Cuatro de cinco

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La música resuena en mis oídos y aun así no puedo callar mis pensamientos golpeándome sin parar.

No puedo dormir eso es obvio. Decido ir abajo por algo de tomar algo de agua y me encuentro con la sorpresa de que mi padre ha llegado. Está llevando a mi mamá en sus brazos que al parecer se ha quedado dormida. Se detiene un poco al verme y yo hago lo mismo, luego simplemente continua su camino y yo él mío. Me sirvo el vaso con agua y me siento en la barra a beberlo. Él no tarda en unirse a mí, toma un paquete de galletas de la alacena y se sienta a mi lado sin decir nada.

Tanto silencio comienza a consumirme de a poco.

−¿Ella va a estar bien? –pregunto rompiendo el silencio

−Si... supongo. Damien la pondrá en el programa de rehabilitación del hospital, estará bien

−Bien... ¿Vas a regañarme ahora o será mañana?

−No veo en que pueda ayudar que te regañe Alexa, decirte que lo que hiciste estuvo mal está de más, no solo porque pudiste meterte en un lío enorme con la ley, aunque realmente aun no estas exenta de eso, pero perjudicaste a un montón de personas, un gran ejemplo es Trix

¿Es terrible que me sienta mal por algo que no hice? Supongo porque ahora me siento de lo peor. No fui yo quien robo sin embargo siento que lo hice y me siento avergonzada con mis padres, no fui yo quien vendió las pastillas, sin embargo el miedo de que alguien hable con la policía me llena de miedo, no fui yo quien enfermo a Trix, sin embargo la culpa no me deja ni dormir.

−Lo siento, y sé que esas palabras no bastan pero... sé que hice mal no necesitas decírmelo

−Quien iba a decir que mi problema iba a perjudicarte –dice sin mirarme y entonces compruebo lo que mi madre decía

Él se siente culpable de alguna manera por lo que pasó.

−Esto no tiene nada que ver contigo

Mi papá solo intenta una sonrisa, de esas que dicen "gracias por intentarlo pero no me harás cambiar de opinión".

−¿Por qué no vas a dormir?

−Porque no podré hacerlo si sigues pensando que es tu culpa

Él me mira, quizá esta algo sorprendido de que lo haya descifrado, aunque siendo realista no lo hubiese hecho si mi mamá no me lo hubiera comentado antes.

−Tú no tienes la culpa de lo que yo hice, que las pastillas estuviesen ahí tampoco es tu culpa. Sabía perfecto que lo que estaba haciendo estaba mal, cada momento lo supe. Solo me comporte como la adolescente estúpida que soy pero eso no tiene nada que ver contigo

−Soy tu padre, se supone que debería estar al tanto de ti

−Y lo haces... eres el mejor padre del mundo, tú no tienes la culpa de mis errores

−A veces simplemente quisiera meterte dentro de una burbuja para evitar que algo malo te pasé

−Pero no puedes hacer eso, necesito cometer errores... no tan estúpidos como el que acabo de cometer claro pero es la única manera que aprenderé

−Lo sé –dice rendido

−¿Vas a castigarme eternamente?

−Hablaré con tu madre después sobre eso

Solo logro asentir. Me levanto dejando el vaso en la lava trastos y luego me vuelvo a él.

−No sé si lo merezca ¿Pero puedo pedirte un favor?

Mi papá me mira confundido mientras asiente levemente.

−Sé que hice mal, y eso lo hemos dejado en claro, pero por favor ¿Quisieras no odiarme tanto por lo que hice? –pregunto con voz quebradiza

La apuesta 2  ©Where stories live. Discover now