CAPITULO 28

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Mushka.

El baño estaba sumido en un profundo y tenso silencio, cuando sentí dos fuertes manos que me agarraban de mi cintura y me transportaban a un regazo sacándome de mi estado de shock repentino.

-Felicidades mama-dijo Duncan en mi oído.

Fue después de esas dos palabras que reaccioné al fin y caí que íbamos a ser padres. Todos los test habían dado positivo, no había duda del resultado. Estaba aterrada de lo que iba a venir. No estaba lista para ser madre aún, ¿Como iba a ser buena madre si nunca había tenido un ejemplo a seguir?

Duncan sintió mi preocupación y miedo y me abrazo contra su pecho.

-Tranquila hermosa, todo saldrá bien yo los cuidare.

El estaba mirándome con una gran sonrisa en su cara y sus ojos brillando con anhelo. No podía ser tan egoísta y no desearlo, ya estaba hecho, íbamos a ser padres y a partir de este momento todo iba a cambiar para nosotros, aunque yo me ponga a nadar contra la corriente, de nada serviría, ya que esta igual me arrastraría.

-¿Estas bien?-su voz estaba teñida de preocupación.

Pobre Duncan, tan perpleja me había quedado que no había dicho una palabra desde que vi el resultado.

-Si, solo aterrada- dije en un susurro.

Él me acarició la espalda como una niña pequeña, haciendo movimientos circulares que iban disipando toda la tensión.

-Yo se que mi pasado no es el mejor, si es eso lo que te preocupa, déjame decirte que intentaré ser el mejor padre del universo.

Sentirlo hablar asi, me llenó el alma. El pensaba que mi preocupación era como él iba a desempeñar su rol de padre, cuando lo que me preocupaba era yo. Lo mire con ternura y me dije a mi misma que tenia que ponerle todo de mi, a la situación y que tenia nueve meses para hacerme la idea.

Con ese pensamiento, tome una bocanada de aire y le acaricie la mejilla con barba incipiente.

-Tu no me preocupas cariño, se que serás un padrazo, el problema soy yo ¿y si soy una pésima madre y el me odia?

El río ante mi comentario -¿el? Dirás ella, yo quiero una mini Mushka con esos ojos y tu cabello. Aparte cariño serás una excelente madre no lo dudes, yo no te dejaría ser menos. Sus palabras mas sus caricias lograron relajarme y hacerme reír y cuando una imagen de un niño con ojos y pelo negro vino a mi cabeza y mi corazón dio un salto.

-Pero yo quiero un niño como tu - Le dije haciendo un mohín.

El se rio entre dientes y me beso la sien-quien dice, pueden ser dos, uno y uno- enarco una ceja y volvió a reírse por mi cara de espanto.

-Vamos de a uno Macleod, recién me estoy acostumbrando a este, no me agregues mas.

El negó divertido y tomando mi cara entre sus manos me dijo con ternura y emoción cruda -Te amo Mushka me acabas de hacer el hombre mas feliz del mundo.

Mi ojos se empañaron de lagrimas-yo también te amo bombón.

Me abrasé a él y escondí mi cara en su cuello, inhalando su perfume, que tenia un poder narcótico en mi persona.-Aunque ahora tendremos que adelantar el casamiento.

Saque la cara de mi escondite desconcertada por el cambio de tema -no hace falta, lo haremos después- dije quitándole importancia.

La idea de casarme pareciendo un tanque de agua no me agradaba para nada. Y me puse a pensar que diría Duncan cuando empezará a engordar como un globo aerostático.

-¡Ah no señorita! Primero nos casamos y luego los hijos- me ordeno.

Me dio gracia y me rei, ya era tarde para ese orden.

-¿De que te ríes atorranta?-dijo ceñudo.

-De ti-bese su barbilla.

-¿De mi? ¿Y eso por que?- Dijo sonriendo.

-Si, por que eres un hombre chapado a la antigua y aunque antes no te lo hubiera discutido, ya es tarde para eso de "primero me caso después los hijo"- dije imitándolo.

A Duncan se le escapó una carcajada -lo lamento cariño, pero no admito discusión. Quiero que tu y mi hijo tenga mi apellido cuanto antes.

-Pero estaré hecha una carpa- hice un mohín-¿todavía me querrás cuando sea mas fácil rodarme que otra cosa?

El largo otra carcajada y me abrazo mas fuerte contra su pecho-te amaré más que nunca ¿sabes por que?

Negué con la cabeza y el sonrió- por que llevaras a mi hijo o hija ahí adentro.

Me derretí en sus brazos, este hombre podía ser todo un dulce de leche cuando se lo proponía. Nos quedamos un rato largo así abrazados, sumidos en un silencio que no era incómodo, todo lo contrario.

Hasta que unos golpes en la puerta nos sacaron de nuestra burbuja personal en las que estábamos inmersos.

Highlander en las Sombras © (editando) 1 Libro De La Saga "Un Escoces Enamorado"Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz