~CAPITULO XLVIII~

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:::::::::::::::::::::::: ANTERIORMENTE :::::::::::::::::::::::::

Izuku se quedó viendo la pantalla sin prestarle atención al tráiler de acción. TAMI flotó sobre su hombro y le murmuró solo para él:

No es momento de palabras. Solo de presencia.

Izuku asintió con un movimiento casi imperceptible, mientras su mirada subía inconscientemente hacia el techo, hacia el último piso que solo él podía habitar. Pero esa noche, se quedó abajo. Con todos.

:::::::::::::::::::::::::::::: PRESENTE ::::::::::::::::::::::::::::::

Esa noche, cuando el resto subía ya a sus habitaciones después de la película, Izuku no se movió del sillón. El cuarto común quedó a oscuras, con solo las luces de emergencia encendidas. TAMI flotaba en modo de suspensión, como una esfera translúcida que emitía una suave luz azul desde la muñeca de Izuku.

TODOROKI: ¿No vas a dormir todavía? —preguntó a su lado.

Izuku parpadeó, sorprendido. No lo había escuchado quedarse. Shoto estaba sentado no muy lejos, en el otro extremo del sillón largo. Se había acomodado como si fuera lo más natural del mundo.

IZUKU: Ah... solo estaba dejando que mi cabeza se aquiete un poco —dijo con una sonrisa, acariciando la pulsera de TAMI.

TODOROKI: Mucha gente, muchas voces —añadió observando la luz de la IA—. Supongo que debe ser extraño pasar de los escenarios a esto.

IZUKU: Un poco —confesó bajando la mirada—. Pero esto es más... real. Me gusta estar aquí, aunque no siempre entienda lo que se espera de mí.

Todoroki se acomodó un poco, apoyando el codo en el respaldo.

TODOROKI: Nadie espera que entiendas todo, Izuku. Solo que seas tú mismo. A veces eso ya es suficiente para hacer que los demás bajen la guardia.

Izuku lo miró. Había una serenidad en su voz, como si no fuera algo aprendido, sino sentido. Se dio cuenta de que no sabía tanto de Shoto como pensaba. Siempre estaba ahí, siempre atento... pero había algo más.

IZUKU: Gracias, Sho-chan —susurró, sincero.

Shoto hizo un gesto con la cabeza, como restándole importancia.

Hubo un silencio cómodo. Entonces, casi sin pensar, Izuku giró un poco en su asiento y apoyó su cabeza en el respaldo, cerca del hombro de Todoroki. No directamente sobre él, pero lo suficientemente cerca como para sentir su presencia. Solo... quería esa calma.

Todoroki no se apartó. Solo bajó la mirada hacia él, tranquilo.

TAMI: Tu pulso bajó —murmuró desde la muñeca de Izuku, con su voz suave—. Señal de relajación emocional. Buen trabajo, Izuku.

Izuku se rió por lo bajo, avergonzado.

IZUKU: TAMI, cállate...

TODOROKI: Pero es cierto —dijo sin moverse—. A mí también me pasa cuando estás cerca. Me ayuda a respirar mejor.

Izuku lo miró, confundido al principio. Pero Todoroki no se retractó. No desvió la mirada. Solo lo dijo con calma, como todo lo que decía.

Y por primera vez, Izuku no supo cómo reaccionar. Solo asintió, con una leve sonrisa que se le escapó antes de que pudiera controlarla.

♡~ My Dream ~♡Where stories live. Discover now