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-capítulo treinta y cuatro: y que yo sea el único para ti

(maratón 1/2)

bello, antioquia

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bello, antioquia.
20 de julio de 2024.
1:38am.

me tape la cara de la vergüenza, tatay, quien ya estaba casi que borracho; se encontraba abrazado a la mamá de richard mientras cantaban niégame tres veces de silvestre dangond con una copa de guaro cada uno en cada mano.

estábamos todos en la casa de la familia de richard, había mucha familia de él, tanto de parte de mamá como de papá, a todos los conocía y obvio ellos a mi. estaba contenta de verlos. me encontraba sentada al lado de juvena, la prima de richard con thian en brazos, era hermoso ese monito, veía sus ojos y reflejaba la misma energía tan linda que tenía su tío.

richard no estaba tan borracho como tatay y su mamá, pero se encontraba un poquito prendo. el estaba sentado al lado del cantante, con un litro en la mano. entonado como siempre

ya hace bastante rato habíamos llegado, la verdad no sabía que habían llamado a literalmente una papayera para hacernos entonar unas cuantas canciones que por ley, todos nos sabemos. habíamos comido fritanga hace un rato y ya estábamos bebiendo alcohol, agu rdiente, ron. yo no tomaba tanto, era más de tomar cervezas, pero iba recibiendo muy breve a una copita de guaro, imposible decir que no.

el señor que se encontraba cantando, finalizó la canción, todos la habíamos cantado y disfrutado bastante como todas, cantabamos salsa, vallenato, todos unos corronchos.

— ¿que tema sigue mi compadre?— le hablo el cantante a richard, él era el que decidía la canción.

— cante olvídela, que estoy que me corto las venas hijueputa.— hablo tatay cómo pudo, aún en las piernas de la que era mi suegra, o es, yo no sé.

uy no. que pena, ni yo me atrevía a tanto.

todos le aplaudieron y le celebraron a tatay.

— no no, mentiras. richiii, papi, hágale, la que usted quiera que yo si o si la voy a cantar.— siguió hablando tatay cómo pudo, por la borrachera.

todos volvieron a celebrarle.

richard me miro con una sonrisa tierna, yo hice lo mismo y le reí por su rostro. era increíble lo fácil que reconocía su rostro cuando tenía así sea la más mínima gota de alcohol en su cuerpo. luego de pensar un poco, le secreteo algo al cantante y este se sorprendió.

— jodaaaa. ¿para la pelinegrita de aquí?— el señor me señaló y richard asintió.

sentí como mis mejillas se calentaron y todo comenzaron a hacer buches mirándome a mi y luego a richard, me daba más penita aún. me reí y me escondí en los brazos de juvena.

vitamina; richard ríos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora