PASIÓN MORTAL || FREENBECKY (G!P)

58. Imparable [1/2]

🦦 BECKY 🦦

La explosión me golpeó con fuerza, arrojándome contra una de las paredes. Sentí el impacto recorrerme de arriba a abajo, y el calor abrasador envolvía la habitación mientras las llamas se extendían. Intenté levantarme, pero mi pierna derecha estaba desgarrada. Las quemaduras en mis brazos se hacían más insoportables, y la herida en mi abdomen me robaba el aire.

:- Maldito hijo de perra - gruñí, forzando mis piernas a moverse. El techo voló en pedazos, y escombros llovían a mi alrededor.

El hombre, con la mitad de su rostro destruido y ensangrentado, avanzó hacia mí con una sonrisa demente.

:- ¿Acaso eres inmortal, perra?- dijo con burla, arrastrando sus palabras como si ya hubiera ganado.

:- Si lo fuera, no estaría aquí, imbécil - respondí, mi voz cargada de rabia. El dolor me atravesaba cada fibra, pero no iba a ceder.

Las llamas aumentaban, consumiendo todo a su paso, y el calor me envolvía como una soga ajustándose lentamente. Lo vi acercarse, su sonrisa maníaca, mientras arrastraba una barra de acero al rojo vivo.

:- Hoy no sales viva de aquí. Voy a cumplir el deseo de Charlotte - dijo, levantando la barra y caminando hacia mí.

No podía permitirlo.

Apreté los puños, el dolor pulsaba en cada centímetro de mi cuerpo, pero tenía que pensar, tenía que actuar. Retrocedí lentamente, mi espalda contra la pared. Sentía la presión del tiempo y la muerte respirando en mi nuca.

:- ¿Qué pasa? ¿Me tienes miedo?- se mofó.

Mis ojos se movieron rápidos, buscando una salida. A mi derecha, el arma de Charlotte yacía en el suelo.

Él alzó la barra, lista para caer sobre mí.

:- Muere, perra - gritó, mientras la barra bajaba hacia mi rostro.

En un último impulso, alcé mis manos y agarré la barra que ardía como una antorcha. El dolor fue indescriptible, recorrió mis nervios como una descarga eléctrica, pero no lo solté. Gemí entre dientes, viendo cómo sonreía, seguro de su victoria.

Con la poca fuerza que me quedaba, lo empujé con todo lo que tenía. Rodamos por el suelo, ambos demasiado cerca del fuego que nos rodeaba. Las llamas bailaban alrededor, lamiendo nuestras pieles.

:- Este es tu fin, Armstrong - gruñó, apretando sus manos alrededor de mi cuello. Sentí cómo su fuerza me ahogaba lentamente.

Mis ojos se desviaron hacia la pistola, a tan solo unos centímetros. Estiré la mano, con el aire escapándose de mis pulmones, el dolor cegador invadiendo todo mi ser. Mi mano finalmente tocó el metal frío del arma.

Una sonrisa apareció en mis labios.

:- Sonríe antes de morir, perra- se burló, apretando más fuerte.

Con un movimiento rápido, levanté el arma y disparé. El estruendo fue ensordecedor. La bala atravesó su sien, y su cuerpo cayó sobre mí, pesadamente. Su sangre salpicó mi rostro mientras jadeaba, tratando de recuperar el aliento.

:- Imbécil - susurré entre jadeos, empujando su cuerpo inerte hacia las llamas que lo consumieron rápidamente.

Mis pulmones ardían, pero no me iba a rendir. No ahora.

A lo lejos, escuché voces.

:- ¡Llamen a los bomberos!- alguien gritó. La policía ya estaba aquí.

No, no podía permitir que me atraparan.

Me levanté como pude, tambaleante. Cada paso era un tormento, mis manos quemadas, mi pierna destrozada, y el abdomen sangrando sin parar. Pero aún así, avancé, negándome a caer. Miré alrededor, buscando desesperadamente una salida.