Capítulo 19

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Duncan.

Después de hacer las paces como correspondía y de muchas insistencias, la deje ir a su cuarto a cambiarse para esta noche. Tenía que hacer algo al respecto y mandar a que traigan todas sus cosas a mi habitación, ya que ella dormía aquí todas las noches.

Era increíble la conexión que teníamos, mi amazona hermosa, me encantaba que ella fuera tan cariñosa conmigo y hoy me había demostrado lo de "cuando quiera y en donde quiera", ya que no se había apartado cuando fuimos pillados por Meg y Simón.

Meg y su malditas ganas de sacarla a bailar ¿por que no se contentaba con tomar el te aquí en el castillo?

Me cambie y vi la hora, eran las siete y media. Me encamine a la habitación en la que Mushka estaba.

Abrí sin tocar y me quede de piedra. Ella estaba subiéndose la cremallera del vestido, con lo cual me dio una linda imagen de su corpiño de encaje negro. No podía dejar de mirarla, hasta que ella al notar mi presencia se dio vuelta y me sonrió. Mi cara se transformó ¡pero que no tenía un vestido menos corto! ¡Y escotado!

-¡Ni hablar!-gruñí-no vas a salir a la calle con eso puesto ¡pero si hasta puedo ver tus bragas y tus pechos! ¡Por dios Mushka!¿en que estabas pensando?

La cara de Mushka pasó de una sonrisa genuina a una cara de enfado.

Me dio una mirada letal-No es demasiado corto y aparte me gusta como me queda. Olvídalo Duncan Macleod no harás que me lo cambie.

Esta mujer quería darme un infarto. No podía dejar que saliera así, algo se me tenía que ocurrir.

Un polvo de negociación, eso es.

Comencé a acercarme despacio, devorándola con la mirada, lo cual no era difícil viéndola así vestida. Note como hacia un movimiento involuntario tratando de cerrar las piernas y sonreí para mis adentros. Me alegraba saber que yo tenía el mismo efecto en ella que ella en mí.

Pase mis dedos por su suave cara, y ella cerro los ojos, apoyándola en mi mano. Eso es, mi amazona eres toda mía. Mis manos juguetearon con su tentador escote, su boca se entreabrió y la expectación creció.

De pronto como si me leyera la mente retrocedió bruscamente casi cayéndose al suelo y tomando una bocanada de aire me dijo en modo de reproche

-¡Oh no¡ ya se que tramas, nada de hacerme cambiar de opinión con un buen polvo. Voy a ir así, así que decídete o me acompañas y me voy solita.

Esta mujer era insufrible, ni loco iba dejarla ir a ese antro sola y así vestida. Los hombres se le tirarían encima deseando lo que era mío y como un infierno que iba a permitirlo. Con un gruñido la acerque a mis brazos , donde me gustaba tenerla , le di un beso en la sien y le dije -esta bien , pero no me hago responsable si alguno osa devorarte con la mirada.

Ella rio y se colgó de mi cuello dándome un beso tierno al borde del comienzo de mis labios.

-Bueno entonces, yo tampoco me hago cargo de las mujeres que te pongan un ojo encima.

Ella enarco una ceja y yo me reí, me encantaba cuando se ponía posesiva conmigo.

-Claro cariño no hay problema. Seremos como lapas.

Ella me miro con cara de espanto y yo me entre a matar de risa.

-¡Era broma mujer! Ahora dame un beso.

Rodo los ojos y sonrió negando.

Luego se tiro en mis brazos y me besó. Nos quedamos abrazados un rato hasta que escuchamos un ruido afuera del cuarto, era Simón.

-¡Cariño ya llegue!

Duncan rodo los ojos y yo me reí.

-¡Eres insufrible!-le grito y escuchamos la carcajada de Simón.

-¡Vamos tortolitos! que llegaremos tarde y no quiero sufrir la ira de mi hermana.

Ella me se apretó contra mi pecho y metió su cabeza en mi cuello.

-¿Todo bien cariño?

-Si, solo que me encantan tus abrazos. Me siento segura entre tus brazos.

Mi corazón tembló al escucharla decir eso, así que me olvide rápido de la sensación y cambié el rumbo de la conversación.

-¿Solos mis abrazos?-Hice un mohín.

-No bebe, hay muchas cosas que me encantan de ti, pero si empiezo tenemos para rato y vamos a llegar tarde, vamos.

Salimos de la mano y nos encontramos con un Simón sonriente esperándonos.

-¡¡Al fin!! Pensé que me iba a tener que ir solo.

-No seas exagerado, ahora vamos.

Llegamos al antro y entramos a la parte vip. Solté su mano y la pegue a mi cuerpo poniendo mis manos en su cintura. Ella me miro, me guiño el ojo y sonrió.

Llegamos hasta donde estaba Megan y mi humor se fue al traste.

Patrick estaba aquí y no de buen humor. Mostraba una cara muy enojada y no dejaba de mirarnos a mi y Mushka y sobre todo donde tenia yo puestas mis manos.

-Hola preciosa-dijo con los dientes apretados.

-Hola Patrick-ella le sonrió y los celos no tardaron en aparecer.

El quiso abrazarla y mi instinto posesivo hizo que yo la pegara más a mi cuerpo y darle una mirada de advertencia a Patrick. La cual entendió perfectamente, pero en vez de correrse me sonrió malvadamente y volvió a centrarse en Mushka. Tenía el vaso de whisky en la mano a medio llenar y cuando se puse de pie, se tambaleo. ¡Genial! iba borracho.

Le dio una repasada de arriba abajo comiéndosela con los ojos y yo apreté los puños para no estamparlo contra la pared. Tuve respirar varias veces para no lanzármele encima y recordarme que éramos familia y que iba borracho.

-Estas hermosa como siempre ¿Me reservaras un baile no?

¡Pero que coño! El lo estaba haciendo adrede y la tensión se hizo palpable. Gracias a dios Mushka se dio cuenta y me miro a mí y después a él y respondió.

-Por ahora no hay ganas de bailar pero si después me dan ganas lo pensaré.

A Patrick se le borro la sonrisa de la cara y nos dejo pasar al reservado.

¡Ella es mía cabrón! ¡A ver si te lo metes en tu cabeza!

Nos sentamos y pedimos unas cervezas.

-Ni se te ocurra pensar en bailar con el, no me gusta nada su actitud de hoy.

-Yo también note algo raro ¿Que le pasa a Patrick? Nunca lo vi tan hostil contigo.

-Ya te lo dije nena, el te quiere para el y por eso hizo todo el circo.

-¿Me estas diciendo que eso fue una competencia de meadas?-frunció el ceño.

Me dio risa a como se refirió a nuestras marcadas de territorio.

-Si quieres llamarle así, eso fue.

-Sabes, siempre cuando lo miraba a los ojos me reconocía en el, sabia que podía confiar pero hoy al mirarlos, solo vi un vacio aterrador.

Si yo también me había dado cuenta del cambio en su actitud pero no quise asustarla. Quien sabe lo que Patrick seria capaz para conseguir a la primera mujer que no se le tira a los pies y no es suya.

-Lo mejor será que nos mantengamos alejados de el ¿si?

Rogué a todos los santos que ella me obedezca una vez en la vida.

-De acuerdo-dijo no muy convencida.

La mire sorprendido ¡Ella me estaba obedeciendo! ¡Bien! Estábamos avanzando, solo esperaba que siguiéramos así de bien, en lo que restara de la noche.

Highlander en las Sombras © (editando) 1 Libro De La Saga "Un Escoces Enamorado"Where stories live. Discover now