"Llevar el pasado de alguien es como caminar descalzo por un camino de espinas, pero el amor que él sentía por mí transformó cada espina en pétalos, convirtiendo mi sendero en un camino de rosas."
Escrito por | Zoy
Ilustrado por | Inking
Fanfic narr...
اوووه! هذه الصورة لا تتبع إرشادات المحتوى الخاصة بنا. لمتابعة النشر، يرجى إزالتها أو تحميل صورة أخرى.
Dooshik no dejaba de abrazarte, sus brazos temblaban mientras su rostro se hundía en tu cuello. Sus lágrimas caían sin detenerse, y aunque intentabas escuchar lo que murmuraba, sus palabras apenas llegaban a ti, rotas por el llanto. Su desesperación era notable y en ese momento te diste cuenta de cuánto había temido perderte, cuánto había sufrido por tu ausencia.
A tu lado, Jooha te sostenía la mano con fuerza, sus ojos estaban llenos de lágrimas. Su agarre era cálido, como si necesitara asegurarse de que estabas realmente allí, viva, a salvo. Entre sollozos, intentaba contenerse, pero la angustia que había cargado se liberaba en cada lágrima. Dani, en cambio, permanecía de pie un poco más atrás, inmóvil. Su mirada era un torbellino de emociones: confusión, alivio, miedo. Parecía en shock, incapaz de articular una palabra, como si la imagen frente a él fuera irreal.
Pero de repente, te apartaste bruscamente de los brazos de Dooshik, tu pecho subía y bajaba con fuerza, el aire parecía pesado a tu alrededor. Sin pensar, lo agarraste por el cuello de su camisa, alzándolo ligeramente hacia ti, mientras tu mirada se llenaba de una mezcla de ira y dolor.
─ ¿¡Estás loco!? ─ gritaste con la voz quebrada, tus manos temblaban al aferrarte a su ropa ─ ¿¡Por qué haces las cosas sin pensar en ti!?
Él te miró, sus ojos anegados en lágrimas, pero no dijo nada. El silencio de su parte te enfureció aún más.
─ Ese día también... En el acantilado... ─ continuaste ─ ¿¡Por qué no dudas como los demás!? ─ frunciste el ceño, sintiendo cómo tus propios sollozos amenazaban con romperte ─ ¿¡No ves el peligro y solo actúas como un idiota!?
Dooshik permanecía inmóvil, su mirada fija en ti, pero no se defendía. No podía. Tu voz resonaba en el aire frío, y los demás se quedaron completamente en silencio, observando la escena sin atreverse a intervenir.
─ Estoy cansada de vivir... ─ confesaste, bajando la mirada mientras tus manos se aflojaban en su camisa ─ Solo quería morir... Era lo que deseaba ese día.
Tus palabras cayeron como un golpe seco en el pecho de todos. Dooshik cerró los ojos, como si cada una de ellas le doliera más que el frío que ambos habían sentido minutos antes.
─ Tuviste la oportunidad de hacer como que nunca nos conocimos... Pero no lo hiciste ─ continuaste, ahora con la voz rota, apenas en un susurro ─ ¿Por qué te quedaste a mi lado? ¿Por qué sigues estando a mi alrededor?
Tus piernas cedieron, y te inclinaste hacia abajo, apoyando tu frente contra sus piernas mientras tus sollozos llenaban el vacío que dejó tu confesión.
─ Por favor, detente... Basta... ─ suplicaste, apretando los puños contra el hielo que se derretía bajo tus manos ─ Dooshik, te lo ruego, déjame en paz y vete...
Dooshik tembló, como si tus palabras fueran cuchillas que lo atravesaban. Cerró los puños, pero algo dentro de él se rompió.
─ ¡¡Por favor, cállate y deja de decir estupideces!! ─ gritó, su voz llena de furia y desesperación.