Viaje en el tiempo No. 1 Esposo inmortal

Capítulo 81

Un solo éxito puede traer muchos beneficios.

Por ejemplo, cuando Chí Changye y él volvieron a caminar juntos, había menos aprendices que lo miraban mal, y ya nadie intentaba comprar a su seguidor arrojando piedras espirituales. Además, la identidad de Chí Changye se transformó sin problemas, nadie les puso trabas, y su tarjeta de identidad cambió a la de un aprendiz común. También, ellos cuatro ya no tenían que poner un puesto. Al día siguiente de la competición de alquimia, Zhou Li les entregó la escritura de la tienda en su pequeño patio.

Resultó que la tienda no la alquilaban, sino que era de su propiedad privada, y ahora se transfirió a nombre de Gu Yao. Una tienda así, si la pusieran a la venta, fácilmente les reportaría decenas de miles de piedras espirituales. Tras escuchar la explicación de Zhou Li, Gu Yao estuvo a punto de venderla de inmediato; ¡eran decenas de miles de piedras espirituales! Vender píldoras nunca les daría tanto.

Claro que también había inconvenientes, como recibir saludos entusiastas de muchos aprendices cuando salían, la mayoría de rostros desconocidos. La actitud completamente diferente a la de antes incomodaba a Gu Yao, reforzando su decisión de convertirse en un "ermitaño". Salvo por ir al Salón de Transmisión de Habilidades y la Biblioteca, no salían de su pequeño patio si no era necesario. La tienda la dejaron completamente en manos de Tian Feirong y del pequeño gordito.

Zhou Li entró en la tienda llamada "Gu Chi". Cada vez que veía el nombre de la tienda se quedaba sin palabras. ¿Era demasiada pereza o querían alardear de la estrecha relación entre los dos?

Desde el primer día que reabrieron la tienda, los aprendices que venían por las píldoras descubrieron que también vendían amuletos espirituales, y de alta calidad. El maestro de talismanes no era inferior al maestro alquimista Gu Yao, pero ningún maestro de talismanes se atrevió a desafiar al que estaba detrás de la tienda. El ejemplo de la Cumbre de Alquimia estaba ahí; se decía que Li Shurong y Liu Lingge se encerraron en meditación nada más regresar y no saldrían en un buen tiempo.

Sin embargo, Zhou Li y otros sabían quién era el maestro de talismanes. ¿Quién hubiera pensado que Chí Changye, siendo un espadachín, también dibujaba excelentes talismanes? Zhou Li no prestó mucha atención a los talismanes de nivel intermedio antes, pero compró muchos de los de nivel avanzado cuando los vio por primera vez para usarlos como protección.

"¿Otra vez solo ustedes dos? ¿Ellos dos no están como siempre?" Zhou Li preguntó riendo.

El pequeño gordito puso los ojos en blanco: "¿No es obvio? A Gu Yao y al joven Chí nunca les ha gustado interactuar con la gente".

Tian Feirong se acercó: "¿Hermano Zhou, se te acabaron las píldoras? ¿Vienes a comprar más?"

Ahora fue el turno de Zhou Li de poner los ojos en blanco: "Ya casi me quedo sin piedras espirituales, no puedo seguir comprando". Luego, con un tono de chisme, agregó: "¿Han escuchado? Últimamente se corre un rumor en la corte exterior. ¿Recuerdan al vendedor misterioso de la Píldora Superior Bihua en la ciudad de Shifang, que hizo que el nieto del maestro Hu cargara con la culpa? Desde la competición de alquimia, se dice que fue Gu Yao quien estaba en Shifang y causó que el nieto del maestro Hu cargara con la culpa. ¿Creen que sea cierto?".

"¡Pff, cof, cof...!" El pequeño gordito se atragantó y comenzó a toser violentamente. Había decidido no prestar más atención a este asunto, ¿quién era el desgraciado ocioso que sacaba esto a relucir de nuevo? Él, siendo el protagonista, no había dicho nada al respecto.

De hecho, cuando salieron los resultados de la competición, él ya lo había sospechado. No había nadie más que Gu Yao que pudiera haberlo incriminado. Antes de que pudiera pedirle una confirmación a Gu Yao, este mismo vino a su habitación y se lo confesó. El pequeño gordito no podía culpar a Gu Yao; los que habían señalado al culpable eran aquellos idiotas sin ojos en la ciudad de Shifang. Incluso si Gu Yao se hubiera presentado a sí mismo como el alquimista, probablemente lo habrían tomado por loco o por alguien con delirios.