? —la miró—. ¿Le saco a cucharadas el ojo a alguien también? —reprimí una risita.

—Supongo, todo sirve —suspiró mientras veía la puerta.

—Tenemos que asegurarla —dijo antes de tomar la silla a la que yo había estado atato y ponerla contra la puerta para evitar que se abriera.

—Buena idea, ahora... —lo miré nuevamente.

Con ayuda del tenedor rompí un trozo de tela para cubrir las piernas de Lee Won, no tenía idea de cómo hacerlo pero algo se me tenía que ocurrir.

—Ven aquí —Lee Won me miró y se acercó a mi sin decir nada—. No ayuda mucho pero te cubrirá un poco.

—¿Qué planeas hacer con eso? —me miró con curiosidad.

—¿Una... falda quizá? —sus labios se curvaron en una sonrisa burlona, pero asintió sin más.

Con cuidado, pasé la tela por detrás de su cintura y le dí un par de vueltas para luego atarla entre sí.

—Creo que ya quedó —dije alejándome.

—Bien, ¿Qué tal me veo? —colocó una de sus manos en su cintura y posó como si estuviera modelando.

—Increíblemente hermoso —aseguré.

—Bien, entonces es hora de salir de aquí —asentí, no sabía cómo íbamos a lograrlo, pero lo haríamos.

[...]

Estábamos listos, el plan inicial se había dejado de lado a causa de el doctor y el otro tipo que nos había descubierto, ahora no había tiempo para esperar a Zhenya, nos iríamos ahora.

—¿Listo? —me susurró Lee Won.

—Listo —asentí y con cuidado, quitó la silla de la puerta, luego arrojó el plato de comida al suelo, haciendo que se rompiera en pedazos y causara mucho ruido.

Condena de Rosas | LeeJooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora