SANGRE

PRÓLOGO

Infierno.

Era la única palabra capaz de describir lo que sentía: mi sangre era lava ardiente que recorría cada centímetro de mi cuerpo, mis músculos ardientes estaban inmóviles y no podían ni contraerse, era como si todo fuera consumido por un fuego infernal y eterno, un fuego tan terrible que me impedía moverme, que me impedía gritar, gritar para pedir ayuda, para que alguien apagara el fuego.

¿Cuánto tiempo había pasado?

¿Minutos?

¿Horas?

¿Días?

¿Semanas?

¿Meses?

¿Años?

¿Cuánto tiempo llevaba sufriendo esa agonía? ¿Acaso había muerto y me encontraba en el infierno purgando mis pecados?

Fuera como fuera, sólo deseaba que aquella ardiente tortura finalizara, deseaba dejar de sentir, que mis sentidos desaparecieran por completo para ya no sentir aquel horroroso fuego circulando por mi cuerpo.

...

¿Frío?

¿Acaso esa sensación repentina era frío?

Me concentré y lo supe: no estaba alucinando, no. Sentía más frescos los dedos de mis pies, el fuego al fin se estaba apagando... Mis tobillos, mis pantorrillas, mis rodillas y el resto de mis piernas... La frescura y el alivio recorrían mi cuerpo poco a poco, de abajo hacia arriba. Finalmente, mi rostro experimentó la extinción de aquel fuego infernal y fui consciente de que podía mover mis párpados.

Entonces abrí los ojos y apareció ante mí un mundo nuevo. Cada ínfimo detalle de aquel techo blanco se dibujaba ante mis sorprendidos ojos, cada partícula de polvo se hacía visible en su totalidad y los rayos de luz en la habitación se dividían en millones de hermosos y coloridos espectros que retuvieron mi atención logrando que ignorara por unos instantes el terrible ardor en mi garganta, que permanecía incesante produciéndome un dolor insoportable, pese a que el fuego en mi cuerpo había desaparecido.

¿Qué estaba sucediendo? ¿Por qué mi visión era tan... perfecta? ¿Por qué sentía aquella tremenda quemazón en mi garganta?

De repente, un sonido en las cercanías me desvió de mis cavilaciones. Me incorporé más rápido de lo que había pensado en hacerlo y volteé hacia el lugar de donde había provenido aquel sonido.

Ahí estaba ella, de pie, sorprendida y con los ojos perlados abiertos como platos. Sus finos labios se encontraban entreabiertos dejando escapar un jadeo de... ¿terror? ¿Por qué Hinata tenía esa expresión en su rostro? ¿Qué rayos estaba sucediendo?

Algo nuevo me apartó de mis pensamientos: un aroma dulce... exquisito y muy... tentador. Repasé a Hinata con la mirada y me concentré en su cuello, su latiente yugular. Mmm... Cerré los ojos y saboreé aquella deliciosa fragancia que me estaba enloqueciendo a cada segundo, que me resultaba tan embriagadora que enviaba una devastadora descarga eléctrica a cada rincón de mi cuerpo, que me daba la sensación de que dos afiladas espadas se desenfundaban en mi boca... Era el olor de la sangre.

En un abrir y cerrar de ojos, me encontraba sobre ella listo para clavar mis colmillos en su cuello...

— ¡Naruto! ¡Naruto, detente! — los gritos de Kiba inundaron la habitación.

Sin embargo, aunque deseaba detenerme con todo mi ser, mi cuerpo no me respondía, aquel instinto asesino me dominaba por completo y sólo quería calmar mi sed... Quería su sangre.

— ¡Naruto, no lo hagas!

Y este fue el humilde prólogo de mi nuevo fic ^_^ espero contar su apoyo en este nuevo proyecto y bueno, seguramente ahora mismo están pensando: ¡¿Qué onda con esta loca?! Nos trae algo muy al estilo Amanecer parte 2 ¬¬ ¡¿Quién se cree?! X( y bla bla bla... jejejeje de acuerdo, se parece, tienen razón pero les adelanto que este fic está ambientado en el universo de Naruto (nada de UA) y lo hice como una forma de mejorar una de mis falencias como escritora: describir escenas de pelea T_T así que apóyenme con sus votos y comentarios para saber cómo lo hago, claro si no es mucho pedir -////- ¡¡LOS ADOROOOO...!! y de antemano, gracias por echarle un vistazo a mi nueva locura XD