One-shot

Simon "Ghost" Riley (buen chico"

Simon "Ghost" Riley si algo era ese hombre era ser dominante era odvio por su forma de caminar de hablar o incluso en su porte, y cuando me refiero a dominante lo digo en muchos ámbitos incluido en la cama, eras su esposa así que sabías lo dominante que era en ese ámbito a fondo.

Le gustaba ver tu cuerpo retorcerse a su toque a sus besos a sus caricias todo era fascinante para el, conocía tu cuerpo como un mapa un mapa que memorizó a fondo, sabía cómo presionar tus botones hasta que sintieras que no podías aguantar más, esa era su parte favorita pero hoy, hoy sería muy diferente.

Había llegado muy borracho esa noche así que decidiste hacer algo un poco divertido, en cuanto llego corrió a la habitación y se echó en la cama, caminaste a él con unas esposas que el usaba para su trabajo.

Te acercaste y te inclinaste para tomar sus manos las esposaste contra el espaldar de la cama y te subiste sobre el mientras te agachate para plantar un beso lujorioso en sus labios eso lo hico despertar y mientras te besaba con una sonrisa en sus labios intento mover sus manos para tocarte pero sorpresa, sus manos estaban atadas y rápidamente su ceño se frunció.

"-Sera mejor que me sueltes linda" Dijo y sonaba como una advertencia pero en cuanto te moviste contra esa carpa en sus pantalones soltó un gemido involuntario.

"-Oh vamos si tú cuerpo dice lo contrario" Te moviste con más fuerza mientras sus manos intentaban liberarse de las esposas y intentaba no jadear mientras yo me reía de su débil intento de contenerse.

Las cosas avanzaron desabotonado su camiseta y plantando besos en su piel mientras bajaba por su pecho hasta su abdomen, su cara dejaba ver lo molesto que estaba por ser el sumiso pero no podía evitar arquear su cuerpo a tu tacto lo que te causaba gracia.

Poco a poco bajaste a sus pantalones bajando los lentamente juntos con la ropa interior hasta dejar ver su gran masculinidad para empezar a hacer el "trabajo" con tus manos tan jodidamente lento que el sentía que era una maldita tortura y sus caderas se movían en busca de acelerar las cosas.

Luego de unos momentos y saber que estaban listo te subiste sobre el y desapareciendo tu ropa lentamente y tirándola contra algún lado de la habitación, empezaste a preparar tu cuerpo mientras te movías contra el cuando ya estuviste lista empezaste a moverte con más fuerza saltando lentamente sobre el hasta que te acostumbraste y empezaste a moverte aún más fuerte.

"-Buen chico" dijiste para burlarte de sus jadeos.

Empezaste a brincar sobre el intentando entrar toda aunque era un poco difícil pero miraste su cara de veía tan jodidamente sumiso así atado eh indefenso ante tus caricias que sentías que querías hacer esto siempre.

Te movías contra el aún más fuerte intentando darle todo el placer posible y el a ti hasta que no pudo más, literalmente te rogo que sueltes las esposas y dijo que seguiría siendo sumiso, ¿como podrías decir que no a esos bellos ojos color miel?.

Pero fue un gran error apenas soltaste sus brazos te tomo y te puso boca arriba en la cama y el encima de ti mirándote burlón.

"-Oh cielo te vas a arrepentir tanto de lo que hiciste" Expresó y tomo tus manos para llevarlas a las esposas y esposarlas justo como tú lo tuviste a él hace unos minutos.

No pusiste ni decir algo cuando su cabeza bajó y empezó a besar tu pecho pasando la punta de su lengua en tu pezón alborotado eh inchado de necesidad mientras su mano bajaba y hacia el trabajo entre tus piernas insertando dos dedos mientras no podrías hacer nada más que gemir y jadear.

Sus dientes pellizcaron tu pezón mientras te miraba a los ojos burlón al verte temblar y jadear contra sus toques.

Luego de dejar tus pezones y pecho lo suficientemente hinchados y adoloridos sus labios bajaron por tu vientre hasta tu entre piernas besando tu feminidad mientras sus dedos jugaban con tu clítoris buscando que sientas un placer inigualable, entro su lengua en ti y no paro hasta que sentía que estabas a punto de correrte.

Allí rápidamente se acomodo y frotó su masculinidad contra tu entrada haciéndote gemir y jadear de necesidad y empezó a entrar en ti sin ninguna consideración de lentitud.

"-No tan fuerte" gemiste y sentías que tus piernas se partirían en dos con cada embestida moviendo la cama y haciendo la rechinar.

"-Te dije que te arrepentirás" Expresó y siguió moviéndose y sentías como entraba en tu sin delicadeza alguna pero poco a poco te acostumbraste y te sentías en los cielos.