Capitulo 49: Mi necesidad.

56.7K 2.6K 521
                                    

Faltaban 15 minutos para que Ian me viniera a traer. Espero que sea puntual porque levantarse temprano no es nada bonito.

Decidí ir a ver a mi madre. Me sentía extraña estando con ella, lo único que recuerdo es que ella me odiaba. Todo seguía siendo obscuro o borroso en cuanto a mis recuerdos.

Esto se parecía a un juego de adivinanzas que no tienen respuestas, por ejemplo, tengo largas cicatrices en mi espalda que están cubiertas por mis tatuajes los cuales tampoco se porque me hice tantos, pero ahí estaban... esas malditas cicatrices que sé que en unos de mis recuerdos borrosos me los hice... o me los hicieron. Nunca me las quise tocar, solo con mirarlas mi cuerpo se llenaba de escalofríos.

Llegue a la habitación de mi madre y ella estaba acostada mientras miraba televisión.

- Que agradable sorpresa. – dijo mi madre cuando me vio.

Sonreí.

- ¿Cómo te encuentras? – pregunte mientras me acercaba a ella.

Mi madre empezó a sentarse con dificultad así que fui hacia ella y la ayude.

- No me recordaba que fuera tan cansado. – rio mi madre mientras recuperaba el oxígeno.

- Tengo miedo. – confesé mientras miraba su barriga.

- ¿A qué? – pregunto confusa.

- A que se te rompa la bolsa y yo esté aquí, sola contigo. Sabes perfectamente que yo entrare en pánico. – reí nerviosa. –La última vez tuve suerte. Tú estabas con Nicolás y yo estaba estudiando. No tenía idea de que sucedía en la casa, hasta que regrese y la encontraba vacía. – Sonreí al recordar ese momento. – Luego me dirigí a la cocina por un jugo de naranja y vi la nota, donde decía que estaban en el hospital. Tenía apenas 4 años, me estaba muriendo de miedo. – reí.

Mi madre rio.

- Eras muy lista tan solo con 4 años. Aprendiste a leer y escribir antes que todos tus demás compañeros. – suspiro. – Aunque te trataba mal siempre me sentía orgullosa de ti. – Sonrió. – Obviamente tenía mi forma rara de demostrarlo.

Reímos las dos.

Escuche como el timbre de la casa resonaba por todo el lugar.

- Saldré con Ian. Cualquier cosa me llamas. – Me levante de la cama. – Annaleigh sigue dormida pero no tarda en despertar.

- Gracias Emma. Diviértete. – me dijo antes de acomodarse de nuevo y dormir.

Salí de la habitación y cerré la puerta lentamente para no hacer demasiado ruido.

Baje al primer piso y tome mi celular. Camine hacia la puerta y como lo esperaba estaba ahí parado Ian. Vestía una camisa blanca con una imagen de una de las ciudades de Los Ángeles, jeans negros y una gorra plana color rojo. Se miraba muy guapo, aunque siempre se mira guapo.

- ¿Lista? – pregunto.

Y otra vez confusión.

- ¿Lista? ¿Acaso debo estar lista para salir contigo? – eleve una ceja.

Ian rio.

- Mejor súbete al auto. – tomo mi mano y caminamos hacia el auto de Ian.

Habíamos estado en muchos lugares diferentes. Primero me llevo a desayunar a un restaurante en donde saboreé el mejor desayuno de mi vida, luego fuimos a un parque de diversiones al cual casi vomitaba en unas de esas montañas rusas, creo que fue demasiado desayuno. Almorzamos en un restaurante de comida india, luego fuimos al cine y en donde terminamos jugando gotcha. Obviamente perdí. Ian tenía buenísima puntería.

Love Criminal (2da Edición) - El Imperio HudsonWhere stories live. Discover now