El día de la reunión con Alex llegó, y Gabriel se preparó con cuidado para el encuentro. El estudio de grabación, un espacio en el que solían trabajar juntos en proyectos literarios, estaba configurado para parecer una conversación casual sobre futuros proyectos. Carolina y Gabriel habían preparado un dispositivo de grabación y cámaras ocultas para captar cualquier indicio de traición.
Gabriel se encontraba en la sala de espera del estudio, nervioso pero determinado. La tensión en el aire era palpable mientras esperaban a Alex. Carolina, que había llegado con él al estudio, se mostró preocupada, aunque intentó mantener una actitud calmada y profesional.
—Todo está listo —dijo Gabriel, mirando a su alrededor para asegurarse de que todo estuviera en su lugar—. ¿Crees que Alex vendrá a tiempo?
—Sí, no debería tardar mucho —respondió Carolina, con una sonrisa que Gabriel encontró ligeramente forzada.
El sonido de la puerta abriéndose interrumpió sus pensamientos. Alex entró al estudio con una actitud despreocupada, saludando a Gabriel con una sonrisa amigable.
—¡Gabriel! —exclamó Alex—. No sabía que estarías aquí. ¿Qué tal todo?
Gabriel sonrió, aunque su mente estaba ocupada en la vigilancia. —Hola, Alex. Gracias por venir. Pensé que podríamos hablar de algunas ideas nuevas para el próximo libro.
Alex asintió y se dirigió hacia la mesa de la sala, donde Carolina ya había dispuesto algunas notas y documentos relacionados con el proyecto.
—Carolina, ¿cómo estás? —preguntó Alex, dándole un abrazo amistoso.
—Todo bien, Alex —respondió Carolina—. Estaba justo preparando algunas ideas que creo que te van a interesar.
Mientras Alex se acomodaba en una silla, Gabriel activó discretamente el dispositivo de grabación. La conversación comenzó con normalidad, hablando de posibles temas para el próximo libro y de la dirección creativa que podría tomar. Carolina y Alex parecían estar en la misma sintonía, compartiendo ideas con entusiasmo. Sin embargo, Gabriel no podía sacudirse la sensación de que algo no estaba bien.
La reunión avanzaba sin contratiempos aparentes, hasta que Carolina recibió una llamada en su teléfono móvil. Salió de la sala para contestarla, y Gabriel aprovechó la oportunidad para ajustar la grabadora y verificar el estado de las cámaras ocultas.
Mientras revisaba el equipo, Gabriel notó algo extraño. En uno de los monitores, que mostraba la vista de la entrada del estudio, Carolina estaba conversando con una figura que parecía familiar. Gabriel se acercó al monitor para observar mejor, y su corazón se aceleró al reconocer al hombre que estaba hablando con ella. Era el mismo individuo encapuchado que había sido captado en las cámaras de seguridad de su apartamento.
Gabriel se sintió confundido. ¿Qué estaba haciendo esa persona aquí, en París, y en contacto con Carolina? Decidió mantener la calma y esperar a que Carolina regresara para abordar la situación con discreción.
Cuando Carolina volvió a la sala, su rostro estaba pálido y ligeramente alterado. Gabriel trató de no mostrar su preocupación.
—¿Todo bien? —preguntó Gabriel.
—Sí, solo era una llamada importante —respondió Carolina, evitando el contacto visual.
La reunión continuó, pero Gabriel no podía dejar de pensar en la extraña conversación entre Carolina y la figura encapuchada. La sensación de desconfianza hacia ella creció mientras la conversación con Alex se volvía más tensa.
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El Lector
Mystery / ThrillerGabriel león es un renombrado autor de thriller psicológico, admirado por millones de seguidores.Pero acosado por la presión de mantener su reputación. Su ultima novela ha dejado insatisfechos a críticos y lectores, sumergiéndolos en una espiral de...