Nuestro amor será infinitamente eterno

Capitulo 4:Era ella

Estaba sonando en el coche "No te pude retener" una colaboración de Malú y Vanesa Martín, subi instantáneamente el volumen, esas dos artistas eran buenisimas, me encantaban, eran ,por así decirlo , las mejores del mundo de la música española actual , junto a nombres como Antonio orozco, Pablo Alboran,David bisbal, Melendi, etc. Ya si se juntaban estas dos, como era este el caso la canción se hacía insuperable.

Genial, había atasco. Decidí llamar por teléfono a Laura para que avisará de que llegaría tarde, menos mal que la música hacia que sobrellevar esto fuera más fácil y menos aburrido.

Llegué por fin a la oficina, había un poco más de ajetreo de lo normal al rededor de alguien que no lograba distinguir con facilidad pero no me podía parar, seguí con mi camino, a ver si encima de llegar tarde me iba a entretener más.

A lo tonto me Di cuenta de que Roci no hizo caso al médico y acudió al trabajo, lo mismo le vendría incluso mejor, así se distraia un rato. Ella no estaba sola.
Una mujer la acompañaba y en ese instante se fue al baño. Aproveche y me acerqué a ella, no quería interrumpirles su conversación.

-¿Qué tal estás cielo?- le dije mientras la abrazaba.
-Bien, bueno, tirando.Gracias por lo de ayer de nuevo, no se como lo hicisteis, como me ayudasteis tanto, de verdad.
-No tienes porque darlas, para eso están los compañeros de trabajo, bueno, somos más que eso, somos amigos boba.Nunca te dejaríamos sola en algo así de importante.-se acercó a darme un gran abrazo junto a un beso cuando lo note ¡el perfume!
-¿Puedo hacerte una pregunta? -le dije al separarnos.
-Dispara.
-La mujer que estaba aqui antes ¿es la dueña del perfume que tienes en el cuello?
-Hombre, no se a que huelo, pero supongo que si- todo esto mientras nos reíamos como dos niñas, eran preguntas absurdas en realidad pero para mi era algo importante.

Quería escaquearme de allí para ir al baño, quería salir de esta incógnita y resolver quien era esa chica misteriosa, me despedí de Roci y me encamine a provocar el encuentro entre nosotras dos.

Narra chica misteriosa:

Estaba en el baño cuando senti que alguien entraba. Me seque las lágrimas rápidamente y me disponía a salir de allí inmediatamente, no podía permitir que alguien más dentro de la oficina me reconociera.
Se que está mal decirlo pero me había cansado de tener que pararme a firmar y hacerme fotos durante esta visita , hoy no era un buen día y no quería sonar borde con los demás, intentaba sacar mi mejor sonrisa pero era imposible, ni siquiera salía una mínima parte de ella.

Narra Miriam:

Entre en el baño y ella me vio, se iba a ir de allí pero no podía permitirlo.
Me acerqué decididamente y la pare.

-Disculpa- se giró, me quedé sin habla, estaba perpleja con lo que tenía ante mis ojos, nunca imaginé que podía ser ella, aquella persona de la cual tenía prácticamente la pared plagada de pósters años atrás, bueno,ahora también podría tenerlos pero no era normal, eso sí, dos no se me escapaban, los tenía justo al lado del espejo de la habitación, así lo vería todas las mañanas- ho...hoo...hola, tu e..eeres Malú- dije sobresaltada, estaba muy nerviosa, no me salían las palabras pero si, era ella, olía su perfume y en su mano logré divisar la pulsera.
-Si soy yo- me dijo con una sonrisa, notaba que la estaba forzando a la vez que observé que estuvo llorando, se la notaba en los ojos.
-¿Te encuentras bien?- se echó a llorar y yo cerré la puerta para que no entrará nadie más.- Ey ¿qué te pasa?¿necesitas ayuda?- se abalanzó hacia mi y me abrazo, Malú me estaba abrazando y ni siquiera sabía quién era yo, no me conocía, pero eso me encantó. En ese momento me "enamoré" más de lo que ya estaba de ella. Si ya lo estaba de Malu y también de la chica misteriosa imaginaros esas dos personas en uno y descubriendo que era una persona muy cercana, algo poco normal entre los famosos, conocía a alguna celebridad debido a la posición social de la familia pero ninguno me parecía lo suficientemente majo, todos me miraban por encima del hombro, incluso algunos se atrevían a mirarme mal por ser "la oveja negra" de los López, los que reinaban en el mundo de la arquitectura en España, querían que fuera como mi hermana Marta una vez más, Doña perfecta, pero no estaba por la labor, sólo quería ser yo misma.

No paraba de llorar, intentaba mirarla a la cara pero no me lo permitía, sabía que necesitaba ayuda por lo que me quede con ella.

-No te muevas de aquí, ahora vengo, no te preocupes por nada.- ella simplemente asintió con la cabeza mientras se despegaba de mi.

Salí de allí decidida, entre en el despacho de mi superior y no estaba, me lo imaginaba, era Lunes, los Lunes no solía aparecer por allí, el preferia los turnos de tarde.
Vi a Aitor a lo lejos y fui a pedirle ayuda.

-Aitor, necesito que me cubras, quiero salir de aquí un rato, una amiga no se encuentra bien, no la puedo dejar sola, si alguien pregunta por mi diles que estoy haciendo recados por favor.
-Claro que si, pero oye, ¿está buena tu amiga?- me dijo mientras se reía, hombres como no, le Di un pequeño golpe en el brazo y le agradecí el favor mientras me iba pero me paro. - Era broma eh, que se ponga bien, sea quien sea.

-Gracias, te debo una.

Salí de allí y fui directa al baño, saque a Malú como me fue posible, sabía que no podían verla así, fuimos directamente al garaje y montamos en mi coche, no sabía dónde llevarla, necesitaba la privacidad así que opte por ir a mi casa pero como era algo precipitado llame a Fred, a esas horas el bar estaba cerrado por eso le dije que si nos lo podía abrir un rato, evidentemente le conté lo sucedido y aceptó sin oponerse