El ruido que había ahí era correspondiente a un centro comercial por la tarde. Todo marchaba como cualquier otro día; cielo despejado, gente entrando y saliendo de locales, estudiantes hablando animadamente en alguna cafetería, niños rogandoles a sus padres que les compren cualquier cosa, cada quien en su respectivo mundo sin importarle lo que sucediera a su alrededor. Un día como cualquier otro.
-Señorita, ¿Me podría ayudar con esto? –Se acercó un cliente a un trabajador de aquella tienda de artículos deportivos-
-Si claro, ¿En qué le puedo ayudar? –Preguntó mientras terminaba de acomodar algunas sudaderas-
-Necesito esta playera pero en talla grande, ¿La tendrá? –Le entregó la playera que traía en sus manos-
-Permítame un momento y la buscaré. –Se acercó al lugar donde se encontraban ese tipo de playeras buscando la talla grande hasta que la encontró- Aquí tiene.
-Gracias... disculpe.
-Dígame. –Le dijo mientras veía fijamente a través del aparador la fuente que había en medio del centro comercial-
-¿Cuál cree usted que me quede mejor? ¿La playera negra o esta azul? –Le mostró ambas playeras mientras se las apoyaba en su pecho simultáneamente- ¿Señorita? ¿Me está prestando atención?
-¿Eh? Disculpe, ¿Me podría volver a repetir la pregunta? –Dijo un poco apenada pero sin despegar la vista de aquella fuente-
-¿Qué cuál cree usted de estas dos playeras me quede mejor? –Se las volvió a mostrar-
-Si...hmm –Lo vio por un momento y luego vio las playeras- La negra, le quedara mejor la negra que la azul.
-Supongo que tiene razón, me la llevo. –Le sonrió amablemente-
-Buena decisión. –Dijo mientras se acercaba lentamente a la entrada de aquel local-
Enfrente de la entrada había una pirámide de balones a lo que se acercó fingiendo que los acomodaba y dándole la bienvenida a los clientes que entraban a la tienda mientras discretamente echaba un mirada fugaz hacia afuera.
-Hey, nueva, necesito que me ayudes en otra cosa así que deja eso. –Le ordenó el gerente de la tienda-
-Sí, claro solo deje termino de acomo... –En ese momento escuchó lo que estaba esperando-
-¡AHORA, AHORA! –Escuchó aquella indicación proveniente del pequeño audífono "invisible" que traía dentro de su oreja derecha-
Salió corriendo de la tienda rumbo a aquella fuente que había en medio del centro comercial mientras que con un movimiento rápido se agachó y agarró la pistola que traía cerca de su tobillo. Corrió lo más rápido que pudo mientras esquivaba la gente que caminaba de un lado a otro, en momentos los empujaba sin importarle y ellos solo se quejaban y le decían que se fijará, cuando ya estaba lo suficientemente cerca agarró la pistola con ambas manos, le quitó el seguro y apuntó hacia un tipo que estaba buscando algo en un contenedor de basura.
-¡ALTO, POLICIA! –Dijo junto a otras personas en coro en cuanto llegó- ¡LAS MANOS DONDE LAS VEAMOS! –Lo siguió apuntando fijamente –
El tipo alzó los brazos mientras volteaba a todos lados buscando alguna salida desesperadamente en la cual podría correr y huir pero solo vio a varias personas apuntándole con pistolas, uno de ellos se acercó a él y lo agarró de los hombros volteándolo y poniéndole unas esposas.
-Queda usted detenido por el delito de secuestro y extorsión, tiene derecho a guardar silencio, todo lo que diga podrá ser usado en su contra, tiene derecho a una llamada y a un abogado si no lo tiene se le asignará uno de oficio. –Otros oficiales se acercaron a él y se lo llevaron mientras le terminaban de decir sus derechos-
Toda la gente que estaba cerca de ahí estaba en un estado de shock por lo que acababan de presenciar, de un momento a otro varias personas que ahora sabían que eran policías apuntaron a una persona con sus pistolas y se lo acababan de llevar preso y nadie sabía porqué y no querían averiguarlo así que se dispusieron a alejarse e irse a otro lado de la plaza o a sus casas.
En cambio algunos de los agentes encubierto que estaban vestidos de civiles o con el uniforme de varios locales cercanos se juntaron y se fueron rumbo a la salida mientras hacían varios comentarios respecto a lo que acababa de ocurrir.
-El tipo no parece tan peligroso como lo aparentaba. –Comentó quien traía el uniforme de Starbucks, el agente O'Brien-
-No, ni tan listo, definitivamente no sabía lo que hacía. –Dijo la agente Hansen quien traía el uniforme de la tienda de artículos deportivos-
-Loco, tal vez si, pero eso ya lo sabremos cuando se le hagan el interrogatorio así que ¿Vamos a comer? –Ahí estaba, la agente Hamilton–
-Sí, vamos por hamburguesas. –Concordó la agente Hansen-
Siguieron caminando rumbo a la salida y cuando estuvieron afuera se dirigieron al estacionamiento, en especial a una furgoneta que aparentaba ser una estética canina a domicilio. En cuanto llegaron ahí tocaron la puerta y alguien les abrió.
-Estuvieron muy bien chicos. –Felicitó el subinspector Hemnings-
-Sí, sí, sí, gracias ¿Nos podemos ir ya? Tenemos hambre. –Le preguntó O'Brien-
-Sí, vayan a comer y los esperamos en la comisaría. –Les dijo por último y cerró la puerta de la furgoneta-
-Bien, vámonos, mi coche está por ahí. –Señaló Hamilton al lado opuesto en donde estaban-
Caminaron hacia el coche mientras hacían algunas bromas y se empujaban levemente de un lado a otro, Normani Kordei sacó las llaves de su bolso y desactivó la alarma pero de un momento a otro sintió que alguien le quitaba las llaves de su mano.
-¡Oye, regrésame mis llaves! –Le gritó-
-No, yo manejo, es algo justo porque mientras yo escribía nombres en vasos y preparaba cafés que seguro sabían asquerosos tú estabas de tienda en tienda comprando como sino hubiera un mañana. –Le señaló las bolsas que tenía agarrando-
-No exageres Dylan, estaba trabajando y no me podía concentrar en comprar una blusa bonita y estar vigilando el cesto de basura. –Dijo despreocupadamente-
-Qué bueno que estabas trabajando porque de no ser así te ibas con medio centro comercial a casa. –Bromeó Dylan-
-En eso tiene razón, tú compras muy compulsivamente Normani. –Le siguió la broma -
-Cállate que tú eres igual Dinah. –Cuando le dijo eso intentó quitarle nuevamente las llaves a Dylan pero una vez más falló en el intento-
Dándose por derrotada esperó a que le quitara los seguros a las puertas y así deslizarse en los asientos traseros mientras Dylan iba como piloto y Dinah como copiloto. Momentos después esperaban en la fila del autoservicio de McDonald's y se estaban poniendo de acuerdo en que iban a pedir.
-Esperen, ¿Creen que ya hayan comido Ally y Camila? –Les preguntó Dylan-
-No lo sé pero deja les marco para estar más segura y así no se enojen como la vez pasada. –Los otros dos asintieron mientras que Normani sacaba su celular y marcaba algún número-
-Dinah, ¿Y qué pasó con tu cita de anoche? –La miró y alzó una ceja-
-Fue un asco, el tipo era muy aburrido así que llegué temprano a mi casa. –Se encogió de hombros restándole importancia-
-Para ti todos los hombres somos aburridos. –Se lo comentó en tono de reclamo-
-No todos, algunos, pero mi mala suerte atrae a hombres aburridos. –Hizo una mueca-
-Tal vez los hombres no sean lo tuyo. –Intervino Normani quien acababa de terminar de hablar por teléfono- Y no, no han comido así que hay que ordenarles algo.
Era su turno de avanzar y pedir su orden; Dylan dictaba cada cosa que iban a comer esa tarde mientras que Dinah cambiaba de canción en la radio y Normani revisaba algo en su celular.
Después de recibir su orden se fueron a la comisaría, a su segundo hogar.
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Evidencia [Camren] [Editando]
Fanfiction"Pero a veces el miedo hace que las personas ignoren el peligro. Es mucho más fácil creer que a uno no le va a pasar nada que pensar que cada vez que respiras podría ser la última de tu vida."