Capítulo 25

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Corro con todas mis fuerzas. La gente del hotel me mira.

Sé cuál es su habitación y subo por el ascensor. Me impaciento y me agarro los dedos nerviosa. Un padre y su hijo están a mi lado. El niño me mira las manos y paro de moverlas. Las guardo en mis bolsillos traseros y cuando se abren las puertas salgo rápido.

Llamo insistentemente. No abre nadie.

Vuelvo a llamar y nada. Pego mi oreja en la puerta y no se escucha absolutamente nada.

Suspiro. Era de noche. Había ido al hotel para ducharme, cambiarme de ropa y meditar todo lo que le iba a decir a Lando.

Quizás había ido a cenar.

Resoplo y me quedo allí apoyada esperando.

Pienso qué debo hacer. Quizás si lo llamo o le escribo no venga tan rápido.

Decido quedarme quieta. Espero y miro el reloj cada 3 minutos.

Veo a gente que entra y sale de las demás habitaciones. Me miran de pasada y yo solo busco la cara de Lando entre la gente que veo que llega.

Me dejo caer y me siento en el suelo. Me da igual, yo solo quiero verle.

Estoy medio dormida. Me pesan los párpados cuando veo que aparece.

Parpadeo rápido para intentar despertar y me mira cuando me estoy levantando.

-Por fin Lando, llevo horas aquí esperando.

Él asiente. Cuando va a meter la tarjeta para abrir la puerta veo que trastabilla y no es capaz.

-¿Has bebido Lando?

-¿A tí que más te da?

Dice mirando la ranura donde va la tarjeta intentando abrir de nuevo.

Se la quito de la mano y protesta, logro abrir.

Empujó la puerta y me mira molesto. Le hago un gesto para que entre y voy detrás de él cerrando la puerta.

Se deja caer en la cama.

-Cierra la puerta al salir.

-Lando he venido a hablar contigo.

-Yo no quiero hablar.

-Perdóname. No debí comportarme así cuando te vi con Luisinha. Yo que hablo con Max. Entiendo ahora como te sientes. Perdóname Lando. Porfavor. Hablaré con Max y le pediré como adultos que mantengamos la distancia. No quiero volver a esto Lando. Perdóname si mis actos te han hecho daño. Porfavor.

Lando permanece en silencio. No le veo la cara, pues está boca abajo en la cama.

Me acerco por el lado donde su cara está girada. Por un momento creo que incluso se ha quedado dormido. Pero no. Sus ojos están abiertos y me mira. Me siento a su lado.

Se incorpora de golpe y se le va el cuerpo para un lado.

-Ten cuidado.

Agarro su brazo y lo sacude para alejarme.

-No Ali. No puedo. Voy en el coche, mientras conduzco a más de 300 km por hora y solo pienso en si Max te ha escrito, si habéis hablado, si os habéis visto. No puedo vivir así.

Siento una presión en mi pecho y mis ojos pican. ¿No había ninguna solución? Dolía mucho, sobretodo el tono que estaba tomando esta conversación.

-Todos nos miran, todos hablan. Ver qué Max sigue presente en tu vida duele. Sobretodo darme cuenta de que no le has olvidado. Entiendo que ahora trabajas en este mundo y es inevitable, pero no puedo con ello. Max sigue pendiente de tí. Y verle en todo momento importante contigo me duele. En tu cumpleaños estuvo, aguanté, pero le vi mirarte todo el tiempo. Ali escuché tu conversación con Cristina, con tu amiga. ¿Si Max vuelve a ti le rechazarías? Yo creo que no. Y quien saldría dolido de todo ello soy yo.

London Boy ~ Lando NorrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora