¿Lectura? si claro... ¡Esto es guerra!

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Habían pasado varios días y el día que más temía llegó.

La lectura del testamento de Manely y yo no concebía dar crédito aun a que estuviese allí. Era ilógico.

Solo rogaba a Dios que lo único mío entre aquellas líneas fuese Liam.

Me vestí formar con un vestido de color crema por encima de las rodillas ceñido totalmente y mis risos sueltos.

Siendo sencillo aun así pareciese que fuese a una entrega de premios de lo sofisticada y elegante que lucia.

Anaila mi abogada una mujer de tez clara, ojos de un café intenso y pelo color cobrizo esperaba por mí en el juzgado, mi madre había salido del país por asuntos de trabajo y las chicas estaban aun de servicio, yo como era llamada a asuntos legales tenía todo el permiso de faltar, como no tenia quien cuidara a Liam, Roderick se ofreció a cuidarle, por lo tanto debía llevar mi pequeño con él.

Mientras me vestía Liam me observaba absorto, como si estuviera observando cada detalle, al terminar me sonrió y supuse aquella seria su aprobación.

Lo tomé en brazo y lo llevé hasta el vehículo acomodándole, en el transcurso lo animé con canciones de Fall out Boy la verdad Uma Thurman tenía mis respeto era una canción divertida, Liam movía su cabecita de un lado a otro animado con aquella canción.

Llamé a Roderick antes de llegar para que estuviera pendiente, al llegar no podía con lo que veía, quien diría que Roderick viviría en un lugar así, eran unos departamentos muy lujosos y exorbitantemente costosos.

Subía por el ascensor con Liam y todo allí era tan elegante que al igual que en la casa de Mane daba miedo hasta respirar.

Nos recibió muy efusivo e isofacto Liam se fue a los Brazos de Roderick y yo me sentía desplazada, ya que esos dos cada día se unían más y yo era un lipoma desplazado hacia la periferia, no era justo.

Me quedé veinte minutos y me marché debía llegar súper puntual.

Al llegar Anaila me esperaba con una sonrisa y el coprófago de Stefan y su abogado el cual denominé mister bubarrie ya que estaba vestido como si fuese un alquimista estaban del otro lado.

Minutos después fuimos llamados y el Lic. Andrade nos recibió con extrema cortesía, comenzaba a sacar varios folders de un portafolio mientras hablaba muy elocuente.

̶ El testamento de la Sra. Manely Madrigal está dividido en cuatro partes, la primera parte les pertenece absolutamente a ustedes dos y es estrictamente confidencial de ustedes y sus abogados.

Todos asentimos y Anaila me sonreía relajada, ellos ya habían hablado con el Lic. Andrade por lo tanto ya sabía lo que sucedería.

Después de varios minutos de explicaciones y resoluciones que ni en peda o en su defecto con tres mil kilos de drogas las entendería comenzó a dar lectura a lo importante.

Estaba todo muy bien Stefan estaba feliz con todo lo dicho hasta el momento, todo era suyo, era el heredero mayoritario, Liam tenía una herencia por parte de sus padres valorada en ochenta millones de dólares y con el fideicomiso que Mane dejaba a su disposición ascendía a quinientos.

En mi fuero interno no salía de mi asombro, el mío era considerable ya que rondaba los trescientos pero al usarlo durante todo el transcurso de mi vida y pagar la carrera aquella cifra había disminuido hasta llegar a los doscientos cincuenta pero tanto dinero era obsceno.

¿Gigolo?Where stories live. Discover now