Capítulo 10

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Felix sonrió una vez más mientras volvía a besar a Minho, no querían separarse, pero ambos tenian obligaciones sin embargo, era domingo y después que Minho al fin sacará a sus hijos a pasear, había pasado el resto de la noche solo con Felix, en una improvisada cita en un picnic, pero ya había caído la media noche y al día siguiente el tenía que trabajar y Felix también, pero ninguno de los dos podía dejar de besarse, era simplemente adictivo.

— Uhm, tienes que irte, Min—

Felix se separó al fin, consciente que el mayor aún debía manejar hasta su hogar, que desgraciadamente estaba algo lejos de su departamento.

— No quiero, déjame dormir contigo —

Se quejó como niño pequeño y Felix se rió por ello, este hombre lo sorprendía cada vez más y a él le gustaba ver cada nueva faceta de Minho.

— Uhmjum, esa es una idea espectacular — Minho le besó la mandíbula, asintiendo en acuerdo con esa frase — Pero... Yo tengo trabajo mañana y tu igual, además tu madre y los niños estarán preocupados por tu demora, Minho — le recordó

Minho suspiró derrotado, pero aún sin separarse del cuello del menor, sí, su madre sabía sobre sus citas con Felix, tuvo que contarle que estaba viendo a alguien para que ella accediera a cuidar a los niños sin necesidad de interrogarlo tanto, pero los niños no sabían nada y había notado el comportamiento aún más distante de Seungmin, no quería seguirla cagando con su hijo, tenía que hacerle caso a Felix.

— Está bien, buenas noches, hermoso, descansa, te escribo mañana —

Besos castos fueron esparcidos por todo el rostro de Felix, quien solo podía reír entre cada uno, sonrió tomando el rostro de Minho y dándole al fin un beso duradero, ese que ambos estaban esperando.

— Descansa Honie—

Y con un último adiós, salió del auto de Minho y al fin se atrevió a entrar a su edificio, el lugar estaba especialmente vacío y el señor Poks, el portero, ya no estaba en su lugar trabajo.

No volteó hacia atrás, consciente que quizás no podría dejar ir a Minho si lo veía una vez más, en cambio apretó el botón del elevador y esperó con paciencia a que se abriera, estaba un poco agotado, pero feliz, Minho lo hacía feliz.

¶¶¶

Minho llegó a su casa y se percató de todas las luces apagadas, le había llevado un total de cuarenta minutos en llegar a su hogar desde el departamento de Felix, estaba cansado por pasar todo el día afuera y sabía que mañana sería un zombie andante en el trabajo, pero se esforzaría en levantarse temprano para poder desayunar con los niños, ya tenía días que no lo hacía y sentía que la relación con sus hijos se estaba enfriando.

Entró sigiloso para no hacer ruido, casi se caga del susto cuando observó un cuerpo en el sofá, se acercó para ver quien era y su corazón dolió al ver a su pequeño Seungmin dormido ahí, con su almohada apretada a su pecho y rastros de lágrimas en sus mejillas.

Se sentía como el peor padre del mundo, sabía que Seungmin tenía un peso sobre sus hombros, pero no sabía cómo preguntar por ello, Seungmin era en extremo cerrado con sus emociones, lo es desde que su madre falleció y aveces Minho extrañaba a Hye, en momentos como este donde sabía que su ex tendría más control, como en las emociones, el jamás había sabido sobrellevar otras qué no fueran las suyas y se odiaba por eso.

— Oh, mi pequeño cachorro—

Con un nudo en su garganta, se llevó al niño hasta su cama de regreso, Seungmin no despertó y Minho agradeció eso, dejó un beso en su frente y Caminó a la habitación del frente, la suya, talvez mañana sería un día mejor con su familia, porqué con Felix este había sido fantástico, pero con sus hijos, sentía que había una pared que los estaba separando.

¶¶¶

Seungmin abrió los ojos y se extrañó de estar acostado en su cama y que la alarma aun no hubiese sonado, miró el reloj y ya eran las cinco de la mañana, prefirió quedarse despierto, después de todo pronto despertaría Jeongin y comenzaría sus gritos, prefería estar despierto para ello.

Tal como lo predijo, Jeongin lloró a las cinco y media, tocando la puerta de su papi con desespero, Seungmin no lo vio llegar anoche, pero sabe que estuvo ahí porque él dormía en la cama y solo Minho era quien lo llevaba a ella.

Para su sorpresa, escuchó la voz de Minho al hablarle a Jeongin, calmando el llanto del niño pequeño, decidió levantarse, encontró a su padre en su puerta, justo a punto de tocarla.

— Hey campeón, venía a preguntar ¿qué te apetece desayunar? —

Él le estaba dedicando una sonrisa, pero Seungmin veía las ojeras en sus ojos y se compadecía de su padre, que cargaba en la cadera a su hermanito somnoliento.

— Pancakes y frutilla, dame a Jeongin, veremos la tele por mientras —

— No quiero, quiero a mi papi —

Jeongin se negó, apretando más su agarre en el cuello de su papá, lo extrañaba tanto, tenía días sin dormir en su pecho y la necesidad de hacerlo lo tenía mimoso.

— Tranquilo Minie, yo me encargo de este zorrito salvaje — bromeó besando la mejilla de Jeongin, quien rió por la caricia — Ven, quizás quieras charlar conmigo un momento — sugirió

Lo siguió a la cocina aún sin estar muy convencido, estaba tratando desde hace unas semanas explicarle sobre sus problemas con los bravucones y aún no tenía la suficiente valentía para confesarle a Minho sus problemas, no sabía cómo abordarlo.

— La abuela se fue a las once — le comentó cuando tomó asiento en el banquillo

Minho asintió, dejando a Jeongin en su silla especial ya que aun no alcanzaba las normales.

— Lo sé, creo que hoy yo los iré a dejar a sus colegios, le dejo todo el cargo a mamá y no es justo —

— A ella no le molesta — respondió Inie, bebiendo su biberón con sus ojos azules fijos en su padre

— Es cierto — apoyó el segundo mayor

Minho se rió por ello, sus hijos actuaban a la defensiva, como si él fuera a apartarlos de su abuela, cosa que jamás haría.

— Aún así, no es justo — fue toda su respuesta

Seungmin se encogió de hombros y cortó toda platica al irse a acostar al sofá para ver un poco de tele, Minho en cambio empezó el desayuno y así inició otro día para la pequeña familia Lee.

Felix Dad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora