Ofender a Simeon puede costarte la vida, pequeño acosador

861 54 4
                                    

Después de llevar Arion y a Fei a sus respectivas habitaciones, Delta se fue a descansar, ella sabía que El Dorado sacaría a otro líder, y sabía también que ese líder no dudaría en acusarla en cuanto la reconociera.

A la mañana siguiente, Delta se despertó a las seis para poder despertar a Arion a las siete y que éste no llegara tarde al instituto.

La chica salió a la calle a dar una vuelta para aprenderse el camino al Instituto Raimon. No sería difícil. Entró por un callejón sin salida, del cual iba a saltar la pared para ver mejor, pero ocho brazos le agarraron las piernas y el torso, impidiendo que saltara.

Al pricipio, Delta pensó que era un pulpo con manos, pero luego la lógica le dijo que eso no era posible. Se dio la vuelta y vio a cuatro adolescentes con cara de criminales cogiéndola.

—¿Os conozco? —preguntó Delta.

—Ahora sí, cariño—dijo uno de los chicos acorralando a Delta.

—Vete de aquí, montón de mugre—dijo Delta asqueada por el olor que desprendía el chico.

—Atrévete a repetir eso, niñata—dijo el chico apretándole de los hombros.

Delta recibió un mensaje telepático de Simeon.

'Vaya, Delta. Veo que has encontrado entretenimiento, jajajaja' le dijo Simeon a Delta telepáticamente.

'¡Cállate y ven a echarme una mano, Simeon!' dijo Delta a Simeon telepáticamente.

Delta estaba observando el olograma de Simeon bien escondidito en una esquina, sonriendo divertido.

'Simeon… no te rías y ven a ayudarme' se quejó Delta.

'Vale, vale, aunque era divertido. Que pena que no puedas hacer nada raro para que no te pillen'se lamentó Simeon.

Delta suspiró, y Simeon se teletransportó delante de los chicos, pero detrás de su líder.

Los chicos se pusieron a murmurar cosas mirando a Simeon detrás de su líder.

—¿Qué pasa, qué estáis mirando? —preguntó el chico que sostenía a Delta sin saber que Simeon estaba detrás de él.

—D-detrás de ti, jefe—dijo otro de los chicos.

El líder del grupillo se dio la vuelta y se encontró cara a cara con Simeon.

—Hola, es un placer conocerte—dijo Simeon antes de pegarle un puñetazo en la cara.

El chico cayó muerto al suelo sangrando a mogollón por los labios y la nariz. Sus compañeros miraron a Simeon aterrorizados.

—Ew… que asco, ahora he manchado mi guante blanco de sangre—dijo Simeon asqueado por toda la sangre que tenía impregnada en el guante.

Experimento A, Delta (Inazuma Eleven Go Chrono Stone)Where stories live. Discover now