¿Amigos o algo más? // GIAMILA

Capitulo 19

Gian
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Veo sus ojos cerrados y boca abierta disfrutando de mis embestidas, la siento tan apretada a mi al rededor, tan cómoda, tan húmeda, que no quiero salir nunca más de acá.

La tenía agarrada del culo mientras la sacaba y la metía fuerte, el sonido de chapoteo me hace entender que Camí está cerca y más cuando siento esos latidos hermosos que me estan llevando al mismísimo cielo.

La solté y salí de ella sin cuidado haciendo que se le escape un suspiro.

— ¿A dónde vas? —pregunto abriendo los ojos para mirarme, preocupada diría yo.

— A ningún lado, menos ahora. —la tome por sorpresa girandola y obligándola a que se apoye en sus rodillas, sin esperarmelo dejo sus brazos estirados y su cara estaba apretada contra el colchón dejando su culo en forma de corazón frente a mis ojos.— Vos definitivamente querés matarme. —susurre y sin aguantar le di una nalgada dejando esa zona rojiza, tiene la piel tan blanca y cremosa que me dan ganas de cachetearla toda.

Balanceaba sus caderas de lado a lado provocando mi aguante ya que sus pliegues rozaban con la punta de mi verga cada vez que pasaba por ahí, mordi mi labio y la tomé fuerte que hasta diría le van a quedar marcas.

— Dale torito. —me provocó mirando de costado sobre su hombro, tome algo de su cabello envolviendolo en mi muñeca y la sostuve en su lugar.

— Quédate quieta. —sus caderas se inmovilizaron esperando que se la meta. Apoye la punta de mi verga en su entrada húmeda y caliente para comenzar a meterla, sentía como palpitaba esperando que la invada por completo.— ¿Te gusta así? —la provoque saliendo, solo dándole de probar.

— Por favor. —su voz ahogada por la presión en su parte superior me hizo descontrolar, rogando.— Gianfranco, dale. —escuchar mi nombre completo de su boca caliente me volvió loco.

Me metí en ella de golpe escuchando el sonido de sus nalgas chocando contra mi pelvis, su humedad me llegó a humedecer a mi y no pude aguantar más.

Solté su cabello para agarrarme firme de sus nalgas abriéndolo un poco para tener una vista mejor de lo que me estoy comiendo, o ella me está comiendo a mi, ya no lo sé.

Estoy todo adentro, ni un centímetro afuera, mordi mi labio sin poder soportar tanto placer. ¿Cómo la voy a mirar ahora en el laburo? Va a ser obvio que cogimos, sin dudas.

Sali de mis pensamientos cuando Camí empezó a mover sus caderas de adelante hacia atrás garchandose sola. Le di unas nalgadas y la solté para que se siga moviendo. Ahora quisiera tener mis lentes con cámara para no perder el recuerdo de este momento, aunque ya bastante grabado me está quedando, no me voy a olvidar de esto ni en pedo.

Movi mis caderas haciendo que se encuentren con las suyas a medio camino provocando que las metidas sean más fuertes y rápidas, en cualquier momento la lleno de leche si no fuera por el forro.

— Un poquito más Gian, dale. —me animaba a qué siga moviendome, como si fuera a parar justo ahora. Se escuchaba el ruido de mis bolas chocando contra su clítoris y mi pelvis contra sus nalgas, verlas temblar en primer plano me está desarmando.

— ¿No te da para terminar? Dale, mojame todo, apretame. —la provoque y como pude le di más fuerte haciendo que sus gemidos se transformen en gritos que se metieron en mis oídos y me hicieron estremecer de placer. Vi como estiró su mano para tocarse, pero la agarre rápido antes de que llegue y estire sus brazos hacia atrás dejando su cabeza como sostén en el colchón.— ¿Que estabas por hacer? No no Camí, tenés que terminar sin tocarte, si no no cuenta. —chasquee mi lengua en negación. Sosteniendola de sus muñecas segui cogiendola desde atrás, a mi mucho no me faltaba y sentir como me apretaba me está volviendo loco.

— No puedo sin tocarme y estoy cerca. —lloriqueo haciéndome sonreír.

— Si estás cerca es porque si podés. —me quedé metido adentro de ella por completo y comencé a mover mis caderas de arriba a abajo friccionando su clítoris con mis bolas, la saqué y volví a meter dos veces y volví a hacer se movimiento de fricción contra ella cuando la sentí temblar contra el colchón, su interior me apretó tan fuerte que pensaba que me la iba a sacar.— ¿Viste que si podés? Pasa que nadie te presto la atención necesaria. —mi voz salía dura, conteniendo todo mi interior para no explotar en este momento. Cuando sentí que se quedó quieta y su cuerpo parecía gelatina, solté sus brazos los cuales cayeron pesados a los costados de su cabeza.

No la dejé emitir palabra porque volví a mi trabajo de invadirla con mi verga, está se hizo para adelante haciendo que salga de su interior y me queje queriendo volver. Ella se giro y me empujó poniéndome boca arriba, sin darme tiempo a decir ni a, se puso encima mío y se enterró sola la verga que estaba esperando más atención que nada ahora.

— Si Cami, así. —apoyandose en mi pecho empezó a saltar sobre mi, los ojos se me fueron para atrás y solo pude gemir y disfrutar, sus labios besaron mi cuello sin dejar de cabalgarme y me llevo a otro lugar en menos de un minuto.

— ¿Te gusta asi Torito? —su pregunta me hizo volver a ella que seguía sacando hasta la última gota de leche en mi, los dedos de los pies se me retorcieron y me fui, solo quería quedarme enterrado en ella toda la noche. incomparable, irrepetible, perfecto, todo eso cruzaba por mi cabeza cuando la vi sudorosa arriba mío, cuantas pajas me clave pensando en este momento y siento que no le hice justicia ninguna de esas veces.

— Definitivamente estoy muerto. —murmure y ella me saco lentamente de dentro de ella haciendo que me queje.

— Para Gian, descansa y seguimos. —me dijo sonriendo completamente feliz, veía todos sus dientes y puedo asegurar que yo estoy igual. Miramos hacia la ventana y recién comenzaba a oscurecer del todo, es tan temprano que me hace feliz.

— ¿Te vas a quedar no? —medio afirme, medio pregunté. Parece que la tome por sorpresa ya que sus cejas se levantaron.— No te voy a obligar, es solo si querés. —no dormí nunca con nadie y ya estoy entrando en pánico, porque es la primera vez que invito a alguien que se quede.

— Si no te molesta, me quedo. —vi cómo ocultaba su sonrisa y solo quería gritar como un niño.

— Si te invito es porque no me molesta. Sabes que si no te echo. —la jodí y está se levantó buscando su ropa, saque el preservativo y lo tire a la basura, me puse el boxer y fui a buscar ropa a mi armario, salí con una remera over size, una de las tantas que tenía, y se la extendí.— Ponete así estás cómoda. —ella sin decir nada se puso la tanga y la remera, está le quedaba apenas cubriendo su culo, es tan alta que me encanta.

Sus muslos cremosos me dan ganas de morderlos y marcarlos, está despeinada y con la boca hinchada, con unas pequeñas ojeras indicio del orgasmo anterior. Y por lo bajo casi imperceptible una marquita morada que salía sobre el cuello de la remera. Antes de que pueda decir algo ella tapo su boca señalandome.

— Perdón negro, no me di cuenta, no se en que momento. —estaba medio nerviosa y me pare frente al espejo de cuerpo completo que tengo en la habitación, en mi cuello dos marcas que eran bastante visibles y me mordi el labio sintiendo esos nervios en mi estómago, sonreí orgulloso de lo que hizo.— Se puede tapar con maquillaje, si querés te puedo ayudar. —sonaba nerviosa y la mire por el reflejo.

— ¿Porque querría taparlas? Que el mundo vea que marcaste territorio. —jodi haciendo que se ría tapando su cara.

— No me di cuenta que te hice eso, o te las hizo alguien más y no me di cuenta. —ahora fue mi turno de reir haciéndole montoncito.

— ¿Quien me va a hacer boluda? Hace semanas que solo pienso en vos. —confese y su boca no llego a abrirse ya que la tapo disimuladamente, sus mejillas se pusieron rojas y miraba a todos lados menos a mi.
Me acerque y tomándola de la cintura la bese con dulzura, sin pensar en el después, solo disfrutando su boca como quiero.— ¿Vamos a ver qué comer? —ella asintió y salimos al sillón donde estábamos antes, tomo el vaso de agua que le había dado antes y se hidrato. Yo solo la miraba y no me puede gustar más está mina.

Nico tiene razón, estoy hasta las manos.