Capítulo 30: Aclaraciones Básicas

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Mirko se rió a carcajadas mientras Saitama mantenía la boca pegada al fregadero, bebiendo tanta agua como podía para aliviar el picante. "¡No seas un bebé! Tampoco le puse tanto," dijo, con los ojos brillando de diversión.

Saitama, finalmente logrando apagar el fuego en su boca, se giró hacia ella con una expresión resignada. "Por graciosa, ahora tú harás la cena."

Mirko sonrió ampliamente. "Si no te importa un salteado de pollo picante con verduras, lo haré con gusto."

Saitama, aún recuperándose del picante, asintió y se dejó caer en una silla, observando cómo Mirko comenzaba a preparar la comida. Mientras ella cortaba los ingredientes con destreza, se le ocurrió una pregunta. "Oye, ¿no eras invulnerable a todo?"

Saitama suspiró. "Bueno, sí, pero mis sentidos siguen igual. De hecho, son bastante más altos que el promedio."

Mirko se detuvo un momento, procesando la información, y luego se echó a reír nuevamente. "¡Eso explica por qué te afectó tanto el picante! Pero oye, al menos ahora sé que no eres completamente indestructible."

Saitama sonrió con ironía. "Sí, solo me tomó un poco de picante para descubrirlo, no planeo comer eso, así que ahora ve y cocina algo mas."

Rumi le saco la lengua y se fue a cambiar, tomo el delantal de la cocina y se puso a hacer algo rápido, no tiro la comida que hizo Saitama, eso seria pecado, solo la guardo para otro día.

Después de un rato, Mirko sirvió la comida con una sonrisa traviesa. "Ten, así no lloras," dijo mientras ponía una buena porción de crema lactosa en el salteado de Saitama.

Saitama aceptó el plato, observando la generosa cantidad de crema que aliviaba el picante. "Gracias," dijo, tomando un bocado. "De hecho, está muy bueno."

Mirko  quiso mantener una cara seria, pero recordar la cara de Saitama bajo la regadora la hizo reírse de nuevo. "En serio, no puedo superar el hecho de que no te afecte ser lanzado al espacio por All Might en una pelea, pero sí un poco de picante."

Saitama se encogió de hombros, mirando su plato. "Si no sintiera nada, hace rato que me habría vuelto loco. Las cosas pequeñas, como el sabor de la comida, son importantes."

Mirko se rió y se sentó junto a él, sirviéndose una porción de su propio salteado, sin la crema lactosa. "Bueno, supongo que es mi trabajo mantenerte cuerdo con mis habilidades culinarias."

Saitama sonrió mientras tomaba otro bocado. "Y yo que pensaba que solo eras buena pateando traseros, o bueno, recibiendo las patadas, aun no haz logrado darme un solo golpe."

Eso ultimo fue puramente para enojar a Mirko por su broma, pero a ella ni le importo, pues era la verdad.

"Eso también," dijo Mirko con una sonrisa pícara. "Pero tengo muchas habilidades ocultas. Nunca subestimes a una mujer como yo."

La cena continuó con una conversación amena, Saitama y Mirko disfrutando de la compañía del otro. Era un momento simple, pero lleno de significado. La camaradería y la chispa entre ellos hacían que todo, incluso una comida picante, fuera algo especial.

Saitama levantó su vaso de agua, mirándola a los ojos. "Por mantenernos cuerdos, entonces."

Mirko levantó su propio vaso y lo chocó suavemente con el de Saitama. "Y por no hacer que esto sea aburrido."

Otra cosa que le sorprendió de Mirko era que ella era abstemia, no bebía alcohol de ningún tipo, según ella era porque eso era de debiluchos que necesitaban  respiros de la realidad porque eran muy patéticos para enfrentarla.

Un calvo Símbolo de la Paz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora