CAPÍTULO 4

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El sudor me caía frió y tenía algunos mechones de pelo pegados a la frente. Me enderecé mientras mis ojos se acostumbraban en la oscuridad, miré el reloj y vi que tan solo habían pasado un par de horas desde que me había dormido y había soñado que...

Me tiré hacia atrás rebotando en la cama por la brusquedad de mi movimiento, me puse la mano sobre los ojos con desesperación. En mi habitación hacia demasiado calor, ¿o tal vez era yo?

Me senté en la cama y traté de castigarme por el sueño que había tenido, Rose simplemente era... era... ¿Qué era Rose? Sacudí la cabeza, necesitaba una ducha de agua fría rápidamente.

Me levanté y me dirigí al baño donde abrí el grifo de la ducha, sin pensármelo dos veces, me metí debajo del chorro de agua, y suspiré al sentir el contacto del agua helada contra mi piel.

Apoyé la cabeza contra los azulejos mientras el agua caía sin cesar. Tenía que verlo todo de una manera razonable, no entendía esa fijación que estaba sintiendo hacia ella.

Obviamente era guapa, más bien hermosa, había sido capaz de ver una parte de ella muy fuerte, una chica poderosa y valiente, un diamante en bruto, ¡una chica que protegió sin ninguna experiencia a una Moroi durante dos años! Y sin embargo, en el poco tiempo que llevaba con ella, también había visto a la adolescente niñata, la atrevida, la inmadura y sobre todo la había visto como a una niña pequeña.

Al pensar en ella no pude evitar pensar en el sueño y puse la ducha más fría aun. Decidí que cada vez que me sintiese atraído por ella, pensaría en tres cosas:

Primero: la diferencia de 7 años entre nosotros.

Segundo: mi posición en la academia, yo era su tutor.

Tercero: los Dhampirs no se relacionaban entre ellos, la procreación era imposible y por lo tanto representaba un peligro para la existencia de nuestra raza, cada vez nacían menos mujeres. Estaba realmente mal visto una relación entre guardianes. Hace poco yo mismo había escuchado la historia de un par de guardianes que se habían fugado, me gustaba demasiado lo que hacía como para dejarlo por nadie.

Apagué la ducha y me tapé con una toalla, volví a mirar el reloj y suspiré sonoramente. No creía ser capaz de volver a dormirme así que decidí empezar mi turno antes.

Estuve andando por todo el campus unas cuantas horas, e incluso oí que Rose había tenido un pequeño enfrentamiento con una chica Moroi que había dicho algo de Lissa, esa chica siempre estaba metida en problemas.

Cuando llegó la hora de su entrenamiento la estuve esperando, esperé, esperé y esperé hasta que me desesperé y fui a buscarla. La encontré con Lissa, ellas todavía no me habían sentido, y me alegraba de eso, al ver el rostro de Rose, este me sacó de órbita, recordándome el sueño, pero me recuperé rápido y caminé hacia ellas decidido.

- ¿Rose?- me miraron sorprendidas -llegas tarde al entrenamiento- traté de decir tranquilamente, miré a Lissa y la saludé cortésmente con un leve asentimiento -Princesa-.

Ambas se despidieron rápidamente, y los dos comenzamos a andar hacia el gimnasio. De repente ella se paró de golpe, me giré hacia ella y vi que tenía la mirada ausente, sus ojos vacíos, sin vida, mirando a la nada. Supe que debía ser algo de la conexión, pero sin duda me asusté, bajé mis defensas y la agarré por los hombros delicadamente. No se movió, no pareció si quiera sentirlo, ahí fue cuando me asusté más y me incline hacia ella, estábamos en medio del campo, pero eso no me importo.

- ¿Rose?- estaba algo desesperado y la moví un poco - ¿Rose?- sus ojos volvieron a tener vida de repente y me miraban sorprendidos - ¿estás bien?- dije con un tono de preocupación claramente audible.

ACADEMIA DE VAMPIROS: contada desde la perspectiva de Dimitri BelikovWhere stories live. Discover now