¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐿𝐴𝑀𝐼𝑁𝐸
𝗘𝗟 𝗘𝗡𝗧𝗥𝗘𝗡𝗔𝗠𝗜𝗘𝗡𝗧𝗢 𝗖𝗢𝗠𝗘𝗡𝗭𝗢 𝗖𝗢𝗠𝗢 cualquier otro, primero hacer un poco de ritmo y todo eso para después empezar fuertes, lo único súper importante y la razón de empezar aún más duro este entrenamiento es debido a que mañana se disputa el clásico y la presión que conlleva ese partido es impresionante. Me fije en la grada ya que aunque sea un entrenamiento privado las familias de los jugadores podían estar, por eso mi mirada buscaba a cierta castaña que venía a todos los entrenamientos para que después su hermano la lleve al instituto.
Esta vez no estaba ni con el móvil, ni hablando con sus amigas, tenía como cinco libros abiertos entre los asientos y no paraba de apuntar y subrayar cosas en ellos así que por lástima mi mirada nunca llegó a encontrarse con la de ella mucho menos por el pelotazo que recibí de parte de Alejandro, quien reía como un cerdo ante mi cara.
— Joder tío, tendrías que ver tú cara. — Pausó para reírse. — Hermano disimula un poco que te va a pillar.
Obviamente Alejandro se refería al hermano mayor del amor de mi vida, Pedri. No me llevo mal con él, bueno, ni yo ni casi nadie, pero dudo mucho que le guste la idea de un futbolista saliendo con su hermana menor.
— Lo dudo, pero es que solo mírala es hermosa como esta tan concentrada estudiando a saber que. — Respondí dejando de mirar a la única chica en el campo para volver mi vista hacia mi amigo.
— Bro por favor cállate ya, me estas perforando el oído. — Se tapó las orejas caminando con la pelota entre los pies hacia la portería.
— Gilipollas. — Reí mirando al moreno antes de seguirle con otra pelota entre los pies.
