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Cuando llegamos a la pizzería una joven con cara de aburrimiento nos hace pasar a unas de las mesas del fondo, mis padres estaban bastante felices y Noah parecía animado también, yo era la única con cara de funeral y aunque no me sentía mal tampoco tenía ningún tipo de ganas de sonreír ( que novedad )

La chica con ganas de morirse por tener que trabajar aquí nos trae el menú y todos pedimos, yo  pedí una pizza con extra queso y pepperoni y un batido de fresa

— Noah, cuéntanos cómo es vivir ahí— ya empezó mi madre con sus preguntas, ahora ahogan al pobre chico

— Supongo que no es tan malo, con el tiempo te acostumbras y ves ese lugar como un hogar de alguna manera, los niños que están ahí se vuelven como la familia que perdimos

— Tenías muchos amigos?

— La verdad sí, éramos muy unidos la mayoría

— Quieres mucho a Charlotte verdad? — pregunté apoyando mis codos sobre la mesa

— Sí, desdé que la llevé al orfanato se convirtió en mi hermana pequeña, yo siempre cuidé de ella y su primera palabra fue Noah

— Que bonito— exclamó mi madre mirándolo con ternura

— Que te gusta hacer ?— la pregunta salió esta vez de la boca de mi padre

— Me gusta la cocina, soy muy buen cocinero

— Enserio? — pregunta mi madre visiblemente asombrada

— Si y también me gustan las carreras de moto, en el orfanato me daban permiso de salir a verlas

Todos en la mesa se tensaron notoriamente y dejamos de hablar, mis manos empezaron a temblar y me dio un ligero mareo, solo escuchar el simple hecho de que él también iba a las carreras me atormentó, el miedo de que la historia se repitiera me hizo entrar en estado de pánico

— Aly te sientes bien ?— la voz la reconocí como la de Noah y al alzar mi vista vi que mis padres se habían quedado quietos y en completo silencio

Unas extrañas ganas de vomitar recorrieron mi cuerpo y me levanté corriendo para ir al baño, supe que no solo yo me había levantado en cuanto la puerta del baño no fue cerrada

— Tranquila— Noah sostuvo mi pelirrojo cabello mientras yo me apoyaba con mis dos manos en el retrete

Pasé como diez minutos ahí vomitando lo que había comido durante todo el día, cuando hice un intento de pararme me tambalee pero afortunadamente Noah me agarró y me ayudó a sentarme en la tapa de la taza

— Que te pasó?— me preguntó arrodillándose frente a mí

— Seguro la pizza me hizo daño— mentí descaradamente en su cara

— Sabes que eso no es verdad, tus padres también se tensaron, dije algo?

— Ya, vamos— cuando intenté ponerme de pie, tuve un mareo y Noah puso sus manos en mis muslos volviendo a sentarme

— No puedes levantarte, quieres que valla y te traiga agua?

— No, estoy bien

— Dime que pasa Aly?

—Las motos

—Que?

— Por lo que me puse así, fue por el tema de las motos

— Te dan miedo?

— No exactamente, es un tema delicado

— Está bien, no tienes que decirme— él hizo un ademán de levantarse del piso y yo lo detuve

— Te voy a contar, de todas formas ahora eres de la familia, lo sabrás tarde o temprano, hace dos años pasó algo bastante malo, yo no soy hija única, tenía una hermana cinco años mayor, cuando yo tenía 15 años mi hermana me despertó una noche para contarme que se iba con su novio a las carreras de motos, me dijo que no le dijera nada a mis padres por qué si no se lo impedirían, otras veces ella había salido de la casa con él pero nunca sin autorización, ella estaba emocionada por participar en las carreras, a pesar de que ella me aseguró que no pasaría nada ese día yo me sentía inquieta, yo era una versión de mi hermana pero más pequeña, la conexión que teníamos era muy grande, esa noche no dormí y pasada dos horas de que ella había salido me dió una fuerte presión en el pecho, inmediatamente corrí al cuarto de mis papás a contarles que Anyi había salido, mi padre salió a buscarla como a las tres de la mañana pero cuando regresó a casa vino solo, el novio de mi hermana y ella perdieron el control de la moto y ambos perdieron la vida, después de eso me repetía todos los días que yo tenía la culpa de que ella no estuviera viva, si tan solo hubiera avisado a mis padres todo hubiese sido diferente, ellos ni siquiera lloraron cuando se enteraron, mi padre llegaba a casa a las tantas y mi madre vivía encerrada en el cuarto, yo por mi parte me hundí en la culpa y pasado unos tres meses ellos se dieron cuenta de que todavía les quedaba una hija y comenzaron a dedicarse a mí por completo, pero ya era muy tarde yo ya estaba hundida en la culpa y el sufrimiento— para cuando terminé de hablar varias lágrimas caían por mis mejillas y mis manos estaban frías y cuando pensé que él haría lo que todos, decir los siento y ya, se incorporó un poco y me abrazó, quedé tan sorprendida que perdí el aire por un momento

— No puedes culparte por algo que tú no sabías que ocurriría— esas fueron las únicas palabras que salieron de su boca antes de continuar abrazándome y no con lastima si no con comprensión y cariño

Sonríe para míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora