Mi odioso duque omega ( trilogía corta Palacio de Cristal I)

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El ambiente en la sala estaba tenso. Todo lo contrario, a cómo debía ser una celebración por el cumpleaños del príncipe del reino. Y ahora que el malentendido se había aclarado, el responsable pagado y las disculpas dadas el rey intervino para aplacar el ambiente.

-Bueno, bueno- Jeremy dio una palmada llamando la atención de todos en lo que caminaba en dirección a su hijo. Se detuvo delante de Ashary e hizo un muy leve movimiento de la cabeza.

Para algunos podía parecer que al rey no le importaba aquella situación, pero para alguien como Ashary, que tenía muy buena relación y que conocía al magnate desde cachorro compendió que él también se estaba disculpando y con alivio porque todo se había desenmascarado, pero dado que ya su hijo se había disculpado, hacerlo él podría poner demasiada atención en Ashary... y eso era contraproducente en la corte.

Así que Ashary no dijo nada y respondió con una elegante inclinación.

-Yo acepto las disculpas, sus altezas- Asha pudo sentir la mirada de Lyon sobre su cabeza y que descendía sobre su nuca en dirección a su espalda, esa donde estaba la mayor evidencia de haberle salvado la vida.

Tras esto el rey se inclinó y le hizo seña a los músicos para que pusieran música y repartiera bebidas y bocadillos a los invitados. Después se giró a su hijo y le susurró.

-Saca a alguien a bailar para disipar rumores-

Lyon asintió y miró hacia al frente donde Milan se encontraba con una sonrisa al lado de Ashary tocándole el hombro, mostrándose contento por el problema arreglado. El rostro de Ashary había vuelto rápidamente a la fría máscara de siempre.

-Si me disculpan- Ashary volvió a hacer una reverencia esta vez más leve con una mano en el pecho- Iré a tomar un poco de aire a la terraza, debido a mi manifestación me abrumo fácilmente por las feromonas a mi alrededor- se excusó.

-Adelante- dijo el rey con una sonrisa y se giró hacia su hijo- Ve a bailan con Milan, se nota que quiere que lo invites.

Lyon desvió su mirada de Ashary que se daba vuelta y comenzaba a alejarse hasta Milan que tenía un ligero sonrojo ante las palabras del rey y que parecía expectante a la invitación. El príncipe realmente le hubiera gustado hacer otra cosa. No le gustaba mucho bailar y tras lo ocurrido recién no tenía mucho ánimo... pero las responsabilidades a veces eran un peso.

Dio un paso hacia Milan y estiró su mano.

-¿Me invita a este baile?- dijo de forma respetuosa y Milan asintió con los ojos brillantes.

Los murmullos no faltaron al ver al príncipe del reino bailar con el futuro conde. Después de todo muchos tenían grandes expectativas en esa pareja, sobre todo después de la circulación de los rumores el futuro duque, y esa opinión no había cambiado mucho aun después de saberse toda la verdad.

***

Ashary no se limitó a la terraza. Estaba seguro que no encontraría la real calma allí, así que bajó por las escaleras y comenzó a caminar por el jardín hasta encontrar un banco donde se dejó caer. No había mucha iluminación allí, por lo que su figura quedaba en parte escondida y eso le daba alivio. Así a veces le gustaría ser... invisible para los ojos de muchos.

Allí, solo, pudo quitarse su máscara y dejar que sus ojos se llenaran de lágrimas, lágrimas que no había podido derramar en el salón, pero allí sí. No sollozó, había aprendido a hacerlo controlando férreamente sus emociones y sentidos, pero de vez en cuando desahogarse no venía mal. No limpió sus lágrimas de golpe, dejó que estas bajaran por su rostro, de alguna forma se sentía consolador hacerlo.

Solo después de un tiempo que creyó considerable las limpio y miró hacia arriba. La luna llena se estaba mostrando tras las nubes que se desvanecían. La luz se vertió encima de él y se sintió agradable. Podía decir que al menos no estaba solo.