Experimento A, Delta (Inazuma Eleven Go Chrono Stone)

Explicaciones borrosas

 Y entonces un agujero negro se los tragó a todos.

Fin :'D 

 Just kidding! Okno, eso era un fake ending, no nos asustemos. Ahora sí a seguir el capítulo ya que al fin conseguí un maldito ordenador (Mi abuelo adicto al ordenador está fuera, es eso, ¿ok?). Bueno, ahora sí, ya enserio XD.

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 Un silencio sepulcral se formó en la sala, solamente se escuchaba el ruido de las múltiples máquinas, motores y respiraciones contenidas fallidamente por los componentes del Raimon. Todos estaban muy sorprendidos.

—¿No deberías preguntarte más por la localización de Delta que por la mía, viejo?—escupió la chica ahora también conocida como Experimento 0.

 El Presidente de El Dorado se molestó por el comentario de la chica, pero se contuvo e insistió—Explícales.

 Experimento 0 suspiró pesadamente y dirigió su vista hacia el Raimon—Yo soy Experimento 0. Soy algo así como los CSF, pero la diferencia es que ellos sacan su poder del fútbol y yo no. No sé jugar dicho deporte. De hecho, ni siquiera me interesa. Es patético—escupió la castaña lanzando al equipo una mirada de desprecio.

 Los jugadores del Raimon no daban crédito a lo que escuchaban, estaban siendo menospreciados por uno de sus integrantes. La cosa no se iba a quedar así, tenían que averiguarlo todo para poder comprender las palabras de la castaña.

—Entonces, por eso usabas siempre esos zapatos, ellos jugaban por ti...—murmuró Fei con un rostro triste.

—Eres tan listo... y tan estúpido al mismo tiempo... ¿a caso no recuerdas quién coños eres? Veo que tampoco recuerdas de qué lado estás—dijo Carol mirándolo con desdén.

—¡Basta!—gritó Karen.—¡¿Qué pasa contigo?! ¡¿Quién eres y qué has hecho?!

 El Presidente carraspeó—permítanme presentarles a la autora de la matanza de millonarios más numerosa y sangrienta de todo Japón. La Bestia, o Prewett—dicho esto, señaló a Experimento 0.

 Pablo empezó a tararear una melodía casual, parecía aburrirse allí encadenado y por lo visto no tenía mejores cosas que hacer. El silencio se había apoderado del lugar quitando la melodía que estaba cantando Pablo con pinta de estar aburrido. Todos estaban equivocados, Pablo definitivamente NO estaba aburrido. Carol empezó a tararear lo mismo en unos tonos más agudos y al poco se escucharon más voces tarareando en distintos tonos por fuera de la pared, haciendo una linda melodía que dejó callados a los miembros de El Dorado y al Raimon. La pared no tardó en derrumbarse y en dejar ver cinco figuras encapuchadas. Tres de hombre y dos de mujer. Mientras todos estaban engatusados con la nueva escena, Pablo rápidamente transformó las cadenas en papeles y bajó de un salto seguido de Carolina.

—Hombre, ya era hora—dijo Pablo sonriendo.

—Hace mucho tiempo, ¿ah?— dijo Carol saltando con Pablo en un monopatín volador.

—Los de la matanza de los mil, de verdad que podéis hacer grandes asesinatos—dijo uno de los encapuchados riendo.

—Pablo... asesinato...—murmuró Karen sin dar crédito a lo que escuchaba.

—Eso sí que es malo—murmuró Lily.

—¡Se escapan, los Chicos de la Tercera Fase!—gritó el Presidente, pero ya era tarde, se habían escapado.

—¿Chicos... de la Tercera Fase...?—se preguntó Lily.

 Toda la sala se volvió a sumir en el silencio hasta que unas alarmas comenzaron a sonar.

—¡Señor Presidente, deprisa!